Rubén González Socio fundador de Mavericks Inmobiliaria
¿Qué tendencias actuales en el mercado inmobiliario español deberían conocer tanto los compradores como los inversores?
La situación es muy beneficiosa para el propietario y más comprometida para el comprador promedio. La creciente demanda es superior a la oferta y ello hace que sea relativamente sencillo vender, y algo más complicado poder adquirir una vivienda. Las viviendas que están en precio se venden en días. Muy rápido.
¿Qué perfil tiene el comprador de vivienda en España en 2025? ¿Cómo ha cambiado este perfil en los últimos años?
El perfil es más digital. Mucho más informado que el comprador promedio de hace unos años. Actualmente hay muchas herramientas para acceder a valoraciones, que no siempre acertadas, de las propiedades. Más del 80% de los contactos que genera una propiedad son a través de visualizaciones de anuncios con el teléfono móvil. A día de hoy, conviene ser muy rápido y versátil al comprar vivienda. En términos generales, ha evolucionado hacia un comprador con un nivel de conciencia y de conocimiento mayor.
¿Qué zonas de España están viendo el mayor auge inmobiliario? ¿Por qué?
¿Cómo influye la sostenibilidad y la eficiencia energética en la demanda de pisos?
¿Existen nichos de mercado aún no explorados por la mayoría de las inmobiliarias? ¿Qué oportunidades presenta este mercado?
Siempre hay innovaciones, mercados por explotar y servicios más modernos y versátiles. En general las inmobiliarias deben digitalizarse y presentar soluciones más artesanales y personalizadas que generen el suficiente valor como para que el propietario promedio, no se plantee vender la vivienda él mismo. Hoy en día, muchos propietarios apuestan por vender por su cuenta y ventura, porque desconfían o no tienen en estima a los profesionales, pero si tu propuesta de valor es buena, y tu servicio es acorde a lo que cobras por ello, muchos se replantean el vender por su cuenta.
Hay desde grandes corporaciones, que suelen caracterizarse por un trato más impersonal y menos humano, hasta boutiques o profesionales liberales, que compiten en términos de calidad de servicio, humanidad y personalización.