Estados Unidos abre la puerta a aranceles millonarios a buques chinos y desata el temor a una crisis global del comercio
Actualidad | Finanzas | Redacción Ejecutivos | 24/03/2025

La economía mundial podría estar al borde de una nueva etapa marcada por el proteccionismo, los conflictos geopolíticos y las tensiones comerciales. Así lo advierten numerosos expertos ante la posibilidad de que Estados Unidos imponga aranceles de entre 1 y 3,5 millones de dólares por escala portuaria a los barcos construidos en China que operen en puertos estadounidenses.
La propuesta, impulsada por la Oficina del Representante Comercial de EEUU (USTR), forma parte de una investigación iniciada a petición de varios sindicatos, y se plantea como un intento de frenar el dominio de China en la industria naval mundial, que ya fabrica más del 34% de los buques activos a nivel global, frente al exiguo 0,4% de EEUU.
Una amenaza real para el comercio internacional
El impacto económico de esta medida podría ser devastador. Más del 80% de los portacontenedores que actualmente atracan en Estados Unidos han sido fabricados en astilleros chinos, lo que implicaría una penalización directa a las cadenas globales de suministro.
Ejemplos como el de las 16.000 toneladas métricas de tubos de acero retenidos en Alemania ante la incertidumbre sobre su envío a Luisiana ilustran cómo estas medidas ya están alterando el comercio. En esa ruta específica, el 80% de los buques operativos son de construcción china, lo que conllevaría un sobrecoste logístico de hasta 3 millones de dólares por embarcación, según la empresa logística Mercury Group.
Además, la medida contempla que una parte del comercio estadounidense se realice únicamente en buques construidos, tripulados y registrados en EEUU, una exigencia difícil de cumplir debido a la falta de capacidad industrial y personal en los astilleros del país.
Consecuencias económicas y logísticas
Los expertos coinciden en que esta estrategia no resolverá los problemas estructurales de la industria naval estadounidense a corto plazo, pero sí podría aumentar los precios al consumidor, frenar las exportaciones agrícolas, encarecer las importaciones y desviar rutas hacia México y Canadá.
Pequeños puertos estadounidenses como Oakland, Charleston, Delaware o Filadelfia podrían quedar fuera de muchas rotaciones internacionales, lo que implicaría un golpe directo a las economías locales.
El ascenso de China en la industria naval
La situación actual es consecuencia del dominio progresivo de China en el sector. Desde 2012, el país asiático lidera la construcción de buques a nivel mundial. Los bajos costes laborales, la producción más barata de acero y el respaldo financiero del Estado chino han convertido a sus astilleros en una potencia imbatible.
En 2025, la cartera global de pedidos de nuevos buques representa el 27% de la capacidad instalada mundial, con China a la cabeza. La apuesta por la descarbonización y los combustibles alternativos también ha generado un boom de nuevos pedidos, como los 12 buques de metanol para Cosco o los 11 buques de GNL para Evergreen.
Incertidumbre de cara a 2026
Aunque el año ha comenzado con buen ritmo para el comercio de contenedores, impulsado por la fortaleza del comercio intra-asiático y el anticipo de medidas arancelarias, los analistas ya anticipan que para finales de 2025 y 2026 podría producirse una ralentización del comercio global.