Cinco claves para ejercer el liderazgo a distancia
Redacción | 13 de octubre de 2021
Establecer cronogramas de trabajo sincrónico, hacer uso de una comunicación transparente y constante y poner el foco en los resultados son algunos de los principales requisitos a tener en cuenta por cualquier líder en los escenarios de trabajo actuales.
El impacto de la acelerada transformación digital y la llegada de nuevas generaciones al mundo laboral han hecho que tanto la forma de trabajar como de liderar equipos se actualicen constantemente. A todo ello hay que sumarle la irrupción de la pandemia y la adaptación a nuevos escenarios de trabajo, lo que ha dado como resultado, para muchas empresas, el establecimiento parcial o total del trabajo en remoto. Esta realidad sigue estando presente, hoy en día, para casi 2 millones de empleados españoles1 y todo líder de equipo debe tenerlo en cuenta en su día a día.
En palabras de Cecilia Mansilla, experta en liderazgo y desarrollo personal e instructora de Udemy, “se dice que el empleado no renuncia a la empresa, sino a la persona que le lidera. La función de los líderes consiste, principalmente, en definir el trabajo a llevar a cabo, es decir, qué tenemos que hacer y cómo hacerlo”, explica Mansilla. “Son quienes se van a encargar, en buena parte, de dar sentido a nuestro día a día, de motivarnos y de construir el clima laboral que va definir nuestro trabajo. No obstante, tienen un rol esencial y definitorio en nuestra satisfacción y bienestar dentro de la empresa y son claves para retenernos o no dentro de la organización”.
Por ello, y con motivo de la celebración del Día Internacional del Jefe, el próximo 16 de octubre, Udemy -la plataforma de formación y enseñanza online líder en el mercado-, junto a la instructora Cecilia Mansilla, comparte las claves sobre cómo ejercer un buen liderazgo en los escenarios de trabajo actuales:
- Definir la dinámica laboral. O lo que es lo mismo, determinar en qué momentos vamos a estar disponibles para trabajar de forma asincrónica y/o sincrónica, es decir, cómo podemos contactar internamente con cada integrante del equipo en caso de urgencias o temas importantes, cómo vamos a documentar el trabajo, etc. Básicamente, consistiría en crear y formalizar las ‘reglas del juego’, prioridad y responsabilidad fundamental de la persona que lidera un equipo.
- Comunicar de forma clara, transparente y constante. “Mejor sobrecomunicar que dejar cosas sin decir”, asegura Mansilla. Sin duda, la comunicación se presenta como pieza indiscutible del puzzle en la era del trabajo en remoto. Las relaciones laborales a distancia exigen que la comunicación sea básica e imprescindible para el correcto desarrollo del trabajo. Contar siempre con una buena documentación previa a lo que queremos transmitir o compartir con el equipo de trabajo, saber exponerlo y comunicarlo al equipo de la forma más clara posible y, posteriormente, dejar evidencia de lo que conversamos resulta fundamental durante el teletrabajo.
- Establecer cronogramas de trabajo sincrónico. Es decir, diseñar un organigrama de trabajo en el que quede reflejada la disponibilidad de cada trabajador para llevar a cabo actividades simultáneas, como reuniones de equipo, formaciones, llamadas con clientes, etc. Con ello, además, será posible delimitar rutinas laborales fijas y que no excedan de los horarios de trabajo establecidos.
- Trabajo orientado a resultados. Es decir, establecer el foco en el ‘qué’ y no en el ‘cómo’. Si al definir un nuevo trabajo u objetivo explicamos el procedimiento a llevar a cabo y nos aseguramos de que nuestros empleados cuenten con los recursos y habilidades necesarias para lograrlo, no debería ser necesario controlar el ‘cómo’ se ha desarrollado. En la era digital ya no funcionan los seguimientos detallados, sino la medición de resultados. Por supuesto, es necesario estar disponibles y acompañar al trabajador en lo que necesite para lograrlo, pero no vamos a controlar cada paso.
- Metodologías ágiles para el cambio constante. Como líder, no sólo es necesario desarrollar actitudes y comportamientos flexibles y resilientes con los empleados, sino también procesos ágiles que se adapten rápidamente al cambio y permitan seguir operando en contextos diversos y dinámicos. En este sentido, la transparencia, la colaboración y la valoración personal de cada empleado, en cada una de las fases de cada proyecto, resulta fundamental para identificar aspectos de mejora y asegurarnos de que el trabajo se desarrolle de la mejor manera posible.