El crecimiento del IPC en España ha sorprendido al alza en febrero. Según el dato preliminar se situó en el 6,1% interanual, dos décimas por encima del dato de enero y cuatro por encima del de diciembre. Según los primeros comentarios del INE, la aceleración se debe a los precios de la electricidad y a los de alimentos y bebidas no alcohólicas. Parte de estos últimos también habrán influido en la aceleración de dos décimas en la tasa subyacente, hasta el 7,7% interanual, ya que éste índice excluye los alimentos no elaborados pero no el resto. En sentido contrario, el INE apunta a una contención en febrero de los precios de los carburantes y del transporte combinado de pasajeros. Variación interanual:
En lo que respecta a los precios de la electricidad, según los datos del Operador del Mercado Ibérico de Energía (OMIE), en el mercado mayorista los precios crecieron un 86,2% respecto al mes de enero. Precios medios mensuales:
El precio medio de febrero, 132€, seguía siendo inferior al de un año atrás (200€), pero la caída interanual se redujo hasta el -34% desde el -65% de enero. Variación interanual:
También hay que tener en cuenta que desde enero, el INE incluye los precios del mercado libre y no sólo del regulado. Por otra parte, la subida del precio en el mercado mayorista se ha producido a pesar de que el recurso a la generación de electricidad mediante ciclo combinado ha sido moderado y a que los precios del gas en Europa se han mantenido en niveles alejados de los máximos de 2022. El Dutch TTF ha promediado 54,5€ por MWh en febrero, menos incluso que en enero (64€). Precios del gas:
El repunte del IPC de los dos últimos meses tras la rápida desaceleración del último trimestre de 2022 está generando dudas sobre la senda de moderación de los precios en España. Quedan algunas incógnitas como la evolución del precio de los alimentos, que se han visto influidos por otros factores además del encarecimiento de la electricidad y el transporte (malas cosechas, incremento de precios de materias primas agrícolas, de fertilizantes y piensos) pues todavía no muestran un cambio de tendencia, concentran la mayor parte de las partidas más inflacionistas y pesan cerca de un 20% del IPC. No obstante, lo razonable es esperar que la influencia de los precios de la electricidad, el gas y los carburantes en las cadenas de producción y consumo se termine trasladando a la baja, al igual que lo hizo al alza en 2022. Puede haber algo de resistencia dada la ligera aceleración de los salarios, pero la contención del consumo de los hogares (cayó un -1,7% en el cuarto trimestre de 2022) probablemente contribuirá a que se retome la senda de moderación del IPC en los próximos meses, sobre todo en aquellos donde los incrementos mensuales estuvieron lejos de lo normal en 2022, como en marzo y en junio. Variación mensual del IPC: