El sector fintech ha sido testigo de un crecimiento exponencial a nivel mundial en los últimos años, redefiniendo completamente nuestra relación con el dinero y los servicios financieros. Este auge prevé dar un salto sustancial a medio plazo, ya que los ingresos de la industria fintech se multiplicarán por seis, pasando de 245.000 millones de dólares hasta alcanzar los 1,5 billones en 2030, tal y como adelantó un informe elaborado por la firma de consultoría estratégica BCG y QED Investors.
Sin duda, estamos al frente de un sector con un potencial de crecimiento excepcional a lo largo de la próxima década. Y es que uno de los principales motivos de esta aceleración está relacionado con el fenómeno de las finanzas integradas, también conocidas como Embedded Finance. Esta tendencia, protagonista indiscutible de este 2024, permite ofrecer servicios financieros a empresas no financieras mejorando, por un lado, la experiencia de usuario; mientras que, por el otro, representa una nueva vía de ingresos para las compañías.
Además, la apuesta por una mayor inversión en startups y la adopción de los dispositivos móviles también está impulsando el crecimiento de la industria fintech. Sectores como el comercio minorista y el comercio electrónico se perfilan como los principales beneficiarios de las finanzas embebidas, al ofrecer una gama más amplia de servicios financieros integrados en sus negocios.
Pero el auge del sector fintech no se limita únicamente a la ampliación de servicios, sino que también abarca la optimización de procesos internos para las empresas. Un claro ejemplo de ello es la conciliación bancaria, una tarea crítica para la estabilidad financiera de cualquier organización. La automatización habilitada por las API (Interfaces de Programación de Aplicaciones) está transformando este proceso, permitiendo una conciliación bancaria eficiente y precisa. Con la ayuda de las API, las empresas pueden simplificar sus conciliaciones bancarias, integrándolas fácilmente con sus sistemas contables. Esta automatización no solo mejora la precisión financiera, sino que también reduce el tiempo y los recursos dedicados a los procesos manuales de conciliación.
Además de los avances tecnológicos, la industria también debe estar atenta a un entorno regulatorio en constante evolución. A nivel europeo, iniciativas como el Reglamento Europeo sobre el Mercado de Criptoactivos (MiCA) y la Directiva Europea PSD3, encargada de regular los servicios de pago, están redefiniendo las reglas del juego. En el caso de España, las empresas del sector fintech deben estar atentas a los cambios normativos que pueden entrar en vigor próximamente, ya que van a transformar significativamente el modo en que las compañías diseñan y ofrecen sus servicios financieros. Además, la reciente implementación de la regulación “Crece y Crea” en nuestro país establece la obligatoriedad de la factura electrónica para el año 2026. Este cambio regulatorio afectará la forma en que las empresas gestionan sus transacciones comerciales y tendrá un impacto directo en la infraestructura tecnológica y los procesos internos de las organizaciones, promoviendo la digitalización y la eficiencia en las relaciones comerciales.
Por lo tanto, las empresas fintech en España se encuentran en un momento crucial de adaptación y preparación para cumplir con las nuevas regulaciones, al tiempo que deberán explorar oportunidades para innovar y ofrecer soluciones financieras que satisfagan las demandas del mercado. La capacidad de anticiparse y responder de manera proactiva a estos cambios regulatorios y tecnológicos será fundamental para mantener la relevancia y la competitividad en los próximos años.
Y es en este contexto de mayor regulación donde las entidades de dinero electrónicas (EDE) van a cobrar un mayor protagonismo. De hecho, ya se han convertido en actores clave del panorama financiero digital, enfrentando desafíos regulatorios complejos relacionados con la privacidad de datos y la ciberseguridad. La inversión en tecnología adaptable y la colaboración estratégica con entidades de dinero electrónico son imperativos para mantenerse actualizado sobre las distintas regulaciones.
En definitiva, las fintech en España, y en todo el mundo, se encuentran en una encrucijada decisiva en la que la capacidad de anticiparse y responder proactivamente a los cambios regulatorios y tecnológicos serán determinante para su futuro. Adoptar un enfoque centrado en la innovación y una adaptación ágil les permitirá liderar una nueva era de servicios financieros más accesibles, eficientes y seguros para todos.