Francisco Lara comenzó su andadura en el año 1990 como Auditor de Cuentas en la empresa Ernst & Young. En 1998 trabajó por primera vez en Pelayo siendo Director de Auditoría Interna hasta 2001. Hasta el año 2007 es el Director General de la empresa Munat Seguros y Reaseguros, y en junio de ese mismo año vuelve a Pelayo, ocupando el cargo de Subdirector General Corporativo. Diez años después fue nombrado Consejero Ejecutivo, cargo que compaginó como Director General. En marzo de 2021 ha sido nombrado Presidente de Grupo Pelayo, en sustitución de José Boada.
¿Qué supone para usted este nombramiento?
El nombramiento de presidente me llega después de una larga trayectoria en Pelayo. Llevo trabajando en Pelayo 23 años. Es un motivo de orgullo y satisfacción después de una trayectoria profesional tan larga, aunque también es una enorme responsabilidad. Lo hacemos con tranquilidad, lo hacemos con confianza, porque lo cierto es que todo lo que ha sido el proceso de sucesión en la presidencia junto a José Boada, el anterior presidente, al final ha sido un proceso que hemos hecho con la suficiente planificación, con la seguridad y con la tranquilidad que entendíamos que teníamos que trasladar a todos los empleados, a todos los equipos de trabajo, y por supuesto, a todos nuestros grupos de interés y distribuidores. En ese sentido es una enorme responsabilidad, porque indudablemente, José Boada, el anterior presidente, ha dejado el listón muy alto. Entendemos que con dedicación y compromiso estaremos a la altura.
¿Cuáles son los retos que te has marcado como presidente?
La situación de Pelayo y del grupo en este momento en el que accedo a la presidencia, es una situación muy positiva y de fortaleza en muchos aspectos. Estamos hablando de una entidad que tiene un nivel de solvencia muy elevado, con un buen posicionamiento en el mercado, y una imagen de marca muy buena. Para nosotros son factores y fortalezas muy importantes. Además, tenemos acuerdos con socios nuestros, como es el caso de Santalucía o Agromutua. Esto nos fortalece mucho de cara a tener una posición competitiva en el mercado. Nosotros llevamos unos años en los que hemos puesto mucho foco en mejorar el margen de nuestro negocio y junto a esta mejora, que indudablemente nos da capacidad y posibilidades de inversión, lo que queremos conseguir es fidelizar nuestra base de clientela, nuestros mejores clientes. Para ello hay aspectos como la diversificación de nuestro negocio, ampliando y completando nuestra oferta de productos y servicios. También tener opciones de omnicanalidad para nuestros clientes, es decir, que nuestros clientes nos puedan encontrar por el medio que ellos elijan en cada momento, a través de una oficina presencial, a través de internet o a través de un teléfono. Esos son los principales retos que tenemos en el corto y en el medio plazo.
¿Hacia dónde va el futuro del sector a corto y medio plazo?
La situación del sector asegurador no difiere de la de otros sectores. Es verdad que la velocidad de cambio en nuestro sector es menos rápida, es más lenta, pero lo cierto es que estamos enfrentando un proceso de cambio muy importante, además de ser un proceso de cambio acelerador. En ese proceso de cambio, todo lo que tiene que ver con el soporte tecnológico y la transformación digital, es un aspecto absolutamente fundamental. Van a aparecer o están apareciendo muchas tecnologías y los impactos de estas tecnologías van a tener efectos relevantes en lo que es la situación del sector en ese medio y largo plazo. Las compañías tenemos que avanzar para tener un soporte tecnológico que nos permita tener una experiencia digital completa, disponible para los clientes. Cada vez son más los segmentos de clientes que lo están demandando. Desde Pelayo tenemos claro que tenemos que asumir esa transformación digital, esa transformación incluso interna, la forma de trabajar, la agilidad, la proactividad. Es necesario asumirlo para ser capaces de competir en ese entorno de transformación acelerada al yo creo que nos vamos a tener que enfrentar en los próximos años. También es fundamental algo en lo que nosotros hemos sido siempre muy flexibles y muy proactivos: buscar asociaciones y colaboraciones con actores más tradicionales y nuevos que están surgiendo en el mercado. Todo ello al final son palancas y son recursos que vamos a tener que manejar para poder competir en el mercado.
¿En qué línea del negocio se quieren hacer fuertes y en qué rama cree que necesitan poner más el foco?
