Vinculada a APD a lo largo de toda su carrera profesional, Laura González Molero ocupó el cargo de consejera entre los años 2008 y 2016. Desde junio del presente año ocupa la presidencia, un desafío que afronta con ilusión y con el objetivo de impulsar el crecimiento de la Asociación dentro y fuera de España
– ¿Qué hace diferente a APD de otras asociaciones empresariales?
Creo que son muchas las cosas que la hacen diferente. La primera es su gran equipo. Los ejecutivos, los profesionales que trabajan con las empresas, los socios y sus órganos de gobierno son los que hacen únicas a las compañías porque, al final, lo que marca la diferencia somos las personas.
Creo que APD fue pionera en su día. Sus orígenes se remontan a hace 63 años cuando la inquietud de un presidente, Bernardino Herrero, copiando un poco el modelo americano de la American Management Association, le llevó a crear en España una comunidad de ejecutivos que, reuniendo empresas, les permitiera realmente estar actualizados y conseguir una red global en la que nos pudiéramos ayudar. En aquellos momentos el número de ejecutivos que había, su preparación y el apoyo entre ellos, estaba muy limitado, con lo que fue pionero al crear la asociación. Esta característica de innovación, de adelantarse a cuáles son los temas importantes, sigue en vigor en esta casa y es algo que realmente admiro de APD, asociación que conozco desde hace muchos años.
Fui miembro de su consejo durante dos mandatos. Es una asociación que cuenta con unos estatutos que regulan de manera muy clara cómo deben ser sus órganos de gobierno, el cuándo y el cómo, lo que ha llevado a que ahora yo tenga el gran privilegio y el honor de presidir APD.
Es una institución con un prestigio y una reputación muy importantes y es absolutamente independiente. No recibe ningún tipo de subvención y nuestros ingresos se deben únicamente a las cuotas de los asociados, de las más de 3.200 empresas que son socias en los países donde estamos presentes.
Gracias a la capacidad de sus ejecutivos para estar observando continuamente cuáles son las tendencias que pueden interesar a la comunidad ejecutiva y que les permiten anticiparse y prepararse para los cambios, no solamente en España, sino a nivel mundial, hemos podido convertirnos en un elemento de referencia. Todo esto nos lleva a tener un consejo rector absolutamente increíble y de altísimo nivel que no solo está presente de manera nominal, sino que participa de manera muy activa en todas las actividades que hacemos.
Llevamos a cabo una gran cantidad de actividades porque tenemos una gran vocación de servicio y queremos estar presentes de manera profunda en cada una de las áreas que trabajamos. APD tiene una presencia regional muy importante. Tenemos siete regiones en España que cuentan con su propio presidente, su consejo, y un equipo que hace que realmente se esté dando apoyo local a los empresarios, a los ejecutivos y a las empresas de la zona, para ayudar a crear valor, y que, como consecuencia, eso se transmita a toda la sociedad. Creo que es una asociación única.
Existen otro tipo de asociaciones que generalmente defienden un determinado interés, como pueden ser las patronales o las sectoriales. Nosotros somos absolutamente independientes, por nuestros ingresos y porque defendemos los intereses globales de todos nuestros asociados, que incluyen todo tipo de empresas y sectores, y, por tanto, de la sociedad en su conjunto.
En esta nueva etapa, queremos seguir siendo un referente, tanto en nuestro país como internacionalmente, para esta comunidad global tan necesitada de seguir actualizada y conectada, cree realmente valor. En resumen, convertirnos en un referente para la sociedad, donde creo que ahora mismo existe una falta de referentes muy importante, que cuente con valores profundos. Trabajamos de manera muy seria y comprometida con todos nuestros asociados y en todos y cada uno de los territorios en donde estamos presentes, para que esa posición de liderazgo, y nuestra ambición de continuar siéndolo en el futuro, sea una realidad y no solo palabras. Por esto creo que somos únicos. No hay ninguna otra asociación que tenga el posicionamiento que tiene APD.
