El dólar se ha recuperado ligeramente de su reciente caída gracias al tono ‘agresivo’ adoptado por los miembros de la Reserva Federal en sus intervenciones de la semana pasada. Se han publicado pocos datos en Estados Unidos y en la Eurozona, y los que se conocieron fueron, en general, mejores de lo esperado (lo que reforzó el mensaje de que el principal problema al que se enfrentan los principales bancos centrales sigue siendo la inflación). La libra fue la protagonista de la semana, y terminó cerca de la cima de la clasificación gracias a los buenos datos de inflación y empleo. Más allá del G10, fue una semana difícil para las divisas latinoamericanas, que se debilitaron debido a la caída de los precios de las materias primas y a la preocupación por las políticas fiscales erróneas.
La semana comercial estadounidense será más corta debido a las vacaciones de Acción de Gracias, por lo que la publicación de los índices PMI de actividad empresarial en la eurozona y Reino Unido dominarán el calendario financiero. El consenso espera unos datos sombríos, lo que abre la posibilidad de una sorpresa positiva. Esta semana está cargada de discursos en los bancos centrales, incluyendo varios del BCE y no menos de cuatro del Banco de Inglaterra.
EUR
Ante la ausencia de noticias macroeconómicas o políticas relevantes en la eurozona la semana pasada, la moneda común rebotó sin rumbo y terminó la semana cerca de la mitad de la clasificación, casi sin cambios frente al dólar y tras el repunte récord de la semana anterior.
Todas las miradas se dirigen ahora a los índices PMI de actividad empresarial, quizá el índice adelantado más fiable que existe. Se espera una nueva caída de los índices hacia niveles que indican una contracción más profunda. Otros índices de sentimiento han superado las expectativas, y el estado de ánimo parece ser mejor que el del mes pasado. Una sorpresa positiva en estos datos contribuiría en gran medida a impulsar la subida del euro.
USD
Al igual que en la eurozona, los datos económicos fueron en su mayoría de segundo nivel la semana pasada, pero desmintieron la idea de que la economía estadounidense está en recesión. Las ventas al por menor superaron las expectativas al crecer un 1,3% en octubre. La inflación de los productores también dio un giro a la baja, después de que el IPC lo hiciera la semana anterior.
Parece que la campaña de subidas de tipos de la Reserva Federal está empezando a surtir el efecto deseado, mientras que la mayoría de sus homólogos del G10 siguen rezagados y tendrán que recuperar el tiempo perdido en 2023. Esto es especialmente cierto en el caso de la Eurozona y el BCE, y es una de las razones por las que seguimos siendo alcistas con el euro frente al dólar.
GBP
El informe de empleo de Reino Unido conocido la semana pasada respalda nuestra opinión de que la recesión en el país será corta y poco profunda. Las nóminas siguen aumentando a buen ritmo, mientras que las cifras de desempleo son coherentes con una economía que se encuentra en pleno empleo o quizás por encima de él, y todavía no se observa ningún indicio de destrucción de empleo. La inflación se disparó más de lo esperado en octubre, hasta el 11,1%, su nivel más alto desde 1981. Habría sido incluso mayor si no fuera por la garantía de precios de la energía del gobierno, que limitó las facturas de energía de los hogares.
Tal y como se esperaba, la declaración fiscal contiene agresivos recortes del déficit, pero en su mayoría están retrasados y deberían tener poco efecto a corto y medio plazo. Creemos que los pronósticos del mercado acerca de que el Banco de Inglaterra pueda dejar de subir los tipos muy por debajo del 5% son poco realistas y esperamos que la libra se comporte mejor a medida que el consenso del mercado se acerque a nuestra opinión.
JPY
El yen cotizó dentro de un rango muy estrecho frente al dólar estadounidense durante la mayor parte de la semana pasada (una rareza en los últimos meses, que han estado marcados por unos niveles de volatilidad inusualmente elevados en la moneda japonesa). La volatilidad implícita en el yen sigue siendo bastante alta en comparación con los estándares recientes, aunque los esfuerzos de intervención del Banco de Japón parecen haber calmado al mercado. Como hemos comentado en las últimas semanas, la insistencia del Banco de Japón en mantener su política monetaria ultra laxa sigue siendo clave para el yen. Las noticias macroeconómicas de la semana pasada tuvieron implicaciones bastante variadas.
Las últimas cifras del PIB, publicadas el lunes, mostraron que la economía japonesa se contrajo un 1,2% anualizado en el tercer trimestre (+1,1% esperado), aunque hubo una revisión al alza de los datos del segundo trimestre. Si bien esto apoya la postura actual del banco central, los datos publicados el jueves mostraron que la inflación subió a un nuevo máximo de tres décadas (3,7%). Queda por ver si esto es suficiente para cambiar el tono del Banco de Japón. Sospechamos que no lo hará, aunque los continuos indicios de aceleración de las presiones de los precios internos probablemente presionen a los responsables de la política monetaria para que al menos consideren un giro de carácter agresivo.
CNY
El yuan chino apenas sufrió cambios frente al dólar estadounidense la semana pasada y terminó prácticamente en la mitad del ranking de los mercados emergentes. Los planes para suavizar algunas de las restricciones frente al Covid y los esfuerzos para apoyar el sector inmobiliario del país parecen haber continuado estabilizando el sentimiento hacia el yuan. Los datos de octubre publicados el martes fueron mayoritariamente más débiles, pero no difieren demasiado de las expectativas.
Aunque algunas de las posiciones del yuan fueron bastante fuertes la semana pasada, parece que el alivio de la presión sobre la moneda ha permitido un cambio hacia una postura menos agresiva por parte del PBOC. Sin embargo, las autoridades en materia de política monetaria parecen estar atentas al tipo de cambio y no parecen dispuestas a emprender una nueva política de relajación, a pesar de la desaceleración económica. El tipo de interés para líneas de crédito a medio plazo (FML) de China se mantuvo sin cambios la semana pasada, pero, en contra de lo esperado, no se renovaron todos los préstamos que vencían. Esta semana, los tipos de interés de los préstamos preferenciales también se han mantenido sin cambios. En los próximos días, nos centraremos sobre todo en la evolución del coronavirus, ya que el nuevo aumento de los contagios ha llevado a las autoridades a introducir restricciones locales, lo que atenuó el sentimiento hacia el yuan a finales de la semana.