Sarah Armas

Vocal de Bienestar Social de OBBIO. Responsable de Talento y Experiencia de Empleado en AMADEUS.

La discapacidad es uno de los ámbitos de la diversidad, la equidad e inclusión más trabajados en las organizaciones de nuestro país, junto con la diversidad de género y la inclusión LGBT+, si bien hay otras dimensiones que cobran cada vez más protagonismo, como la diversidad generacional y cultural. A pesar de los esfuerzos, en España, solo el 26% de las personas con discapacidad en edad laboral tiene empleo[i].

Si las empresas se esfuerzan cada año por mostrar su compromiso con la igualdad de género alrededor del 8 de marzo (Día Internacional de la Mujer) y con el colectivo LGTB+ en torno al 28 de junio (Día del Orgullo LGTB+), sucede lo mismo con la Discapacidad hacia final de año. Ya sea en torno al 3 de diciembre (Día Mundial de las Personas con Discapacidad) –lo más habitual – o en la tercera semana de noviembre (Semana Europea para el Empleo de las Personas con Discapacidad), se organizan numerosas actividades en las organizaciones con el principal objetivo de sensibilizar y concienciar sobre la discapacidad y fomentar entornos laborales donde las personas con discapacidad puedan acceder a un empleo y, además, hacerlo en clave de bienestar.

Las políticas de bienestar de la empresa deben, por tanto, tener en cuenta a este colectivo, con sus expectativas y necesidades. En este sentido, igual que para todos los colectivos diversos, cobran especial relevancia las iniciativas de bienestar social, ese que proporciona las condiciones para que cada persona pueda alcanzar su máximo potencial de salud, no solo física y mental, sino también en lo relativo a su papel en su entorno familiar y comunitario, ya que la vida de una persona es una sola y cualquier cambio o desafío de estas áreas impacta inevitablemente las demás. Como ya resaltábamos hace unos meses[ii], las personas con discapacidad a menudo experimentan mayores retos en materia de bienestar (p.ej. una probabilidad tres veces superior de ver denegado el tratamiento o cuatro veces superior de recibir un trato inadecuado en un entorno sanitario)[iii].

¿Qué podemos hacer en las organizaciones para fomentar el bienestar y, en especial, el bienestar social de las personas con discapacidad? Las opciones son numerosas y, en gran medida, dependerán de las características de cada organización, pero desde OBBIO, nos gustaría compartir una acción que entendemos tiene cabida en todas ellas: las redes de empleados, como herramienta de acogida, escucha y cohesión.  Empezaron para recoger las voces de las mujeres de la organización e impulsar su desarrollo profesional, luego se extendieron para hacer lo propio con el colectivo LGTB+ y cada vez surgen más para impulsar la verdadera inclusión de las personas con discapacidad.

¿Qué es una red de empleados?

Una red de empleados, a menudo también llamado grupo de afinidad de empleados o ERG (siglas del inglés Employee Resource Group), es una red voluntaria de personas dentro de una organización que comparten una identidad, experiencia o interés común (por ejemplo, género, orientación sexual, origen étnico, discapacidad, generaciones, etc.) y que se reúnen para brindar apoyo mutuo, fomentar un sentido de pertenencia y promover una cultura más inclusiva en la empresa. Aunque están liderados por empleados, suelen contar con el apoyo de la dirección y pueden tener patrocinadores ejecutivos que ayudan a amplificar su impacto.

Acogida

Ayudan a que las personas se sientan bienvenidas, comprendidas y acompañadas desde su incorporación. También facilitan la integración, ofrecen redes de apoyo entre pares y contribuyen a crear un entorno laboral más accesible y empático.

Escucha

Estos grupos actúan como canales de escucha activa dentro de la organización, permitiendo recoger las voces y experiencias de colectivos diversos. Ayudan a identificar barreras, aportar ideas y cocrear soluciones inclusivas específicas para su organización. Su aportación contribuye a mejorar políticas internas y fortalecer la cultura de pertenencia. Además, empoderan a los empleados al darles un espacio para expresarse y participar activamente en la transformación cultural.

Cohesión

Fortalecen la cohesión y el sentimiento de pertenencia al crear espacios seguros donde compartir experiencias, generar empatía y construir relaciones de confianza. Fomentan el entendimiento mutuo y la colaboración entre personas con y sin discapacidad. Al visibilizar realidades diversas, contribuyen a una cultura más unida, inclusiva y comprometida.

Recordemos que la calidad de las relaciones personales ha sido identificada como principal factor predictivo de la evolución de la salud de una persona a lo largo de su vida por el Estudio de Desarrollo Adulto de Harvard[iv]. Desde las organizaciones, podemos contribuir a reforzar este factor, especialmente en la era de la soledad no deseada, y en colectivos con una situación de partida menos ventajosa.

[i] Informe 8 del Observatorio sobre Discapacidad y Mercado de Trabajo de Fundación ONCE. Fundación ONCE. 2023
[ii] El bienestar laboral en el mes del Orgullo LGBT+. OBBIO. 2025
[iii] Global report on health equity for persons with disabilities. WHO. 2022
[iv] Harvard Study of Adult Development. Waldinger, R. et al.