En los últimos años hemos centrado nuestros esfuerzos en tener una oferta lo más amplia y lo más completa en las necesidades de seguros que entendemos que tienen todos nuestros clientes objetivos. Nuestro cliente objetivo al final es la familia, el autónomo, la pequeña empresa. En ese sentido, hemos ido desarrollando nuestro porfolio de productos y hemos llegado a acuerdos con terceros. Ese es el caso del acuerdo que tenemos a través de Pelayo Vida, que es una de
las compañías que tenemos participadas hasta el 50 % con Santalucía. También es el caso de la distribución que estamos haciendo del producto de salud de Asisa, o el producto de comunidades de Mutua de Propietarios. Tenemos que seguir avanzando en ir completando esa oferta, adaptándola a las necesidades que nos van planteando nuestros clientes. Tenemos que avanzar dentro de estos productos que habitualmente forman parte de nuestra oferta, como puede ser, productos de automóviles, de hogar, de vida. Nuestro fin es ser capaces de seguir avanzando e innovando para llegar a más segmentos de clientes con una oferta que sea, por un lado competitiva y, por otro lado, que cubra las necesidades de cada uno de ellos. Tenemos que hacer, o bien desarrollos internos dentro de Pelayo, o bien asociaciones puntuales con actores que existen en el mercado y que nos pueden ayudar a tener esa oferta
de forma más ágil y más eficiente.
Un reciente estudio les sitúa entre las tres mejores compañías en Experiencia de Cliente. ¿Es este uno de los ámbitos en el que creen que pueden diferenciarse?
Sin duda. Aspiramos a ser la compañía del sector ase- gurador que sea reconocida por tener la mejor calidad percibida por los clientes. Es evidente que no somos la compañía más grande del sector. Tampoco queremos ser una compañía que se diferencie por el precio, porque no se corresponde con el modelo de relación que queremos tener con nuestros mutualistas. El camino que tenemos para tener una oferta, una posición diferenciada en el mercado, es a través de la calidad percibida por parte de los clientes. Consideramos que hay dos aspectos fundamentales en los que estamos trabajando y en los que tenemos que seguir avanzando.
Por un lado, es muy importante seguir avanzando en la transformación digital de la compañía. Ahora mismo la tecnología es absolutamente fundamental para conocer a tus clientes, para identificar sus necesidades, y para tratar de tener una oferta lo más segmentada y lo más adecuada, que al final se traduce en calidad percibida por el cliente.
Otro aspecto en el que consideramos que tenemos que seguir avanzando es en nuestra oferta multicanal. Lo que pretendemos es que nuestros clientes tengan la misma experiencia, independientemente del canal al que decidan dirigirse, ya sea acudir a la oficina propia, a la oficina de un agente, o que decidan llamar por teléfono, acceder a través de internet, o usar cualquier otro medio tecnológico. Todo esto también exige un soporte tecnológico en el que tenemos que seguir trabajando. Este es uno de los objetivos que tenemos planteados, que la experiencia del cliente sea homogénea y uniforme a través de los diferentes canales. Además, nosotros debemos ser capaces de tener una trazabilidad adecuada y saber cómo se desenvuelve cada cliente a través de esos canales.
Dentro de las actividades de RSC en las que Pelayo siempre ha sido muy activo, ¿en qué líneas están trabajando más intensamente?
Este es un tema muy relevante desde hace ya varios años para nosotros, incluso cuando determinadas actividades ni siquiera se reconocían con ese acrónimo. Para nosotros el hecho de ser una mutua es un tema muy relevante. Nuestros dueños son nuestros mutualistas, nuestros clientes. En este sentido determina mucho la vocación que hemos tenido siempre ya que, parte de lo que obtenemos de la sociedad lo realizamos a través de la responsabilidad social corporativa. Tenemos dos aspectos, por un lado, todo lo que hemos pretendido avanzar en temas como, gobierno corporativo, transparencia, modelo de relación, productos de interés, pero también en canalizar parte de lo que conseguimos de la sociedad. Todo esto lo hacemos a través de Pelayo, pero también a través de nuestra Fundación Pelayo. Ahí lo que pretendemos es dedicar parte de los recursos que genera nuestro negocio a ayudar a colectivos que están en situaciones más desfavorecidas y, por tanto, necesitan esa ayuda. Lo que destacaría más de esta línea de apoyo es que nos ayuda a reforzar la transformación y avance cultural que queremos darle a nuestra organización, implicar a los empleados en ese tipo de iniciativas que tenemos a través de la fundación.
