foncueva

Valdebebas da vida a un centro urbano destinado a poner en valor la zona noroeste de Madrid, donde hablar de conceptos como smart city o eficiencia energética dejan de formar parte de un prototipo para convertirse en una realidad. Un ambicioso proyecto que ahora toma un nuevo impulso tras recibir luz verde por parte del Ayuntamiento de Madrid para continuar con su reparcelación.

Tras el desbloqueo a la reparcelación por parte del Ayuntamiento de Madrid el pasado mes de febrero ¿en qué situación se encuentra el proyecto Valdebebas? Estamos en una situación francamente buena y ello a pesar de que el final de la legislatura esté cerca, lo que para los procesos urbanísticos es complicado. Y no porque el final de cualquier legislatura sea malo en sí mismo, sino porque cambian los tiempos. Cuando estás en período electoral las cosas se distorsionan mucho y no se pueden tener en cuenta los plazos ordinarios. Dejando a un lado esta circunstancia, con esta aprobación y la firmeza del proyecto de reparcelación, lo que conseguimos es solidez. Sobre todo para la culminación del desarrollo. Estamos en condiciones de acometer la recta final sin mayores sobresaltos.  Durante este primer trimestre son casi veinte promociones las que van a empezar a desarrollarse, confirmando la solidez del proyecto Valdebebas.  

Esto va a dinamizar mucho también el uso terciario y comercial. Además, hemos puesto en venta las reservas de suelo que se quedaron los propietarios para financiar toda la organización, la famosa pastilla comercial, lo que va a hacer que todo evolucione de manera muy favorable.

El año pasado nos hablaba de que faltaba por poner en valor el uso terciario. Hoy ya han anunciado que llega el primer hotel de la mano de la cadena francesa B&B Hotels. Es un trabajado proyecto, que cuenta con la firma del prestigioso arquitecto Alberto Martín De Lucio. B&B ha apostado desde el principio por Valdebebas, por su peculiaridad como puerta de Madrid. Es un concepto de hotel muy moderno, acorde con la idea de lo que ofrecemos en Valdebebas. La parcela combina un hotel de 150 habitaciones con 4.000 metros de oficinas en un edificio exento. Los proyectos terciarios son de plazos más largos, con más implicaciones de toda índole en su puesta en valor y rentabilidades, que los proyectos residenciales. Por eso puede parecer que esa consolidación del terciario se mueve más despacio, pero en Valdebebas hay movimiento y apetito inversor y en este ejercicio seremos capaces de dar alguna otra buena noticia más en este sentido.

“La evolución del terciario es muy diferente de la de un proyecto”

La evolución del terciario es muy diferente de la de un proyecto residencial porque no se trata de promover viviendas para ocuparlas. Los proyectos para oficinas cuentan con una superficie y unas edificabilidades muy grandes, y eso requiere de mucha imaginación a la hora de desarrollar los diseños. Puede ser que parte de esa edificabilidad la pongas en venta, parte de la promuevas buscando un llave en mano… Pero siempre es más complicado.

Y en cuanto a superficies comerciales, ¿hay novedades? Acabamos de adjudicar a Savills Aguirre Newman la puesta en valor y la comercialización de la llamada pastilla comercial. Lo hemos bautizado como proyecto Agora. Son casi 180.000 m² de comercial y de oficinas. Buscamos ponerlo en venta en el mercado, pero intentando ir mucho más allá de lo que es un centro comercial al uso. El mercado nos dice que esta es la dirección correcta, pero queremos hacer algo más que una superficie comercial típica. Queremos que integre zona comercial, ocio y alternativas dotacionales. Es decir, una superficie en la que puedas combinar el uso comercial puro con otro tipo de dotaciones que ya han demostrado que se complementan bien, como residencias para estudiantes, por ejemplo.

foncueva

La superficie con que cuenta Valdebebas para destinar a zona comercial es de las más grandes que se están comercializando en España. Lo que esperamos es que en unos meses llegue un operador que se dé cuenta del gran valor que efectivamente tiene Valdebebas y quiera invertir. Ese es nuestro objetivo ahora: encontrar al inversor.

En estos años transcurridos desde que se inició el proyecto ¿ha avanzado España en cuanto a su posicionamiento como destino de inversiones? Efectivamente, España se ha convertido en destino preferido de inversiones extranjeras, en todos los sectores. Eso es un hecho. Sin embargo, en mi opinión, se están perdiendo oportunidades. Esto puede extrapolarse a casi cualquier ámbito sobre el que podamos hablar: existe una gran descoordinación entre administraciones y una falta de colaboración y cooperación tan fabulosa interadministrativa, interterritorial, interinstitucional, que perdemos oportunidades. Como se dice popularmente, se nos va el vino en catas.

