El Índice de Garantía de Competitividad modera su caída al -0,56% en agosto y encadena ocho meses en negativo
Actualidad | Vivienda | Redacción | 20/10/2025

El Índice de Garantía de Competitividad (IGC) se situó en agosto en una tasa interanual del -0,56 %, lo que supone una moderación respecto a la caída del -0,77 % registrada en julio, según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Este indicador, que mide la evolución de los precios en relación con la zona euro, acumula ya ocho meses consecutivos en terreno negativo.
Desde comienzos de 2025, el IGC ha mantenido tasas negativas en todos los meses analizados: -0,31% en enero, -0,57% en febrero, -0,72% en marzo, -0,73% en abril, -1,05% en mayo, -1,14% en junio y -0,77% en julio. El indicador arrancó 2024 en positivo, con un 0,17%, pero desde entonces ha mostrado un comportamiento a la baja, reflejando la pérdida de ritmo en la recuperación de la competitividad.
Un índice ligado a la estabilidad de precios en la zona euro
El IGC mide la tasa de revisión de precios compatible con el mantenimiento de la competitividad frente a los países de la Unión Económica y Monetaria (UEM). Para ello, compara la evolución del Índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA) de la eurozona con la pérdida acumulada de competitividad de España desde 1999.
Cuando la variación del IGC se sitúa por debajo del 0%, se aplica la llamada “regla de no revisión”, mientras que si supera el objetivo del 2% fijado por el Banco Central Europeo (BCE), se toma ese valor como referencia. De este modo, el índice sirve para garantizar que los contratos en los que se aplica mantengan la competitividad de la economía española a medio plazo.
Una tendencia negativa prolongada desde principios de año
El IGC cerró 2024 con solo dos meses en positivo —julio y diciembre— y su mayor descenso del ejercicio anterior se registró en septiembre, con un -0,45%. En lo que va de 2025, ha vuelto a caer de forma continuada, manteniéndose en tasas negativas durante los ocho primeros meses del año, lo que refleja un entorno de precios estable, pero también una presión limitada sobre los costes internos.