En este conflicto que dura ya un año en esta fase de confrontación armada extendida a todo el país, a veces se nos olvida que convivimos con él desde la anexión de Crimea por parte de Rusia en 2014. Este hecho provocó una serie de sanciones por parte de EEUU y de la UE que desembocaron en una importante crisis en el país. Descenso de su PIB, devaluación del Rublo y la imposibilidad de realizar transacciones comerciales con los países promotores de estas sanciones.
Entre otras destacamos:
- Inmovilización de bienes y restricciones de viaje
Un total de 1386 personas y 171 entidades son objeto de medidas de inmovilización de bienes o prohibición de viajar por actos que menoscaban la integridad territorial, la soberanía y la independencia de Ucrania. La lista de personas y entidades sancionadas se revisa constantemente y está sujeta a renovación periódica por parte del Consejo.
- Bancos y entidades financieras,
- Empresas de los sectores militar y de defensa,
- Empresas de los sectores relativos a la aviación, la construcción naval
- Malversación de fondos públicos ucranianos
En marzo de 2014, el Consejo decidió inmovilizar los bienes de las personas responsables de malversación de fondos públicos ucranianos. Estas medidas se prorrogaron por última vez en marzo de 2020, hasta el 6 de marzo de 2023.
- Sanciones económicas
En julio y septiembre de 2014, la UE impuso sanciones económicas aplicables a los intercambios con Rusia en determinados sectores económicos. En marzo de 2015, los dirigentes de la UE decidieron vincular el régimen de sanciones en vigor a la plena aplicación de los Acuerdos de Minsk, que estaba prevista para finales de diciembre de 2015. Al no materializarse dicha aplicación, el Consejo prorrogó las sanciones económicas hasta el 31 de julio de 2016.
Las sanciones económicas se han venido prorrogando por periodos sucesivos de seis meses cada vez desde julio de 2016. La decisión de prorrogarlas se ha tomado en cada ocasión tras evaluar la aplicación de los Acuerdos de Minsk. Actualmente, las sanciones económicas están en vigor hasta el 31 de julio de 2023.
Estas sanciones van dirigidas a los sectores financiero, comercial, energético, de transporte, tecnológico y de defensa. Sector financiero, energía (prohibición de importaciones e inversiones en los sectores de minería, de carbón, petróleo y gas) y transporte. El conflicto bélico entre Rusia y Ucrania iniciado el 24 de febrero del año en curso ha generado miles de muertos y daños materiales millonarios. Además, está poniendo en riesgo la frágil recuperación del comercio exterior postpandemia.
La Organización Mundial del Comercio (OMC) estimó que el volumen del comercio mundial de mercancías crecería solamente un 3% en 2022, muy por debajo del 4,7% proyectado antes del inicio del conflicto. Para 2023 las perspectivas no son mejores ya que la inflación que está soportando principalmente occidente debido , entre otros al conflicto, está desembocando en una recesión que se entiende ayudará a frenar la misma , algo que los Bancos Centrales tienen como objetivo prioritario. Ya hemos visto subidas de tipos considerables, y en 2023 esta tendencia se mantendrá tanto por parte de la E
¿Qué horizonte podemos contemplar?
- Alzas de precios de insumos y productos
Ucrania y Rusia son proveedores clave de bienes esenciales cuyo suministro ahora está en riesgo, principalmente cereales, fertilizantes, energía y algunos metales. Ucrania cuenta con el 25% de las tierras más fértiles del mundo y en 2020, por ejemplo, exportó cereales valorados en más de 9.400 millones de dólares, posicionándose como el segundo mayor exportador de cereales a nivel global. Este factor continuará tensionando la producción de alimentos para ganadería lo que no facilitará la bajada de precios en ciertos productos.
Por su parte Rusia, además de ser un exportador relevante de cereales y metales como paladio y platino, destaca por representar cerca de una quinta parte del comercio mundial de gas. El conflicto bélico entre Ucrania y Rusia afecta la producción y exportación de dichas materias primas. Es de esperar una baja en la oferta que derivará en un incremento considerable de sus precios y los productos asociados a ellas. A lo anterior hay que sumarle las alzas de tarifas de fletes producto de las medidas restrictivas sobre el espacio aéreo y los riesgos de seguridad en las rutas comerciales que pasan por Rusia y Ucrania, países clave del Puente Terrestre Euroasiático.
- Empeoramiento de las cadenas de suministro globales
Las bajas en la producción, los bloqueos al comercio exterior (por las sanciones impuestas a Rusia) y la prolongación de los tiempos de transporte de mercaderías, derivarán en retrasos en las entregas de pedidos internacionales. De hecho, en marzo ya se habían alargado los tiempos promedio de entrega de los proveedores, principalmente en la eurozona, Japón y China. Al margen de las estrategias de cada operador logístico para reducir los tiempos de entrega, es probable que las interrupciones en las cadenas de suministro generen desabastecimientos en los inventarios de productos terminados.
No parece que la guerra tenga un final cercano sino todo lo contrario. La ayuda es cada vez más explícita por parte de EEUU y la UE tanto económica como militar con un material cada vez más sofisticado y la reciente ratificación de las sanciones impuestas. Este es el horizonte esperado en 2023.