Puedes organizar un viaje a Londres para promocionar Madrid, que vean la ciudad, que la conozcan a fondo. O demostrarles que Barcelona es una ciudad fantástica que está entre las primeras del mundo. Pero no hay cooperación ni coordinación entre las administraciones y, desde luego, no hay suficientes actuaciones pilotadas por nuestras administraciones encaminadas a promocionar España como inversión. La prueba está en que grandes compañías eligen para instalarse otros países antes que España. Es el caso de Google, por ejemplo, que ha elegido Lisboa antes que una ciudad española para instalar su gran centro. A mí esta noticia me produce cierta melancolía y, obviamente, no por Lisboa, todo lo contrario. Creo que Portugal está haciendo las cosas muy bien y a las pruebas me remito. Está evolucionando correctamente después de su catástrofe. Pero ellos cuentan con una absoluta unidad y cooperación entre todas las administraciones a la hora de vender Portugal. Cuando una empresa con un tamaño como el de Google se interesa por el país, son capaces de sentarse y ofrecer precisamente aquello que, obviamente dentro de las leyes portuguesas, pueda facilitarles tomar la decisión de instalarse allí. Y eso no se hace en España.

En España no somos capaces de vendernos como deberíamos. Las fortalezas de España son muchas. La idea de España se vende sola y la Marca España es una de las más conocidas en el mundo. Pero, además de construir la Marca España hay que vender España, porque solo con la marca no se llega. Hay que hablar con los inversores de verdad, con aquellos que pueden hacer que en un momento dado un sector del país cambie. Tienes que sentarte con ellos y estudiar y analizar qué tipo de inversión quieren hacer, por qué la quieren hacer, qué les puedes ofrecer, qué puedes cambiar dentro de tu operativa para que estén cómodos y a gusto, atraerlos, y convencerlos de que España es la mejor opción. Lamentablemente, nos queda camino por recorrer en este aspecto.

Sin embargo, quiero ser optimista. Estamos viviendo un momento especial en el que, a pesar de todo, empezamos a convencernos de lo que realmente podemos conseguir como país y de cuál ha de ser nuestra posición en el ranking.

Ha manifestado en alguna ocasión que en España es necesario contar con un pacto de estado para la planificación y la normativa urbanística… Entiendo que es prioritario y que además no es imposible. Creo que se trata un poco de contar con una mentalidad práctica y empresarial, con mentalidad de gestión. Si tú tienes mentalidad de gestión y dejas la mentalidad política a un lado, no sería muy difícil que la inmensa mayoría del espectro político se pusiera de acuerdo para conseguir que las cosas funcionen. Esto no se está produciendo. ¿Por qué? Probablemente sea por falta de visión política, pero creo que también el sector empresarial tendría que poner de su parte y ayudar al político. Cuando tú estás en una compañía tratas de conocer qué es lo que quiere tu cliente para ver cómo se lo puedes proporcionar. En política y en el desarrollo de un país pasa un poco lo mismo. El empresario debe ponerse en el lugar del político, saber  cuál es su idea de España, y tratar de conocer cuáles son las cosas en las que puede ayudar y en cuáles puede tratar de convencer al político para que tome decisiones encaminadas a una mejora. Creo que existe una desconexión entre la política y lo que últimamente viene llamándose la sociedad civil. Y es verdad que esta situación debe calificarse de grave. Pero también soy un convencido de las potencialidades de España y de que, entre todos, pueden revertirse la mayoría de las dificultades.

“Además de construir la Marca España hay que vender España”

Con la apertura a la concesión de licencias para la construcción de viviendas en Valdebebas se amplía la oferta inmobiliaria para la Comunidad de Madrid. ¿Servirá para estabilizar los precios? No se puede hablar del conjunto de España porque, por ejemplo, Madrid y Barcelona son mercados muy especiales, a los que últimamente también se ha sumado Málaga, Bilbao y otros. En cuanto a Valdebebas, nuestro pequeño grano de arena seguramente contribuya a enfriar los precios, al menos en el norte de la comunidad de Madrid. ¿Va a tener reflejo en los precios en general? Creo que sí, sin duda. Hemos estado casi dos años bloqueados sin posibilidad de comercializar vivienda, que es lo que está demandando la gente. Y cuando hay demanda, es necesario ser capaz de contar con una oferta interna suficiente que la atienda, si no hay oferta, los precios suben. Como ahora, en un espacio relativamente corto de tiempo, vamos a poner mucha promoción en el mercado, obviamente la escalada de precios tenderá a la moderación, y eso influirá en los precios de la vivienda en Madrid.

En cualquier caso, creo que no es tan difícil controlar las subidas de precio. Con una visión de gestión y de conocimiento de lo que la ciudad demanda en cuanto a uso residencial, las administraciones deben ponerse a trabajar para ser capaces de generar y ofrecer al mercado suelos aptos para urbanizar. No se trata de que las administraciones compren viviendas destinadas al alquiler, sino que deben crear el producto, la materia prima sobre la que hacer vivienda protegida. Para atender esa demanda hay que ser capaz de crear suelo al ritmo que imponga el mercado, cuidando de que no se vuelva a los grandes pelotazos urbanísticos y la administración debe intervenir, para poner en el mercado según qué bolsas de suelo que permitan hacer, precisamente, lo que la ciudadanía pide hoy, que son viviendas de uso protegido.  

Lee el resto de la entrevista en el número de marzo, disponible en la Tienda Ejecutivos