Los valores refugio como el yen japonés y el franco suizo se comportaron mejor la semana pasada, pues las declaraciones del presidente de la Reserva Federal, de un tono claramente agresivo o hawkish, contribuyeron asimismo a aumentar la incertidumbre sobre las repercusiones de la variante Ómicron y provocaron la caída de los activos de riesgo en todo el mundo.
Los datos (mixtos) de empleo en EE.UU. no lograron calmar los nervios en los mercados bursátiles y de crédito, aunque los movimientos entre las principales divisas fueron modestos. El dólar tuvo un comportamiento mixto y no hubo una tendencia clara entre las divisas de los mercados emergentes, que oscilaron entre subidas (2 dólares en el caso del peso mexicano) y bajadas (como la lira turca, que tuvo un nuevo desplome semanal de más del 6% castigada por las políticas cada vez más erráticas de Erdogan).
Además de las noticias sobre la variante Ómicron, los traders estarán atentos al informe de inflación de EE.UU. de hoy, donde se espera un nuevo aumento de los índices principales y subyacentes hasta alcanzar los máximos de los últimos 30 años. Por lo demás, no habrá muchas informaciones económicas importantes, por lo que los mercados seguirán pendientes de cada palabra de los miembros de los bancos centrales.
EUR
La moneda común ha aguantado sorprendentemente bien durante estas dos semanas de aversión al riesgo y de las señales de la Reserva Federal hacia una postura más agresiva o hawkish.
La enorme (e inesperada) subida de la inflación de noviembre en la Eurozona debería hacer cada vez más insostenible la extrema moderación de la presidenta Lagarde. Concretamente, el 21,9% de la inflación de los precios de producción es una garantía de que los niveles de inflación no van a bajar pronto, ya que las presiones de los precios suben a través de las cadenas de suministro hasta el consumidor final. Cabe destacar la inflación alemana, que se situó en el 6%. A raíz de esto, esperamos que se produzca pronto una reacción en contra de la línea acomodaticia de Lagarde, y seguimos pensando que la subida de los tipos de interés del BCE no puede esperar hasta 2023.
USD
El giro del presidente de la Fed esta semana es un cambio notable, aunque lo esperábamos desde hace tiempo. Powell declaró explícitamente que la palabra «transitorio» debería retirarse al hablar del actual episodio inflacionista, e insinuó que está preparado para un aumento significativo del ritmo de reducción de las compras de bonos en la reunión de diciembre.
No es probable que el informe laboral estadounidense de noviembre haya cambiado esta opinión. Aunque los datos de creación de empleo fueron decepcionantes, todas las cifras de desempleo de la encuesta de hogares cayeron bruscamente, lo que sugiere que la economía estadounidense ha alcanzado, o está muy cerca, del pleno empleo y que el alivio de las presiones inflacionistas vendrá de la expansión de la oferta. Se espera que el informe sobre la inflación de esta semana marque otro récord, alcanzando niveles de hace muchas décadas, lo que consolida la determinación de la Reserva Federal de luchar contra la inflación mediante el endurecimiento de la política monetaria.
GBP
La libra esterlina tiende a resentirse durante los episodios de aversión al riesgo en los mercados financieros, y la semana pasada no fue una excepción. Las declaraciones de los miembros del Comité de Política Monetaria (MPC), en las que daban a entender que estaban adoptando una actitud cautelosa con respecto a la variante Ómicrom, tampoco ayudaron.
Seguimos pensando que la decisión de subir o no en diciembre los tipos de interés estará muy equilibrada. De ser así, creemos que hay mucho potencial para un repunte de la libra, ya que ha sido excesivamente castigada en las últimas dos semanas, especialmente frente al dólar estadounidense.