Giovanna Jiménez

Senior Project Manager Environmental and Sustainability de Euro-Funding

La sostenibilidad ha dejado de ser un anexo de la responsabilidad social corporativa para convertirse en un factor estratégico de competitividad a escala global. Ya no se trata únicamente de cumplir con normativas ambientales o sociales, sino de innovar, atraer capital, gestionar riesgos y garantizar la adaptabilidad de los modelos de negocio en un contexto de incertidumbre económica, tensiones geopolíticas y transición energética. En todo el mundo, las empresas que entienden la sostenibilidad como inversión y no como coste, están en mejor posición para liderar el futuro.

Iniciativas globales como los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, el Acuerdo de París y los principios de organismos como el Task Force on Climate-related Financial Disclosures, han marcado un camino para que gobiernos y mercados alineen expectativas. En paralelo, algunos países y agentes económicos han creado sus propios estándares para establecer métricas globales comparables. Sin embargo, el verdadero motor proviene de los mercados financieros, de los consumidores y del talento: inversores que gestionan sus activos incorporando criterios ESG en sus decisiones, clientes cada vez más conscientes que exigen transparencia sobre el origen y el impacto de lo que consumen, y las nuevas generaciones de trabajadores que aspiran a proyectos profesionales alineados con valores de responsabilidad y propósito.

Algunos ejemplos de empresas muestran cómo la sostenibilidad se ha convertido en motor de valor

  • En Japón, Toyota ha consolidado su liderazgo en la hibridación de motores y en innovación en hidrógeno, integrando sostenibilidad y estrategia de movilidad a largo plazo.
  • En Brasil, la compañía de cosmética Natura&Co ha desarrollado un modelo de negocio basado en la protección de la Amazonía y en el comercio justo, generando valor económico al tiempo que preserva capital natural y social.
  • En Francia, Nexans ha rediseñado procesos productivos para reducir la huella ambiental y mejorar márgenes.
  • En Argentina, Patagonia ha basado su producción textil en materiales reciclados y en la reparación de prendas.

Cada uno de estos casos demuestra que el compromiso sostenible no es filantropía, sino estrategia que abre mercados, reduce riesgos y atrae inversión. La sostenibilidad genera valor económico al reducir costes, abrir nuevas líneas de negocio, fortalecer la marca, atraer clientes y empleados, retener el talento e incluso facilitar el acceso a financiación verde.

Y podemos hablar ya, no de grandes corporaciones que han incorporado la sostenibilidad, sino de empresas cuyo modelo de negocio nace directamente de la sostenibilidad y que son innovadoras en cómo generan valor. A continuación, se muestran algunos ejemplos:

  • En Dinamarca, Too Good To Go ha desarrollado una aplicación que conecta restaurantes y supermercados con consumidores para vender excedentes de comida a menor precio, convirtiendo el problema del desperdicio alimentario en un modelo rentable y escalable.
  • En el caso de Estados Unidos, Ecovative Design produce materiales de embalaje y cuero alternativo hechos con micelio (raíces de hongos), con lo cual reemplaza plásticos y materiales contaminantes con biotecnología natural.
  • Por su parte, Fairphone en Países Bajos fabrica teléfonos modulares y reparables, con materiales de comercio justo y reciclados, desafiando la obsolescencia programada con un modelo circular y ético.

La sostenibilidad como factor estratégico de competitividad

Para construir empresas sostenibles y fomentar un cambio cultural para lograr una transformación de la compañía, es necesario tener aterrizada una estrategia con acciones concretas y establecer perfiles clave con funciones bien definidas, que velen por la implantación de dichas acciones, así como la monitorización y evaluación del desempeño de las diferentes áreas.

