Es buena señal que la inflación en la zona euro se ralentice. Según los cálculos preliminares, los precios han subido un 8,5% en enero, frente al 9,2% de diciembre. Pero esta variación se ha debido principalmente a la bajada de los precios de la energía. Los precios de los alimentos han seguido subiendo (+14,1%), reforzando la sensación entre los consumidores en particular de que «todo es cada vez más caro». Además, aunque la tasa subyacente se mantuvo sin cambios en el 5,2 %, han seguido aumentando los precios de los bienes de consumo duradero. En este contexto, esperando una subida de los tipos de interés oficiales de 50 puntos básicos en la reunión del BCE de mañana, con la clara perspectiva de que se produzcan nuevas subidas.