2024 será un gran año en el ámbito de los pagos en Europa, ya que los monederos electrónicos ganarán popularidad y la Generación Z pasará a primer plano. Esto obligará a las empresas que quieran seguir siendo competitivas a replantearse sus estrategias de comercio electrónico.
El año 2024 también será crucial para el sector financiero, que seguirá aportando grandes de dosis de innovación. De nuevo, los aspectos clave que influirán en esta nueva etapa serán la influencia de la Generación Z, el poder transformador de los monederos digitales y las sofisticadas estrategias de marketing digital.
A medida que la Generación Z se incorpora a la población activa, aumenta su renta disponible. Lógicamente, sus preferencias de compra evolucionan y exigen un enfoque que les resulte familiar y cómodo. En este contexto se sitúa el llamado «comercio social», un estilo de comercio electrónico a través de las redes sociales que va en aumento.
Para que las empresas se dirijan de una forma efectiva a este grupo demográfico tan digital deben replantearse sus estrategias de comercio electrónico y asumir que las redes sociales influyen mucho en sus decisiones de compra. Por eso, para aumentar las ventas en 2024, las marcas necesitarán sólidas estrategias de marketing en las redes sociales y capacidades para procesar pagos en las aplicaciones móviles de esas redes sociales.
En este sentido, en 2024, la innovación y el cambio definirán el panorama europeo de los pagos. Comerciantes y minoristas deben aprovechar las oportunidades que ofrecen iniciativas tecnológicas emergentes.
El auge mundial de los monederos electrónicos, sobre todo en China y el Sudeste Asiático, está cambiando la forma en que los ciudadanos gestionan sus finanzas. En particular, el 84% de los consumidores chinos utilizan activamente monederos electrónicos, lo que contribuye a reducir enormemente el uso del efectivo.
En Europa se prevé una transformación similar, con un aumento del valor de las transacciones a través de monederos móviles de más del 30% en los últimos tres años. La Iniciativa Europea de Pagos tiene previsto catalizar aún más este cambio mediante la introducción de un monedero digital en toda la UE, empezando en Francia, Alemania y Bélgica. De hecho, en 2024 se espera un aumento de la adopción de monederos digitales en toda Europa. Sin embargo, el continente se enfrenta a grandes retos, como la diversidad de preferencias de pago entre sus países. Mientras Francia, por ejemplo, se inclina por los pagos con tarjeta y adopta las nuevas tecnologías de pago, en Grecia siguen muy arraigadas las transacciones en efectivo. Para que los monederos digitales se integren con éxito en Europa será crucial salvar estas diferencias.
Por otra parte, las empresas que busquen fuentes de ingresos internacionales deben ser conscientes de que la adaptación y localización de las ofertas va más allá de los métodos de pago y tiene que incluir promociones digitales y estrategias de marketing. En este sentido, en 2024 se prevé una mayor personalización de las capacidades de marketing digital para mercados específicos, impulsada por la integración de estos servicios en los proveedores de pagos transfronterizos.
Y es que, las preferencias de los consumidores varían significativamente según la región. Así, los consumidores chinos y del sudeste asiático aprecian mucho los códigos de descuento, mientras que los europeos se inclinan por las promociones tradicionales de ventas estacionales. De este modo, las empresas que deseen aprovechar las oportunidades del comercio transfronterizo deben adaptar sus estrategias a las preferencias locales. Por ejemplo, para competir en el mercado chino hay que dejar de lado las promociones navideñas y del Black Friday, y centrarse en el Día del Soltero (11 de noviembre) y la Semana Dorada (en octubre).
En resumen, la convergencia del comercio social, el auge de los monederos digitales y la evolución del marketing digital harán que 2024 sea un año de transformación para el panorama europeo de los pagos. Por eso, comerciantes y minoristas deberían tener muy en cuenta esas tendencias, adaptando sus estrategias a las preferencias de los consumidores de la Generación Z y a los diversos entornos de pago de los países europeos. La clave del éxito reside en la agilidad, la innovación y un profundo conocimiento de los matices locales que configuran el comportamiento de los consumidores en un mundo cada vez más interconectado.