Norges Bank entra a la puja de renovables de Iberdrola
La gestora del fondo soberano Noruego se posiciona como una de las tres finalistas en la puja por el 49 % de las energías renovables del grupo energético español.
El inversor estatal, uno de los mayores del mundo, compite por el 49 % de una cartera de activos verdes de la compañía española valorada en 1.200 millones. Norges Bank Investment Management, sociedad gestora del fondo, figura entre los tres finalistas del Proyecto Romeo, sobrenombre que recibe la transacción. Iberdrola lanzó al mercado la operación -coordinada por Barclays- en septiembre de 2021 para lograr encontrar un socio que tomara hasta el 49 % del conjunto de activos eólicos y solares en distintas fases de desarrollo y que suman una potencia total de 1.266 megavatios (MW).
La transacción despertó el interés de numerosos inversores, aunque solo tres han logrado avanzar a la segunda fase de la subasta. Norges -que invierte los ingresos del petróleo y el gas de Noruega-, compite contra otros dos fondos europeos dispuestos también a financiar la transacción únicamente con capital, uno de infraestructuras y otro especializado en energías renovables. Los nombres de estos dos últimos no han trascendido por ahora. Las ofertas indicativas se presentaron a finales de octubre y el corte para avanzar a la ronda final ha sido de 1.200 millones de euros por el 100%. Iberdrola no quiso realizar comentarios.
En la actualidad, los postores se encuentran realizando un análisis exhaustivo de los activos de cara a realizar las ofertas vinculantes antes de finales de año, por lo que la transacción se firmaría ya en 2023 si se cumple el calendario previsto. El grupo que preside Ignacio Galán recibiría una inyección de más de 600 millones de euros por la participación. Si Noruega resulta ganador de la subasta, supondría un hito al ser la primera inversión directa del fondo en España mediante su estrategia de inversión en energía verde.
El Proyecto Romeo de Iberdrola encaja a la perfección con el perfil de riesgo de Norges Bank, que busca una rentabilidad atractiva en activos con un flujo de caja estable y duradero en el tiempo. Pese a que la cartera solo tiene 167 MW eólicos en funcionamiento, el grupo asume el riesgo sobre el desarrollo del resto. Del total de la cartera, está previsto que 1.049 MW, en su mayor parte fotovoltaicos, entren en operación antes de finales de diciembre de 2024 y que los 50 MW restantes empiecen a funcionar antes de que concluya 2025.
Si algún proyecto se queda por el camino, Iberdrola se compromete a sustituirlo por otro de características similares. En la práctica, es como si todos los activos estuvieran operativos, lo que explica las elevadas valoraciones que ha recibido Iberdrola por su cartera de activos.
El objetivo de Iberdrola es mantener la deuda a raya: 47.000 millones en 2025 (sin contar PNM), frente a 45.000 ahora, pero con menos peso sobre el conjunto del negocio (3,4 veces ebitda, frente a 3,7 veces de ahora.