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Javier Rivas

Profesor en EAE Business School

Culmina un periodo difícil para las instituciones europeas, tras las elecciones habrá de constituirse una nueva Comisión Europea con, más que probablemente, un nuevo presidente. Entre los futuribles candidatos destaca sobre manera Mario Draghi con su amplia experiencia en el Banco Central Europeo, se le considera el salvador del euro tras la crisis griega, o al frente de un gobierno de tecnócratas en Italia. Muchos piensan que este sería el puesto adecuado para poner fin a la brillante carrera del italiano.

Sea Mario Drahgi o cualquier otro ¿cuáles serán los grandes retos de las gerentes de las instituciones europeas?

Retos Internos

Los desafíos son mayúsculos, hemos visto en la calle una contestación sin igual a la política agraria común, básicamente, los agricultores piden una serie de cambios de difícil encaje dentro de los tratados y, peor aún, chocan con los tratados internacionales de la UE y con la propia normativa de la Organización Mundial del Comercio.

Conseguir estabilizar esta nueva Política Agraria Común con algunos cambios que permitan asegurar la misma calidad a los productos que vengan de fuera frente a los que son producido dentro de la U.E. es un reto mayúsculo.

Otra de las grandes incógnitas que afrontará la Nueva Comisión es el ajuste de determinados estados que llevan más de una década incumpliendo el Tratado de Maastricht en el que se fundamenta el euro, de eso sabe y mucho Draghi.

Se deberán aplicar ajustes que garanticen la sostenibilidad de la moneda europea, de otro modo entraremos en una situación difícilmente sostenible con enormes diferencias entre los países cumplidores y la periferia del euro que podría desembocar en crisis de credibilidad de nuestra moneda no muy distinta de la acontecida con el euro en 2010.

¿Qué decir de conseguir poner de acuerdo a los 27 en temas cruciales para el futuro? La pregunta clave para el futuro de la U. E. es si queremos profundizar más en la Unión (p.e. incorporando una política de defensa) o seguimos ampliando Europa al Este. Hacia Oriente tenemos las grandes incógnitas, ¿debe entrar Turquía en la U.E.? hasta dónde estamos dispuestos a arriesgar en la expansión a países como Ucrania, Moldavia, Georgia….muchos de estos estados no tienen una frontera estable, algo que para los estamentos europeos es un requisito imprescindible para entrar en la Unión.

 

Retos Externos

Hasta ahora la Unión ha vivido en gran parte estable gracias al apoyo de EEUU y la existencia de la OTAN, la guerra en Ucrania crea una situación completamente inaudita, por una parte, un conflicto bélico casi en la frontera de la U.E. y por otra un agresor que, en gran parte, lo es para intentar evitar que su esfera de influencia se recorte en beneficio de Occidente.

La Unión, galardonada con el Premio Nobel de la Paz de forma muy merecida, de repente se ha visto involucrada en una guerra asimétrica en la que financia y da armas a uno de los contendientes de manera independiente y coordinada, a veces, con sus socios de la OTAN.

De rebote, ha desparecido casi la neutralidad que antes era moneda común de algunos miembros, ganando un peso cada vez más relevante EEUU y la OTAN.

Los retos son mayúsculos, coordinar la respuesta a Rusia poniendo de acuerdo intereses muy contrapuestos y, por otro lado, conseguir mantener la financiación que ha supuesto emisiones de deuda por parte de la Unión, al tiempo que se trabaja en una potencial política de defensa conjunta.

 

Todo un reto… y además, seguir potenciando que Europa sea un bálsamo de crecimiento, inflación reducida, paz y estabilidad…¡casi nada!