Destacaría en tema de RSC, dos temas más de los que estamos muy satisfechos. Por un lado, la integración de los colectivos de discapacidad. Siempre hemos intentado avanzar en esa integración de personas que tienen algún inconveniente para desarrollar sus actividades. Hemos avanzado siempre en colaborar con entidades que nos podían ayudar mucho en ese camino, y hemos ido consiguiendo reconocimientos que han supuesto una gran satisfacción, porque confirman que vamos por la dirección adecuada.
Otra de las acciones que destacamos es el Reto Pelayo Día. Es un reto que nació hace seis o siete años, y plantea cada año un reto en el que incorporamos cinco mujeres que han padecido cáncer. Es un reto de tipo deportivo que de alguna manera pretende trasladar un mensaje de esperanza y de fortaleza a otros colectivos de mujeres y también de hombres que están padeciendo una situación de cáncer. Se plantea que estas mujeres han superado esta situación, y no solo la han superado, sino que están dispuestas a afrontar un reto como los que se plantean año tras año en el Reto Pelayo Día. Todo esto es perfectamente compatible con el negocio, puesto que van un poco de la mano en lo que es el negocio de vida. Hemos seguido avanzando en tener una oferta lo más útil y lo más práctica para las mujeres, cubriendo temas en especial para aquellas que ahora padecen un cáncer.
¿Qué perspectivas tienen para este 2021?
El ejercicio de 2021 está muy condicionado por la situación de la pandemia y las consecuencias que está teniendo, lógicamente, el entorno económico. Lo que venimos percibiendo este pasado 2020 y el ejercicio de estos meses de 2021, es que esa situación del entorno que está empezando a sentirse en determinados colectivos, en segmentos de la población que lógicamente que se están viendo muy perjudicados por la situación económica, lo estamos empezando a notar en nuestro propio negocio. Hay más problemas para la renovación de los seguros, problemas de cobro, de recobro, y hay una presión bastante a la baja en el precio de los seguros. Hay una parte de los clientes que necesitan aligerar sus gastos y, por otro lado, la situación económica lleva a que el conjunto del mercado y el conjunto del negocio del mercado, están ahora mismo estables. Eso lo que motiva es que en un mercado muy maduro genere un mayor nivel de competencia, que a su vez presiona también a la baja sus precios, los márgenes y los niveles de facturación. Esa es la situación en la que nos encontramos ahora mismo, y que es consecuencia lógica de la situación económica. Por ende, el ejercicio de 2021 va a ser un ejercicio muy complicado, donde habrá que trabajar mucho y hacer grandes esfuerzos por mantener los niveles de facturación.
¿Hay demasiada presión en el sector? ¿No tiene la sensación de que todo vale para conseguir los objetivos marcados?
Sí. Al final yo como responsable de una compañía de seguros no creo que el nivel de competencia ahora mismo, y el nivel de presión competitiva sea el más recomendable. No es lo más recomendable de cara a mantener una oferta y un servicio adecuado para los clientes. Entiendo en parte que esto es algo inevitable. Estamos en un entorno económico depresivo y estamos hablando de un sector muy maduro, y esto la consecuencia que trae es que al final el nivel de competencia que existe en el mercado, no solo en las tarifas, si no en la gestión comercial, es muy elevado. En todo mercado un cierto nivel de competencia es bueno para los clientes y consumidores, pero claramente dentro de unos límites. Ahora debemos ser prudentes y esperar a la recuperación económica después de la pandemia. Es necesario acompasar esa recuperación económica, esa recuperación de actividad y, por tanto, ese repunte que necesariamente habrá en la siniestralidad, en los costes que tenemos las compañías de seguros, en el hecho de la presión a la baja que la competencia ha tenido sobre las primas. Esa es una situación que sin duda va a ser muy presionante en el periodo post covid.
¿Cómo ve el sector del seguro en cada una de las principales ramas?
El impacto de la situación actual ha sido diferente según el negocio. Por un lado, en el negocio de automóviles, las restricciones sanitarias y la consecuente restricción de la movilidad, han contribuido a una reducción de la frecuencia. El sector de seguros del automóvil es el más competitivo de todos, y es en el que realmente hay un ajuste de la prima a la situación del entorno más inmediata y más agresiva. Es la situación y el riesgo que tenemos ahora en el negocio del automóvil. Cuando se recuperen la normalidad y la movilidad habrá que ver si somos capaces de adecuar la situación de las primas a esa nueva situación. Este es el principal desafío que tenemos en los automóviles.
