Con el nuevo ejercicio económico ya iniciado, las empresas comienzan a buscar nuevas vías de financiación para sus proyectos. Publicadas ya las primeras convocatorias del año, más allá de aquellas recurrentes destinadas a la inversión como Reactiva Feder de IVF e INPYME de GVA en Comunidad Valenciana o Proyectos de Inversiones Productivas de Acciò en Cataluña, podemos afirmar que existe una tendencia generalizada por parte de las instituciones a la hora de dirigir los recursos: la transición ecológica (o Transición Verde, como es denominada desde Europa) y la transición digital apuntan a ser claves en los próximos años. Prueba de ello es que los Planes de Recuperación y Resiliencia, diseñados para canalizar la llegada de los fondos NextGenerationEU, deben destinar como mínimo un 37 % de los gastos a objetivos climáticos y un 20% a objetivos de digitalización. En el caso de España, serán el 40% y el 28%, respectivamente.
De este modo, 2023 se presenta como año de grandes oportunidades para aquellas empresas que estén dispuestas a sumarse a la investigación y desarrollo, en cualquiera que sea el campo en el que estén especializadas. Así, al menos, se está reflejando en los famosos PERTES (Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica). Actualmente, existen 12 PERTES aprobados, la mayoría de ellos con medidas destinadas a impulsar la transformación digital y ecológica de la economía española en aquellos sectores a los que se dirigen.
Transición Verde
La transición ecológica se posiciona, sin duda, como la hoja de ruta a seguir durante los próximos años. Tanto es así que todas las actuaciones reflejadas en el Plan Nacional de Recuperación, Transformación y Resiliencia deben cumplir el principio DNSH, es decir, no causar un perjuicio significativo al medio ambiente. Aquí entra en juego el conocido como Reglamento de Taxonomía Verde, que establece los criterios técnicos por los que una empresa puede considerarse medioambientalmente sostenible en base a seis objetivos medioambientales: mitigación del cambio climático; adaptación al cambio climático; uso sostenible y protección de los recursos hídricos y marinos; transición a una economía circular; prevención y control de la contaminación; protección y restauración de la biodiversidad y ecosistemas.
A todo ello se suma el conflicto bélico en Ucrania y la necesidad de Europa de desprenderse de la dependencia energética con Rusia, situación que ha propiciado un impulso significativo a las inversiones en esta materia, especialmente aquellas destinadas a la descarbonización, eficiencia energética e innovación enfocadas a energías renovables. En este sentido, el PERTE de Descarbonización Industrial se plantea como un ambicioso plan dotado con 3.100 millones de euros, promovido por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, que pretende movilizar hasta 11.800 millones de euros de inversión total en las industrias manufactureras electro y gasintensivas.
Asimismo, desde el Ministerio de Transición Ecológica y el Reto Demográfico se abrió la primera convocatoria de ayudas del PERTE de Economía Circular por valor de 192 millones de euros para impulsar la implantación de proyectos de economía circular en empresas de múltiples sectores, estando prevista una segunda convocatoria dotada con 300 millones de euros destinada a este tipo de proyectos específicamente en los sectores plástico, textil y de bienes de equipos para energías renovables.
Transición Digital
Se considera que solo será posible alcanzar los objetivos climáticos fijados para 2030 si se lleva a cabo de forma paralela una potente transformación digital.
En este sentido, y más allá del Programa Kit Digital dirigido a que 1 millón de pymes reciban apoyo para mejorar o ampliar su nivel de digitalización, actualmente hay numerosas destinadas a potenciar la investigación e innovación, tanto a nivel nacional como autonómico. Por ejemplo, a nivel regional la Consejería de Desarrollo Económico e Infraestructuras del País Vasco ha lanzado una convocatoria para impulsar la creación y desarrollo de Pymes de base tecnológica o innovadoras, la Junta de Castilla-La Mancha la ayuda Adelante Digitalización o la Generalitat Valenciana una convocatoria de subvenciones para proyectos de Digitalización de Pyme, mientras que a nivel nacional el Ministerio de asuntos económicos y transformación digital ha convocado el Programa UNICO Sectorial, para la realización de proyectos de desarrollo experimental en el marco de la tecnología 5G que consigan la transformación digital en diversos sectores económicos.
Por otra parte, cabe destacar que la transformación digital cobra todavía si cabe un mayor protagonismo en los ámbitos rurales, para minimizar la brecha digital entre urbes y zonas rurales. Teniendo en cuenta esta situación se definió el PERTE del Sector Agroalimentario, con el principal objetivo de conseguir el desarrollo de toda la cadena agroalimentaria a través de la digitalización de los procesos y la incorporación de la innovación. Esta digitalización se considera una herramienta básica para incrementar la competitividad, propiciar una industria más sostenible y generar puestos de trabajo que retengan a la mano de obra en dichas zonas rurales.
Por último, también cabe destacar iniciativas que aúnan os objetivos de ambas transiciones, como el PERTE para la Industria Naval, dotado con 310 millones de euros, con el que el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo prevé modernizar el sector fomentando su sostenibilidad y digitalización.
La transición ecológica y digital debe realizarse en todos los sectores y a todos los niveles, por lo que estamos ante una gran oportunidad para todo tipo de empresas. Es por ello, que el 2023 debe ser el año en el que todo este gran caudal de fondos europeos termine de canalizarse y que finalmente llegue a las pymes, startups y empresas. Solo así, se podrán alcanzar los objetivos propuestos y se conseguirá la transformación de la economía española.