– Aunque lo ha esbozado, detálleme un poco más de qué manera trabajan
Llevamos a cabo distintos tipos de actividades bajo el concepto de flexibilidad para poder ofrecer a nuestras regiones y áreas lo que realmente necesitan en cada momento. Impartimos cursos, seminarios, y hacemos encuentros de altísimo nivel. Creemos que es muy importante conocer cuál es su posición de las grandes personalidades y los invitamos a esos encuentros donde nuestros asociados tienen la oportunidad de poderse reunir con ellos a puerta cerrada, sin medios, y debatir en profundidad los temas que nos preocupan. Nuestros seminarios y encuentros a veces son generalistas y a veces muy especializados. En estos días de septiembre se ha llevado a cabo un congreso con un enfoque pionero y holístico sobre la innovación. Pensamos que la innovación es la clave del futuro y que tenemos que poner al servicio de las personas y de las empresas todo lo que la tecnología y la ciencia nos ofrece en estos momentos. También hacemos para nuestros asociados programas in company, para ayudarles a desarrollar capacidades en cualquier área en la que puedan estar interesados. De hecho, cada vez ofrecemos más servicios a nuestros asociados con la intención de poder convertirnos en su compañía de referencia en el camino a la excelencia. Nuestra actividad es muy variada y, entre encuentros, seminarios y congresos, llevamos a cabo más de 300 eventos al año.
– ¿A qué retos se enfrentan los profesionales de la dirección de empresas?
Vivimos en un mundo muy complejo y volátil en el que los períodos se están acortando mucho y la tecnología está cambiando y revolucionando totalmente los modelos de negocio. Como consecuencia, nos enfrentamos a grandes retos. Las barreras tradicionales que había para la entrada en muchos sectores ya no están vigentes porque la tecnología ha hecho que se hayan difuminado de manera muy importante.
¿Qué retos tenemos los ejecutivos en este siglo xxi? Lo primero es que debemos acostumbrarnos a tener una visión absolutamente holística. En el pasado, con tener una visión sectorial profunda, con mucho conocimiento, era suficiente para definir la estrategia de la compañía y competir exitosamente. Como también se trataba de un entorno conocido, limitado y que no cambiaba tanto, era mucho más predecible. Hoy en día, esa predictibilidad ya no existe en ningún sector. Como consecuencia nuestros competidores ya no son los tradicionales, sino que, a través de diferentes canales, utilizando otra tecnología u otros medios, han surgido otros más que ofrecen soluciones diferentes a nuestros clientes. Esto exige estar muy alerta, conociendo qué está ocurriendo en el mundo desde el punto de vista tecnológico y cómo evoluciona la sociedad y los consumidores. Tenemos que entender que los mercados han evolucionado de manera muy importante y continúan cambiando continuamente.
Por otro lado, la sociedad, clientes, usuarios y empleados requieren otra serie de cosas. Las personas hoy no solamente queremos trabajar en una empresa que ofrezca buenos productos y que sea económicamente viable. Necesitamos compañías que compartan su visión, valores, posicionamiento y ofrezcan un entorno en el que nos podamos desarrollar como personas. Cómo tenemos que manejar el capital más importante de cualquier compañía, sus personas, es algo que ha cambiado de una manera absoluta.
La tecnología se está convirtiendo en algo así como una commodity y está al alcance de casi cualquier compañía a unos costes razonables provocando que las personas se hayan convertido en el activo más importante. Es lo que realmente marca la diferencia y por eso yo soy optimista y positiva en cuanto a la transformación digital. Las personas más que nunca vamos a estar en el centro, con el apoyo de la inteligencia artificial, la robotización, el blockchain y las nuevas tecnologías, que van a ser super útiles y que es imprescindible que las integremos en nuestros modelos de negocio y organizativos. Pero todo esto hay que transformarlo en soluciones de valor para nuestros clientes y la clave para el éxito somos las personas.
