Stellantis y CATL invertirán 4.100 millones en una gigafactoría de baterías en Zaragoza

Empresa | 10 de diciembre de 2024

Stellantis y el fabricante chino CATL han confirmado una inversión conjunta de 4.100 millones de euros para construir una gigafactoría de baterías en Zaragoza. Este proyecto, que forma parte del plan de Stellantis para avanzar hacia la electrificación total de su gama, refuerza el compromiso de ambas empresas con la transición energética y la producción sostenible en Europa.

Capacidades y objetivos del proyecto

La gigafactoría tendrá una capacidad de producción inicial de 50 GWh al año, suficiente para abastecer a más de 600.000 vehículos eléctricos. Se espera que las instalaciones comiencen a operar en 2027 y generen unos 2.500 empleos directos, además de miles de puestos indirectos en la región. Este proyecto estratégico se enmarca dentro del plan Dare Forward 2030 de Stellantis, que busca alcanzar una reducción del 50% en emisiones de carbono para 2030 y la neutralidad de carbono para 2038.

Colaboración clave en la transición energética

Carlos Tavares, CEO de Stellantis, destacó que esta inversión conjunta con CATL representa «un paso fundamental para garantizar la autonomía energética de Europa en el sector de baterías y reforzar la cadena de valor local». Por su parte, Robin Zeng, presidente de CATL, afirmó que el proyecto subraya el compromiso de la compañía con la innovación y la sostenibilidad en el sector de almacenamiento de energía.

Impacto económico y medioambiental

La nueva planta no solo impulsará la economía local de Aragón, sino que también contribuirá al objetivo de España de posicionarse como un líder en la producción de vehículos eléctricos en Europa. Además, la fábrica implementará tecnologías avanzadas para reducir el impacto medioambiental, utilizando materiales reciclados y apostando por fuentes de energía renovable en su operativa.

Impulso a la electrificación en España

El anuncio refuerza la posición de Zaragoza como un polo clave en la industria automovilística europea, donde ya operan otras instalaciones de Stellantis. Este movimiento llega en un momento crítico para la industria automotriz, que enfrenta presiones para acelerar la transición hacia vehículos eléctricos frente a las normativas europeas más estrictas sobre emisiones.