CaixaBank y Sabadell lideran la reducción de provisiones en España al bajar un 30 %

La gran banca reduce provisiones en un contexto de crecimiento sólido

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El sector financiero español ha aprovechado el buen momento económico para disminuir de forma notable sus provisiones en el primer semestre de 2025. En conjunto, la gran banca redujo un 19,2% las dotaciones de pasivo y pérdidas por deterioro, situándolas en 1.929 millones de euros. Esta rebaja refleja la confianza de las entidades en la solidez del negocio doméstico y en la mejora de la calidad de los activos. CaixaBank y Sabadell destacaron especialmente al recortar un 30% sus provisiones, aligerando su exposición frente a potenciales impagos. La decisión se produce en un entorno en el que la banca europea sigue bajo la vigilancia del BCE, que advierte de los riesgos derivados de la incertidumbre geopolítica y arancelaria.

La advertencia del BCE frente a la relajación del riesgo

A pesar de los buenos resultados del sector, el Banco Central Europeo mantiene la presión sobre las entidades para que no bajen la guardia. El organismo alertó en mayo de que los bancos europeos deben prepararse para un posible repunte de la morosidad, impulsado por factores como la desaceleración del comercio internacional y las tensiones arancelarias.

Aunque la economía española avanza por encima de la media de la eurozona y los impagos no se han disparado, persiste la incógnita sobre la capacidad del sector para seguir reduciendo su colchón de provisiones en la segunda mitad del año. Consultoras como Neovantas advierten de que la introducción de variables geoestratégicas en los modelos de riesgo podría obligar a aumentar las reservas en el corto plazo.

CaixaBank, líder en rebaja de dotaciones y mejora de ratios

Entre las entidades, CaixaBank ha sido la que más ha destacado en la reducción de provisiones. Hasta junio, estas cayeron un 31,7%, hasta 450 millones de euros. El descenso se debe a una evolución positiva de la calidad del activo, lo que permitió reducir las pérdidas por deterioro de activos financieros un 28,5%, hasta 345 millones, y ajustar otras provisiones un 40,2%, devolviéndolas a niveles recurrentes tras las dotaciones extraordinarias de 2024 por contingencias legales. Además, la entidad presidida por Tomás Muniesa redujo su coste de riesgo hasta un 0,25%, el más bajo entre los grandes bancos españoles, y rebajó la morosidad hasta el 2,4%. Su ratio de cobertura de créditos más críticos (stage 3) ascendió al 69,3%, fortaleciendo su perfil de solvencia.

Sabadell se apoya en su plan estratégico y reduce morosidad

El Sabadell también se situó entre los más destacados, con una reducción de provisiones del 30,7% hasta 241 millones. La entidad catalana mejoró sus dotaciones de crédito y consiguió rebajar la ratio de morosidad desde el 3,9% al 2,8% en el último año, excluyendo a su filial británica TSB, que será absorbida por el Santander en 2026. El coste de riesgo del banco se situó en un 0,37%, mientras que su cobertura stage 3 subió al 68,8%.

La entidad, liderada por César González-Bueno, defiende su proyecto independiente frente a la opa hostil lanzada por BBVA en 2024, y presentó recientemente un plan estratégico 2025-2027 con el objetivo de reducir la morosidad por debajo del 2,5% y consolidar su posición en el mercado nacional. Fitch ha calificado el plan como ambicioso pero creíble, respaldado por la mejora de la calidad de sus activos.

El sector bancario en un ciclo de reducción de morosidad

Más allá de CaixaBank y Sabadell, otras entidades como Santander y Unicaja también registraron avances en la reducción de su tasa de impagos, con descensos del 0,7%. En mayo, la ratio de morosidad del sistema bancario español se situó en el 3,11%, el nivel más bajo desde octubre de 2008, gracias al aumento del crédito y a la reducción de préstamos dudosos.

Este comportamiento se explica en parte por el empuje del empleo y la mejora de la renta de familias y empresas, favorecidas por la bajada de los tipos de interés. Sin embargo, el BCE ha advertido de que los bancos podrían necesitar reforzar de nuevo sus provisiones en los próximos años, especialmente si se intensifican los riesgos comerciales y geopolíticos. Claudia Buch, presidenta de la Junta de Supervisión del BCE, anticipó incluso test de estrés específicos para 2026 que medirán el impacto de los aranceles sobre la estabilidad del sector financiero.