Actualmente los empleados esperan que su puesto de trabajo les aporte cada vez más o distintos beneficios. Y aunque el salario es una preocupación inmediata para muchos, la flexibilidad y el equilibrio entre el trabajo y la vida personal también están muy presentes.
Los trabajadores cada vez tienen más interés en explorar alternativas al horario tradicional de 9 a 17:00. Por eso, muchas compañías llevan ya tiempo pensando en cómo debería ser el entorno laboral posterior a la pandemia y cómo mantener contenta a su plantilla después de todas las presiones que han soportado y la dedicación que han demostrado. Y darles más flexibilidad y control sobre cuándo trabajar podría ser una opción. Es el momento de utilizar la “creatividad” en materia de estrategia laboral.
Semana de cuatro días
Un ejemplo de esta tendencia es la semana laboral de cuatro días. Cada vez son más los empleados que les gustaría probar este formato y, además, al 71% le gustaría contar con más flexibilidad sobre cómo estructuran su tiempo de trabajo y estaría dispuesto a, por ejemplo, realizar jornadas de trabajo más largas, pero menos días. Estas son sólo dos de las conclusiones de “People at Work 2022: una visión sobre el equipo humano global”, el último informe realizado por ADP® Research Institute, que vienen a refrendar esta nueva tendencia de abogar por la calidad más que por la cantidad.
El informe señala asimismo que para los trabajadores el salario es el factor más importante en un trabajo; que el 53% aceptaría un recorte salarial si eso significara mejorar su equilibrio entre la vida laboral y personal; y que el 50% aceptaría un recorte salarial para garantizar la flexibilidad de sus horarios, incluso asumiendo que el número total de las horas que trabajan en la actualidad no se cambiara.
Llegó la hora de la flexibilidad
Aquellas empresas que sean suficientemente flexibles y sepan adaptarse a las demandas de sus empleados, podrán subir sus niveles a la hora atraer y retener personal calificado y talentoso – uno de los problemas más complicados a los que se enfrentan actualmente. No hace mucho tiempo, ideas como adoptar un horario flexible generalizado o permitir que los empleados redujeran sus horas en cuatro días podrían haberse tomado a broma. Pero ahora merecen una reflexión seria, especialmente si ofrecer subidas salariales no es una opción viable.
Los empleados quieren ser flexibles y esperan que sus empresas también lo sean. Esto refuerza la idea de que las empresas podrían necesitar (y querer) hacer compensaciones entre el salario y otros factores para que los trabajadores estén felices y satisfechos. La semana de 4 días ya no es un sueño improbable, y si somos capaces de que funcione sin reducir el rendimiento y la productividad, podría ser beneficioso para todos.