Adicionalmente, es fundamental una buena comunicación interna y externa, visualizando el reporte externo como herramienta estratégica de creación de valor. Un elemento central en este proceso es la memoria de sostenibilidad. Su elaboración va mucho más allá de un documento de reporte: constituye una herramienta estratégica que traduce la complejidad de los impactos en confianza y valor. Permite acceder a capital en mejores condiciones, dado que los bancos y fondos utilizan esta información para evaluar riesgos y oportunidades. Obliga a las organizaciones a mapear impactos y anticipar riesgos regulatorios, reduciendo la exposición a sanciones o crisis reputacionales. Destapa ineficiencias en consumo energético, logística o cadena de suministro que pueden convertirse en ahorros relevantes. Refuerza la marca empleadora, dado que los empleados buscan transparencia y coherencia, y fortalece las relaciones con clientes, comunidades y autoridades, ya que convierte la sostenibilidad en un relato verificable. En un mundo donde la credibilidad es un activo tan valioso como el capital financiero, una memoria sólida se convierte en una ventaja competitiva por derecho propio.

Los beneficios que se adquieren por elaborar una memoria de sostenibilidad en la empresa incluyen:

Beneficios internos

  • Genera flujos de información interna y establecimiento de indicadores que ayudan a la monitorización de la actividad y análisis de su evolución.
  • Establece el estado de situación de la Compañía en cada ámbito no financiero, para poder establecer planes de acción e iniciativas que mejoren la gestión y generen una mejora continua.
  • Permite hacer un seguimiento de los avances y descubrir las áreas que necesitan mejoras.
  • Avisa anticipadamente de puntos problemáticos, y muestra oportunidades de mejora no previstas, descubriendo cuestiones que pueden poner en peligro la reputación de la organización, y/o a identificar oportunidades antes que los competidores.
  • Favorece la mitigación de riesgos derivados de una falta de transparencia, control y seguimiento.
  • Identifica la visión y estrategia para operar de manera más sostenible.
  • Prepara a las organizaciones para debatir, medir y tomar medidas en relación a las cuestiones relativas a la sostenibilidad.
  • Si se da difusión interna, ayuda a generar una visión global de la compañía y orgullo de pertenencia, lo que favorece la retención del talento.

Beneficios externos

  • Da respuesta a las expectativas de grupos de interés.
  • Mejora la reputación e imagen de la marca de la organización.
  • Generación de confianza y respeto.
  • Alineamiento con las tendencias regulatorias y de los líderes del sector/mercado.
  • Atracción de la atención de inversores institucionales, no institucionales y fuentes alternativas de financiación.
  • Carta de presentación ante apertura de nuevos negocios o nuevos mercados.
  • Permite poner en valor la compañía respecto a la competencia mostrando las iniciativas destacadas y diferenciadoras, de manera que genera atracción del talento.

Es cierto que todavía persisten ciertos retos en la integración de la sostenibilidad en la estrategia de negocio. Los costes iniciales de inversión pueden ser significativos, sobre todo para pymes o sectores intensivos en capital. Y la necesidad de un cambio cultural interno exige integrar la sostenibilidad en todas las áreas de la organización, desde la estrategia corporativa hasta la operación diaria. Sin embargo, las empresas que superan estos obstáculos obtienen beneficios tangibles en competitividad, reputación y rentabilidad.

El mundo empresarial vive una transformación que ya no admite retorno.

La sostenibilidad no es un apéndice reputacional ni una obligación externa, sino el estándar competitivo global que define qué compañías serán líderes en la próxima década. Quienes actúen con rigor, transparencia y visión a largo plazo no solo cumplirán con los marcos regulatorios internacionales, sino que captarán inversión, innovarán en productos/servicios y procesos, gestionarán mejor sus riesgos y consolidarán su reputación. El futuro empresarial no pertenece a quienes ignoren este cambio, sino a quienes comprendan que la sostenibilidad es una palanca muy poderosa de creación de valor en el siglo XXI. Quien dé ese paso con autenticidad, no solo sobrevivirá, sino que prosperará en un mercado global que premia la responsabilidad.