En los riesgos patrimoniales, en los riesgos multirriesgo, en el ejercicio de 2020 y en los inicios del de 2021, ha sido complicado desde el punto de vista de resultados, como consecuencia, entre otras cosas, del impacto de los fenómenos meteorológicos, el multirriesgo de hogar, o los multirriesgos industriales. Tenemos también el seguro del hogar, que en esta situación de pandemia en la que ha habido un uso intensivo de los hogares que se han convertido en el lugar de trabajo o de colegio, lógicamente está generando una situación de mayor siniestralidad.
Yo destacaría además, que existen tres ramas: la rama de salud, la de vida y la decesos, que en esta situación de pandemia han ganado en reconocimiento por parte de los clientes y los consumidores. Son coberturas más valoradas y más necesarias. Preveo que en la situación post pandemia junto a la recuperación económica, sean ramas que se vean favorecidos en esa recuperación, y que tengan una buena evolución.
Hay cierta preocupación en el sector del automóvil y en la industria aseguradora sobre el riesgo que supone tener un parque de automóviles cada vez más envejecido. ¿Cree que hacen falta nuevos planes por parte del Gobierno para incentivar la compra de vehículos y, sobre todo, la compra de automóviles eléctricos o híbridos?
Es evidente que un parque automovilístico envejecido es menos seguro, y eso tiene consecuencias a nivel de siniestralidad en las compañías, pero aún más importantes son las consecuencias a nivel social. Una de las principales preocupaciones y en lo que se ha trabajado mucho es en intentar reducir las víctimas, las personas perjudicadas por un accidente de automóvil. Es ese sentido, todo lo que sea una ayuda enfocada a rejuvenecer ese parque automovilístico, será bien recibida. El problema es más complejo que rejuvenecerlo y apunta más a qué distribución tiene que haber en la motorización de esos vehículos, si tienen que ser eléctricos o no. Desde el punto de vista de sostenibilidad del medio ambiente, debería haber en un futuro una proporción de coches eléctricos o de otro tipo, que permita gestionar de forma más adecuada la parte ambiental.
Desde el punto de vista del seguro habrá otros factores que tomarán relevancia, como por ejemplo, los coches autónomos, los coches compartidos, cómo va a evolucionar el renting de particulares. Hay varios fenómenos cruzados que indudablemente van a tener una influencia muy importante: la forma de utilizar los vehículos y, por tanto, la forma de calificar los riesgos y las soluciones aseguradoras que tenemos que poner a disposición del mercado y a disposición de los clientes. Esa es la parte relevante que va a tener una influencia en la evolución del mercado y que nos desafía y pide a las compañías que seamos innovadoras y que tratemos de adaptarnos a este proceso que será evolutivo y disruptivo.
¿Cómo está funcionando el tema del patrocinio de la selección española?
Para nosotros es un tema importante, ya llevamos bastantes años con este patrocinio. Empezamos con la Eurocopa de Austria y Alemania de 2006. Es un acuerdo muy satisfactorio y útil desde el punto de vista de marca en todas las selecciones. Nos permite buscar muchas complicidades y valores propios. Es una enorme satisfacción. Con la Federación Española de Fútbol trabajamos muy bien, desde su presidente a todo su equipo directivo, son muy flexibles y nos dan la oportunidad de hacer cosas muy interesantes y chulas.
La sociedad se transforma y Pelayo no iba a ser menos.
Ahora estamos abordando dos transformaciones. Por un lado, la transformación digital, y por otro lado estamos abordando una transformación interna que hemos denominado transformación cultural. Pensamos que necesitamos que nuestras personas, nuestros empleados, nuestros equipos, avancen en que todos y cada uno de nosotros seamos más ágiles, más proactivos, tengamos mayor nivel de autonomía, de responsabilidad. Dentro de ese proceso de transformación lo hemos querido acompañar en un proceso de transformación de nuestra marca, tanto internamente como externamente en el mercado. Queremos que esa evolución de la marca sea un reflejo más eficaz a la hora de trasladar ese proceso de transformación en el que nosotros nos encontramos. Queremos recoger esa agilidad, esa proactividad, y esa parte también de diálogo. El diálogo continuado con nuestros clientes, que al final tiene que ser un diálogo basado en el uso de la tecnología, es lo que nos tiene que dar muchas veces los caminos a partir de los cuales tenemos que trabajar para seguir mejorando la oferta y el servicio. Hemos evolucionado la marca, pero es una evolución que se corresponde con esas transformaciones que ahora mismo estamos afrontando en la compañía.