Por eso la gestión del talento y la sociedad en general, necesitan equipos diversos en los que haya personas que tengan sensibilidades, experiencias y conocimientos muy diferentes. Creo que los líderes del siglo xxi deben tener una visión mucho más holística en el concepto neorrenacentista, que tenga a las personas en el centro. Este fue el lema de nuestro congreso de este año en el que contamos con más de 2.000 ejecutivos, porque es muy importante que tengamos un liderazgo efectivo, integrador, con capacidad estratégica de anticipación y capaz de ofrecer soluciones reales a las demandas de nuestros clientes.
Creo que tenemos muchos retos, pero son apasionantes. Es importante tener retos a los que enfrentarse, pero necesitamos contar con la flexibilidad, la generosidad y la humildad necesarias para entender que tenemos que trabajar en equipo. Los valores y nuestra reputación y la de nuestras compañías ha de ser lo más importante. Tenemos que dedicarle mucho tiempo de calidad porque es el factor más importante para asegurar nuestra sostenibilidad, como empresa y como sociedad, a medio y largo plazo.
– Tienen como objetivo promover el intercambio de ideas, conocimientos y experiencias entre los directivos empresariales. En definitiva, ¿hablan de talento?
Lo comentaba antes. Creo que la tecnología es cada día más accesible y que lo que realmente marca la diferencia somos las personas. El gran reto que tenemos es gestionar de manera eficiente y diversa el talento. Poder conseguir a los mejores en cada momento, pero hay que ofrecer esa flexibilidad que hoy exigimos las personas de acuerdo con nuestras necesidades, personales, familiares, profesionales o del tipo que queramos, de manera que nos podamos desarrollar de manera autónoma, mucho más independiente, pero también mucho más comprometida con los proyectos.
Las relaciones laborales están cambiando y más que van a cambiar. Por eso tener foros donde poder discutir los problemas de una manera abierta y compartir soluciones y mejores prácticas es algo muy valorado por los ejecutivos. Creamos espacios donde poder ahondar en las prioridades y los retos que se plantean con confianza y de una manera transparente y profunda.
– Todo este planteamiento ¿lleva a profesionalizar al directivo?
Sí, pero de manera distinta. Yo llevo 30 años trabajando y siempre me he considerado un profesional. No creo que nunca hayamos estado sin profesionalizar, pero sí es verdad que el concepto de profesionalización ha cambiado mucho. Es consecuencia de la evolución de la sociedad y de la legislación que hacen que nuestros comportamiento, prácticas y conocimientos sean distintos. Vivimos en un entorno mucho más exigente que el que tenemos que poner todas nuestras capacidades al servicio del proyecto. Al mismo tiempo, la sociedad exige una mayor transparencia en el proceso de toma de decisiones.
Todo esto ha transformado el perfil de los ejecutivos y el concepto de profesionalización ha evolucionado y se ha sofisticado de manera muy importante.
– Hábleme sobre la ética. ¿Es un valor presente en la empresa española?
¡Por supuesto que sí! Lo que ocurre, como en absolutamente todo y de manera lamentable, es que las malas noticias corren más que las buenas. Ocurre en la sociedad en general. Cuando hay un asesinato, se produce un maltrato o se descubre a un pederasta, el ruido es tremendo porque le dedicamos mucho tiempo y esfuerzo. Pero, afortunadamente, la mayoría de la sociedad no somos ni ladrones, ni pederastas, ni asesinos.
El sistema hace que le prestemos más atención a las cosas malas y creo que las personas que hacemos el bien lo comunicamos menos. Forma parte de la naturaleza humana, pero por supuesto que hay ejecutivos cuyos comportamientos son éticos. Creo que la mayor parte de los empresarios y ejecutivos de este país son éticos y se esfuerzan para que sus actuaciones sean correctas. Pero como somos humanos, las empresas deben tener controles y tiene que haber sistemas para asegurar que tengamos límites. Poder hacer las cosas entendiendo de manera clara cuáles son nuestros roles y nuestras responsabilidades y el alcance y las implicaciones que tienen nuestras decisiones, porque cuando no se cuenta con límites aparecen problemas de compleja solución. Creo que tenemos que reforzar los valores de nuestra sociedad y que los de las empresas, lejos de quedar únicamente enmarcados de una manera muy bonita, con palabras muy profundas y con mucho significado, no se conviertan en una herramienta de marketing o de comunicación, sino en un elemento básico en el proceso diario de toma de decisiones.
