Tiempos excepcionales exigen decisiones excepcionales. No es fácil encontrar las palabras para describir el contexto dramático que como sociedad atravesamos. La emergencia sanitaria que nos golpea pone en riesgo la salud de miles de ciudadanos y también al conjunto de empresas que generan la riqueza que sustenta nuestro Estado del bienestar.
Hoy nadie duda que, tras la crisis sanitaria, España deberá afrontar una dura recesión económica. Ya conocemos la punta del iceberg con el número de parados que se ha dado a conocer en marzo, con una destrucción de empleos histórica, solamente comparable con tiempos de guerra. Pronto les seguirán otros datos igualmente dramáticos, como las empresas que echarán el cierre porque no podrán permitirse reabrir sus puertas. Pero nos falta descubrir la base del iceberg, que son las grandes cifras macroeconómicas, que ya empiezan a vislumbrarse.
De las medidas que tomemos ahora y con urgencia dependerá, en gran medida, que logremos capear la crisis con más o menos empresas destruidas, con más o menos personas desempleadas, con mayor o menor decrecimiento del PIB … y, lo más importante, que podamos o no garantizar el bienestar económico de los ciudadanos. Por lo tanto, en Ejecutivos creemos que no es momento de mostrar las diferencias, siempre legítimas, sino de buscar el acuerdo y exigir un Gobierno unitario, de emergencia nacional, moderado, presidido por una figura de consenso y formado por las fuerzas políticas que nos representan a todos, sin un color político determinado.
Hay que abandonar la mentalidad de trinchera que con tanta frecuencia hemos visto en nuestra sociedad e ir todos a una. Es el momento de la responsabilidad. Son tiempos oscuros que requieren un equipo de gobierno que tome las riendas de la situación y aplique las medidas necesarias para evitar el colapso. Tanto los agentes económicos y sociales como el sector público y privado deben apoyarse sin fisuras para que nuestro tejido económico y productivo no sufra un golpe del que no se recupere en años.
Ejecutivos quiere ser el medio que abra la veda e invite a reflexionar sobre qué tipo de gobierno queremos tras la emergencia sanitaria. Del gobierno de los mejores ya se hablaba en los tiempos de Platón y Aristóteles. Ha llegado el momento de pasar de la quimera a la realidad y proponemos la creación de un gobierno del que formen parte los mejores empresarios de España. Nombres como Amancio Ortega, Pablo Isla, Juan Roig, Antonio Brufau, Antonio Garrigues… deberían estar ya en la mente del futuro presidente de España para componer el mejor gobierno para España.
Este gobierno de consenso, de mentes y prácticas brillantes, podría encarar con gran empuje y decisión los graves problemas estructurales sempiternos de España, a los que deberemos sumar más pronto que tarde las consecuencias de la crisis actual. Un gobierno que empuje a un Pacto de Estado de Educación que termine con las constantes e ineficaces reformas hechas por los gobiernos de turno. Un gobierno que lidere un Pacto de Estado en Digitalización e I+D+i, tan necesario para que España encare el siglo XXI con posibilidades reales de crear empleos de calidad. Un gobierno que tome medidas para mejorar la competitividad y lleve a cabo políticas enfocadas a reducir el endeudamiento público y exterior. Un nuevo gobierno que revise a fondo la eficiencia del gasto público y realice mejoras del marco impositivo como simplificar el IVA, reducir la carga de la Seguridad Social sobre el empleador y hacerlo más equilibrado, así como la ampliación de bases imponibles. También generalizar el pago por medios electrónicos para acabar con la economía sumergida, aumentar la transparencia y la rendición de cuentas, y modernizar de forma tecnológica a la justicia.
Un gobierno de emergencia nacional que apueste por un nuevo modelo territorial, con la armonización de las legislaciones autonómicas y supresión de trabas administrativas, dispuesto a simplificar la administración territorial, que elimine instituciones con competencias duplicadas como las diputaciones, reduzca el tamaño de los diferentes parlamentos, tase el número de asesores permitidos y reunifique ayuntamientos.
En definitiva, un gobierno que sea el gobierno de los mejores para afrontar estos tiempos excepcionales que nos ha tocado vivir.