Álvaro Aguiar, director de hostelería y socio del grupo Vespok
Vespok, fundado en Madrid en 2014 por tres jóvenes empresarios – Álvaro Aguiar, Pablo Casas e Ignacio Suárez de Toledo -, es uno de los grupos dedicados a la restauración y el entretenimiento con más proyección del momento. En plena expansión, con una veintena de marcas y cerca de 200 empleados en total, su actividad está diversificada en varias líneas de negocio: hostelería – con los restaurantes El Rincón de Vespok, Pólvora, Salitre y Casa Vito y el delivery Bomba -, ocio nocturno – Bardot y Green -, eventos – Madera y Vespok Eventos – y producción musical – Voltereta -, entre otras. Hablamos de los planes de futuro del grupo con Álvaro Aguiar, uno de sus socios fundadores.
Hace nueve años se embarcaron en esta aventura de Vespok. ¿Cómo ha evolucionado esta idea hasta llegar a hoy?
Toda esta idea empezó con un grupo de amigos con mucha ilusión y muchas ganas de trabajar. Éramos tres amigos que empezaron poco a poco a hacer negocios; primero con los eventos, luego con un restaurante y así fuimos ampliando. Además, incluimos la rama musical y cuando esto ocurrió comenzamos a hacer cosas diferentes. Fuimos creciendo, siempre como una gran familia, pero a cada paso más y más unidos y generando ese sentimiento de familia con nuestros empleados. De esta forma, ellos también lo ven como suyo y tiran del carro igual que nosotros. Siempre reinvirtiendo todo lo que ganamos y con los pasos muy bien medidos, trabajando como leones.
Vespok se caracteriza por su amplitud de miras a la hora de buscar líneas de negocio. ¿Cuáles son y cómo se conjugan todas para llevar al grupo al éxito?
Básicamente, lo que nosotros hacemos es estudiar cada oportunidad de negocio de manera independiente, es decir, no reproducimos un negocio en escala. Estudiamos la oportunidad de negocio de manera independiente y lo hacemos ad hoc para cada caso. Te pongo un ejemplo; veo un local que me gusta y que considero que tiene potencial y no intento meter una de mis marcas sin más, sino que busco cuál de todas ellas tiene más sentido adaptar en ese espacio. Siempre guiándonos por la intuición, a base de ensayo y error, vamos corrigiendo fallos hasta estabilizar el negocio y a partir de ahí seguir creciendo. Gracias a esto conseguimos acortar cada vez más nuestra curva de aprendizaje y esperamos ir reduciéndola aún con el paso de los años.
De todas estas líneas, la hostelería es la más importante. ¿Cuál es la nota diferenciadora de sus propuestas para atraer al público?
Una de las principales líneas de facturación es la hostelería, pero no es la más importante. Cuando empezamos el negocio sí que era la principal y única línea de negocio, pero, actualmente, hemos diversificado e identificado nichos de mercado que nos ha permitido ampliar a otras líneas de negocio, como pueden ser los viajes, la comunicación, la música o los eventos. Dentro de la rama de hostelería englobamos discotecas, restaurante y eventos. Todo este conjunto factura unos 6-7 millones de euros, pero el grupo Vespok factura alrededor de 15 millones de euros. Se trata de una rama muy importante pero no es la más importante. El resto de la facturación viene de la música y la agencia de viajes que tenemos.
Al contar con tantas líneas de negocio y tan distintas entre sí, no nos orientamos únicamente a un tipo de público objetivo concreto. En función de su ubicación y del tipo de negocio, seleccionamos nuestro público objetivo. Entre los restaurantes, el ticket medio oscila desde los 25 € a los 60 € y eso inevitablemente también te define el público objetivo al que te vas a dirigir.
¿La situación económica actual está afectando a Vespok? ¿Qué balance hace de lo que llevamos de 2023?
Ha sido un año difícil, muy duro, donde tenemos una subida en la inflación de los precios, las subidas del precio de la luz, el personal es cada vez más caro y resulta más complicado encontrar personal cualificado. Es un reto constante.
Lo más difícil para mí en 2023 es mantener el control. La hostelería te exige tener tanto control, que el gasto que te supone ese control se come parte de nuestro margen; prácticamente se convierte en un sector cuyo margen se ha diluido demasiado. Por eso, creo que los que saldrán adelante son las grandes empresas de hostelería organizada como la que tenemos nosotros, que tenemos diferentes departamentos para tal fin. Es cierto que mantener estos departamentos es muy costoso, pero me permite tener un control minucioso.
Por ejemplo, referente a los locales de noche, tenemos un bodeguero que controla el pesaje, cruza la facturación del día con las gotas que hay en cada botella y averigua el número de copas que me faltan (si fuera el caso). Ese nivel de control no lo tiene el hostelero normal. De esta forma, podemos profesionalizar el sector gracias a toda la digitalización de softwares que tenemos a nuestra disposición. Estamos llegando al punto de que esos procesos de conteo sean automáticos. Te pongo el ejemplo de una hogaza de pan que pongo en una mesa individual, que me cuesta 0,30€ o 0,10€. Sí el proveedor, de ese pedido, por lo que se,a me lo trae a 0,15 € al meter el albarán en el software Gestok me lo identifica, me hace una recomendación de precio donde yo aplico la subida y directamente se actualiza online. Así, está automatizada la subida y bajada de precios y ya no me tengo que preocupar haciendo cuentas y controlando esta parte; optimizo mi tiempo. Esto es una prueba más de que todo se está profesionalizando; cuanto más al día estés y más actualizado, más controlado tendrás los procesos.
Luego, aparte, lógicamente hay un problema con las nuevas aperturas de locales, que abren con fuertes inversiones en equipos, decoración, en buenas ubicaciones, probablemente incluso mejor que las mías. Entonces, nos encontramos con que el nivel de competencia es altísimo. Yo siempre digo que Madrid es la capital del mundo en restauración, pienso que este nivel de hostelería no lo encontramos en otros países, estamos en la primera división de hostelería mundial.
Para finalizar. ¿Qué retos y qué oportunidades enfrentarán en Vespok en los próximos meses?
Nos enfrentamos al reto de Panamá, que es nuestra nueva apertura. Se trata de un proyecto que engloba todas las ramas de negocio del grupo Vespok unidas en un edificio, en el que tendremos tres plantas. En la planta calle, restaurante y oficinas, la agencia de viajes, la discográfica, toda la parte de hostelería, la agencia de eventos, etc. En la planta -1 tendremos un espacio de eventos con aforo para 600 personas, con un obrador central, donde produciremos comida para toda la rama de hostelería del grupo y, además, daremos de comer a todo el edificio. También vamos a llegar a acuerdos con una universidad cercana, que es una universidad de hostelería que está enfrente de la calle; nuestra idea es que bajen a esa planta a comer y, también, dar varios días ponencias, por ejemplo, el mismo director de operaciones del grupo o el CEO de la discográfica. De este modo, se generan sinergias con la universidad y con todo el hub de empresas que nosotros tenemos, para tener una manera de captar personas que quieran formar parte del proyecto. Estas personas son estudiantes de restauración, hotelería, etc., que una vez que estén formados y listos para incorporarse al mercado laboral, tendrán un hub de empresas dedicado a esto simplemente cruzando la calle.
Por último, en la planta -2 tendremos Voltereta Plays, que contará con estudios discográficos; contará con un estudio principal profesional, salas de ensayo y una discoteca con un aforo de 100 personas.
Todo esto, que no es otra cosa que conseguir aglutinar toda la actividad del Grupo Vespok en un solo edificio, es el reto más inmediato que tenemos ahora mismo. Estamos barajando también nuevas aperturas e inversiones, pero es cierto que el mercado está en plena efervescencia en este momento y lo más indicado es centrarse en las cosas que funcionan en el grupo para seguir mejorando.