Creo que hay que formar en valores. Hay que conseguir que la transparencia, la honestidad y el respeto estén presentes en nuestras compañías porque creo que es la única manera de dar respuesta a los retos que tenemos como sociedad. Creo que los empresarios y los ejecutivos tenemos un papel muy importante que se tiene que ver reflejado en cómo nos comportamos en el día a día y cómo tomamos nuestras decisiones, y no solamente cuando nos hacen una entrevista o cuando estamos en un acto multitudinario.
En este sentido, creo que hay que hacer un esfuerzo en todas las instituciones y a todos los niveles, desde que somos niños. Creo que los referentes en el entorno familiar son muy importantes para conocer los valores de tu entorno de trabajo y también en el social. La ética y los valores tienen que estar presentes en todo lo que hacemos. No solo hay que enunciarlos, sino que tenemos que ser éticos y vivir esos valores las 24 horas al día. Tenemos que poner énfasis en ello para conseguir líderes que sean referente en valores y tener sistemas de control para asegurar que sea así, porque somos humanos y no somos perfectos.
– Acaba de acceder a la presidencia de APD. ¿Cuáles son sus objetivos?
Estoy todavía en fase de definición y de descubrir cuáles son los retos para poder definir un plan estratégico para estos próximos cuatro años. Para mí es un gran orgullo y una responsabilidad muy grande el poder suceder a presidentes de gran prestigio en este país como pueden haber sido Antonio Garrigues Walker o Rafael Miranda.
El primer reto que me planteo es conocer todavía más esta casa. Llevo muchos años ligada a APD, pero todavía debo conocer más a fondo la asociación. Creo que la precipitación y pensar que hay cosas obvias que quedan por hacer te puede llevar a análisis erróneos y simplistas. Lo afronto de una manera muy seria y profesional, y para ello tengo que conocer muy bien la institución y respetarla. Tengo que mantener una escucha activa hacia los presidentes de honor, hacia los vicepresidentes, el consejo y los socios principales, para entender también cuál es su sensibilidad hacia los problemas y cuáles son los pilares básicos que queremos poner en esta hoja de ruta. Desde la humildad, pero también con toda mi fuerza, voy a intentar continuar el sendero de éxito ya iniciado. He heredado una institución con un éxito y un prestigio muy grandes y contamos con pilares en los que vamos a continuar trabajando, sin duda, como es el proceso de internacionalización. Este es un área muy importante y pensamos que lo que hemos conseguido en España, convertirnos en un referente para la comunidad global de ejecutivos, podemos extenderlo a otros países de manera también exitosa. Estamos ya en Portugal, Marruecos, Perú, Colombia, Ecuador y a corto plazo llegará México.
A través de nuestras herramientas, nuestros programas y nuestro know how queremos crear unas comunidades globales mucho más eficientes. Vivimos en un mundo global y tenemos que ser capaces de compartir con todos los ejecutivos del mundo las buenas experiencias y prácticas porque compartimos retos muy parecidos. Internacionalización seguirá siendo uno de los pilares, pero nos abriremos a nuevos retos sobre los temas que nos están preocupando y son importantes para las empresas y para la sociedad mundial. Tenemos que seguir siendo referentes e innovadores y continuar ofreciendo espacios de debate, de diálogo y de análisis de tendencias para encontrar herramientas en esa comunidad global. Seguir siendo líderes y aumentar, si cabe, el prestigio, la reputación y la relevancia de esta gran institución.