Tal y como esperábamos, la Reserva Federal ha llevado a cabo otra subida de 25 puntos básicos, quizá la última de este ciclo, situando el objetivo de los fondos entre el 5% y el 5,25%. El comunicado de la FED deja caer referencias de futuras subidas, pero sigue indicando que los banqueros centrales deben lidiar con un elevado grado de incertidumbre en torno a los datos económicos que están por venir, el retraso con el que las subidas de tipos anteriores impactan en la economía y, por último, el impacto del endurecimiento de las condiciones crediticias en la actividad económica.
En la conferencia de prensa, el presidente de la Fed, Powell, reiteró una vez más la fórmula de que el sector bancario estadounidense es sólido y resistente; las condiciones incluso mejoraron desde la última reunión, añadió. Por lo tanto, el banco central sigue centrado en su mandato de estabilidad de precios. Además, planteó otra fórmula que muy probablemente será decisiva en los próximos meses: ahora seguirán un enfoque dependiente de los datos, tomando decisiones «reunión a reunión» a la hora de evaluar la futura senda de los tipos de interés. En su opinión, los mercados laborales siguen muy ajustados, pero ven «algunos indicios» de que están alcanzando un «mayor equilibrio». La inflación «se ha moderado», pero «sigue siendo elevada». Aunque las condiciones crediticias ya se han endurecido, esto podría haberse visto exacerbado por los recientes acontecimientos en el sector bancario.
En general, pensamos que la Fed empieza ahora a estar al acecho de la economía y podría -si los datos lo justifican- estar dispuesta a ajustar ligeramente al alza o a la baja la orientación actual de la política monetaria. Dados los recientes datos mixtos sobre inflación y mercados laborales, vemos riesgos de que se incline ligeramente al alza, pero advertimos de que esta situación podría cambiar rápidamente, ya que un mayor endurecimiento de las condiciones crediticias podría modificar esta valoración. Sin embargo, no esperamos un ajuste directo de la política monetaria hacia una orientación neutral hasta principios de 2024, una vez que la inflación y la rigidez del mercado laboral sean más compatibles con un objetivo del 2%.