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Entrevista CEDE

Se ha hablado mucho de retroceso en materia de igualdad a raíz de los efectos de la pandemia, sobre todo en el entorno laboral. ¿Qué valoración hace usted al respecto?

A nosotras nos gusta ver el lado positivo de las situaciones y el aprovechar las oportunidades que nos ofrecen las circunstancias adversas.

Nos queremos centrar en aquello que nos ha hecho progresar. La digitalización por ejemplo, y la comunicación online, han permitido que desde nuestros domicilios,  ahorrando tiempo en desplazamientos y centrando las reuniones en un orden del día concreto, podamos dar soluciones y dirigir de manera más eficiente y directa.

Además nuestro sentido práctico y el que, realmente, la mujer es muy buena para los momentos críticos en los que hay que tomar decisiones con sentido común y sin olvidar la parte emocional y empática que requiere ser tenida en cuenta cuando las situaciones no son fáciles. Ahí donde hay una mujer dirigiendo se suele encontrar un equipo motivado y dispuesto a afrontar retos inesperados dando respuestas útiles y ágiles.

¿Cuáles son los deberes que aún debe realizar el entorno empresarial español en materia de igualdad?

En primer lugar dejar de decir que está todo hecho, esto no es cierto.

Incluso se nos dice “qué suerte ser mujer ahora, vosotras lo tenéis todo más fácil”, esto es una falacia.  Los números son tercos y los datos, en los que nosotras estamos trabajando para confirmar la realidad, demuestran otra cosa.

Por eso apoyamos las llamadas de atención que hacen ver que las mujeres seguimos sin estar en las primeras posiciones de las organizaciones y queremos hacer destacar la valía, incluso en ocasiones superior a la exigida, de mujeres excelentes a las que, además se les exige no solo la idoneidad para el puesto, sino una continúa demostración  de su capacitación y profesionalidad.

¿Qué valores han mantenido y cuáles han cambiado desde que nació la asociación, hace 35 años?

Los valores son idénticos pero los objetivos son distintos. Estamos en otro momento y seguir solo hablando de liderazgo femenino sin que el avance sea suficiente en la incorporación de la mujer a los puestos de dirección no nos interesa. 

Queremos llegar con las mismas oportunidades, requisitos y exigencias; y que eso sea posible para todas, no para unas cuantas mujeres ya identificadas y conocidas que aparecen y nos representan, muy dignamente, pero que siempre son las mismas y sobre todo en número insuficiente. En definitiva, más que hablar tenemos que actuar y, desde luego, agradecer el trabajo hecho hasta ahora para que nuestros retos sean hoy otros.

¿Y en materia de formación? ¿Cuál es el perfil que deben obtener las directivas actuales?

En general, en formación las mujeres estamos por encima de la media. Hay más universitarias, licenciadas o graduadas, que licenciados o graduados y hay más doctoras que doctores.

Sin embargo, este plus de formación no se refleja en la misma proporción en una mejor posición en las organizaciones e instituciones.

Es importante que la mujer se forme para comunicar sus logros, participar e intervenir en medios de comunicación y en jornadas especializadas y para dejar oír sus ideas y aportaciones en distintos ámbitos en los que nuestra voz y opiniones tienen que ser escuchadas.

Es necesario acceder a la formación en aquello que hoy es más importante para dirigir, esto es en riesgos y en datos. Y es fundamental tener presente que la digitalización nos puede, no solo ascender en las empresas e instituciones, sino también puede permitir que la conciliación familiar sea más sencilla.

Para terminar. ¿Qué expectativas tienen para el año 2022?

Este año tenemos dos principales retos; uno el de dar a conocer perfiles de mujeres tan extraordinarias como invisibles.

Tenemos una campaña de comunicación especialmente orientada a ello: las gafas de la visibilidad. 

Y como proyecto principal hacer un diagnóstico, con datos, de cuál es la posición de las mujeres, tanto en sector privado como en el  sector público, en relación con el poder de la mujer en España.

Con nuestra bolsa de empleo y nuestros premios por sectores pretendemos identificar perfiles de mujeres que han de ser considerados y potenciados; y con nuestras Millennials y nuestras voluntarias de la generación Z, el hacer llegar a las más jóvenes el asociacionismo empresarial femenino como positivo para conseguir acceder al poder y a la dirección en las organizaciones