La inflación en la Eurozona se está moderando y durante los primeros meses del año 2023 ha pasado de 8,6 % en enero, 8,5 % en Febrero a un 6,9 % en marzo.
Ese descenso podría dar lugar al optimismo pero hay que tener en cuenta que se debe, en parte, al efecto escalón, motivado por los cálculos que comparan los datos mensuales, el dato de un mes comparado con el dato del mes anterior, o interanuales, el dato del mes de un año comparado con el dato del mismo mes del año anterior. Estamos sufriendo una inflación exagerada motivada por periodos críticos y extremos como los que hemos vivido, la pandemia del COVID o la Guerra de Ucrania, Cuando en periodos anteriores se ha sufrido una inflación elevada, este tipo de comparaciones mensuales, o interanuales no reflejan exactamente la tendencia que es más exacta si se mide teniendo en cuenta los últimos 12 meses, es decir el índice de inflación anual.
Aparte del efecto escalón hay que tener en cuenta que la inflación y la subida de los precios al consumo no coinciden generalmente en el tiempo. La moderación actual de la inflación tanto en la Eurozona en general, como en España en particular, se debe básicamente al descenso del precio de la energía y los precios de venta actuales de los productos , están calculados en base a los costes de la energía de periodos anteriores, que tenían precios más elevados.
Estamos viviendo una situación casi inédita en que la inflación subyacente que no tiene en cuenta los precios más volátiles como la energía, los productos frescos y los productos no elaborados, lejos de moderarse en la Eurozona ha aumentado pasando de un 5,6 % en Febrero a un 5,7 % en marzo.
No hay duda de que el coste de la energía y los precios más volátiles tienen una influencia directa en el IPC y que la inflación subyacente, aunque no tenga en cuenta la inflación de los productos de precios más volátiles, está directamente afectada por estos pero, aún así, su tendencia, moderación, descenso o aumento, no coincide normalmente en el mismo periodo de tiempo que la inflación general.
No hay que olvidar que los precios de venta actuales de los productos se han fijado en base a unos costes de producción y distribución anteriores, que eran superiores a los actuales.
Pienso que estamos en el buen camino y podemos ser optimistas, aunque con moderación. El descenso de la inflación general tanto en la Eurozona como en España tendrá como consecuencia la moderación de la inflación subyacente y poco a poco irá descendiendo también el IPC, pero los precios al consumo difícilmente van a estabilizarse o a descender a corto plazo. Para llegar a una estabilización de los precios deberíamos llegar a un índice de inflación inferior a 1 %, tal como tuvimos en los periodos pre pandemia. La inflación en el año 2019 se estimó en el 0,8 %. Según mi opinión es difícil que en la Eurozona, o en España se llegue a índices similares, no ya durante este año 2003, sino tampoco durante los años 2024 y 2025.
El nivel de precios al consumo difícilmente alcanzará los niveles de los años pre pandemia, al menos a corto plazo.