Pilar Roch

Directora general de AMETIC

Hoy en día la integración de la tecnología y la digitalización en todas las industrias y sectores económicos es una realidad incuestionable. La transformación tecnológica en España tiene al menos tres vertientes: por un lado, la capacidad nacional para convertirnos en productores de productos y servicios tecnológicos, y no ser solamente compradores o consumidores de aquellos producidos por empresas extranjeras. En segundo lugar, la inevitable adopción tecnológica en todos los sectores y áreas funcionales para mantener nuestra competitividad. Por último, con la ventaja competitiva que está suponiendo en sectores como el turismo, o la salud, de forma eficaz, amplia y anticipada, la adopción tecnológica lo que supone en muchos casos que España lidere iniciativas a nivel mundial en estas industrias y que construya su potencial para hacerlo en otras.

Esta realidad hacer que se necesite una gran cantidad de talento preparado para estos retos. Necesitamos talento digital, talento técnico, y la actualización tecnológica de todos los perfiles profesionales.

Nos queda camino por recorrer. Muestra de ello son las conclusiones del Estudio de Salarios y Política Laboral 2024, presentado en la séptima edición del Foro Alianza por el desarrollo de Talento Digital organizado por AMETIC en octubre. En él se establece que, aunque el sector tecnológico destaca por ofrecer empleo de calidad, con un salario medio de 47.300 euros; el 90,9% de las compañías tienen serias dificultades para encontrar profesionales capacitados con los que cubrir vacantes especializadas en tecnología y solamente uno de cada cuatro candidatos cumple al 100% con los requisitos del puesto vacante.

Esta situación influye especialmente a las pymes, que representan el 99% del tejido empresarial español y son las que enfrentan las mayores limitaciones para competir por atraer y retener talento. Los avances logrados hasta el momento no son suficientes para responder al acelerado ritmo de los avances tecnológicos y, en este sentido, áreas como la inteligencia artificial o la programación siguen teniendo vacantes vacías. Un resultado que no solo afecta a la transformación tecnológica de la empresa en cuestión, sino que también ralentiza como hemos visto el crecimiento de la industria tecnológica y la competitividad de nuestro país.

Existe una brecha importante entre la oferta y la demanda en el mercado laboral en lo referente a los perfiles tecnológicos y digitales. El número de especialistas TIC en España debe aumentar en más de 1,39 millones para cumplir con los objetivos de la Década Digital de la Comisión Europea. Sin embargo, entre 2023 y 2024, este número sólo ha experimentado un modesto aumento del 2,3% frente al 4,3% de la Unión Europea.

Por todos estos motivos, desde AMETIC hemos presentado una propuesta de Pacto Social por la Transformación Integral de la Educación y la Formación que reúna a administraciones públicas, empresas, universidades, centros de formación y a la sociedad para establecer unas bases que garanticen una educación digital accesible y de calidad, además de fomentar la formación continua que permita a los trabajadores adaptarse a un mercado laboral en constante evolución. Un pacto social que transcienda a los ciclos políticos y asegure una formación de calidad, con un profesorado empoderado y capacitado con nuevas metodologías y herramientas adaptadas a los retos presentes y flexibles para enfrentar los futuros.

Las políticas educativas deben evolucionar al ritmo de los avances tecnológicos y responder a las necesidades del mercado laboral. Los espacios de colaboración público-privada, como los que promovemos desde la asociación, son clave para diseñar programas formativos que aborden los retos actuales y anticipen los del futuro; y las administraciones, por su parte, tienen la responsabilidad de eliminar obstáculos burocráticos y fomentar el aumento de la inversión en educación hasta alcanzar niveles competitivos a nivel mundial.

Las competencias digitales debemos tenerlas todos, no solo los jóvenes o los especialistas TIC y, para eso, debemos proporcionar herramientas de formación continua a los trabajadores en activo.

No hay que olvidar que el talento digital es el motor que impulsará el futuro de España en la era tecnológica. Es un desafío que no puede abordarse de forma aislada; requiere la colaboración y el compromiso de todos los sectores. Tenemos ante nosotros la oportunidad de convertir a España en referente en la transformación de diversos sectores, no solamente en ámbitos como las Smart cities y el turismo, sino en todos aquellos en los que la industria ya es de por sí fuerte, y la digitalización puede jugar un importante papel como ventaja competitiva para posicionarnos como líderes. Sin el talento adecuado no podremos aprovechar esta oportunidad, ¿la vamos a dejar escapar?