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Iberdrola España fue pionera hace ya más de 20 años en la implantación de las energías renovables como la herramienta más eficaz para sustituir a los combustibles fósiles. Echando la vista atrás, ¿considera que se ha cumplido con este objetivo?

Es un objetivo que nos planteamos hace ya casi 20 años y echando la vista atrás puedo afirmar que hemos avanzado. Trabajando, invirtiendo, desarrollando talento, experimentando nuevas tecnologías para tener un mundo más verde, para luchar definitivamente contra el cambio climático, pero sobre todo para conseguir una generación de energía más eficiente, más limpia y que deje un planeta más verde y sostenible para las nuevas generaciones. Es un desafío enorme, pero debemos admitir que no hemos cumplido todavía en su totalidad.

Es cierto que fuimos pioneros en esta materia y nos enorgullece saber que muchas empresas nos están siguiendo gracias a ese camino que nosotros abrimos en su momento. Creo que la historia de esta transición de energía nos va a traer, sin lugar a dudas, grandes desafíos futuros como son el desarrollo de nuevas tecnologías y nuevas formas de generar energía para conseguir el objetivo de descarbonizar la economía, electrificar la economía y reducir las emisiones para completar nuestra lucha contra el cambio climático.

«Hemos sido pioneros en energías renovables. Nos enorgullece saber que para muchas empresas somos un referente»

El compromiso de Iberdrola pasa por ser una de las compañías energéticas más verdes del Planeta. ¿Cómo se ha llevado a cabo esa evolución energética hasta llegar a generar su capacidad principalmente por fuentes renovables?

Más que un compromiso son nuestras fuentes, nuestros valores y nuestros principios. Nuestro sistema de gobernanza corporativa está inspirado precisamente en una em- presa pionera en la transición energética. Nosotros hemos buscado el desarrollo de diversas tecnologías para poder alcanzar este objetivo. Comenzamos con la energía eólica, fuimos desarrollando energía fotovoltaica y pasamos de la eólica terrestre a la eólica marina. Hemos desarrollado no solo fuentes de generación, sino también fuentes de consumo eficiente, y hemos participado activamente en la evolución de la movilidad eléctrica al incorporarnos como socio tecnológico con fabricantes de vehículos y desarrolladores de baterías.

Entendemos que esa es la forma en la cual podemos aportar con mayor agilidad al proceso de electrificación y de tener una economía más verde. Gracias a estos principios fundamentales que están incorporados desde hace ya muchos años en nuestro sistema de gobernanza y en el ADN de todo el talento y de todos los colaboradores que trabajan con nosotros, hoy día podemos decir que Iberdrola va por el buen camino.

«Iberdrola trabaja continuamente en la búsqueda de fuentes de energía renovable, cuenta con una premisa básica para el éxito de su modelo: el desarrollo sostenible de las comunidades en las que opera y el bienestar de sus personas»

Cuentan con proyectos de energía verde por España y en toda la geografía mundial, incluyendo la eólica, la solar y el hidrógeno verde. De todas las fuentes de energía renovable, ¿cuál cree que marcará el paso en los próximos años?

Indicar hoy en día cuál será la energía que va a marcar el paso en los próximos años es complicado teniendo en cuenta la velocidad de desarrollo de diversas tecnologías en los últimos tiempos. Lo que es seguro es que el paso estará marcado por un objetivo común que se alcanzará con el desarrollo de múltiples tecnologías: ese objetivo de una energía más limpia, eficiente y eficaz para atender las necesidades del consumidor, además de atender en precio a las necesidades de los consumidores, tanto residenciales como industriales.

Actualmente podríamos decir que la eólica marina es la que más desarrollo está teniendo en este aspecto y posiblemente es la que esté en cabeza en liderar ese paso. La energía fotovoltaica aún debe salvar la problemática de las capacidades de almacenamiento que suponen las placas solares, por lo que creemos que, si salvamos ese obstáculo, tendrían un desarrollo mucho mayor. Pero tan importante como el desarrollo tecnológico del bien con que vamos a generar energía es también acelerar los procesos de licencias y de obtención de permisos de uso de tecnologías. La velocidad de esta transición está muy vinculada a la velocidad con la que avanza la burocracia, ya que cada día estamos siendo más eficientes en la construcción de estos parques energéticos. Un parque fotovoltaico, suele requerir de dos a tres años de solicitud de permisos y su construcción está entre 8 y 12 meses. Y estamos en vías de optimizar aún más esa construcción, por lo que solo nos queda manejar la cuestión burocrática.

En definitiva, las tecnologías estarán fundamentalmente enfocadas por esa vía, en la que claramente la eólica offshore y el hidrógeno verde, enfocada como una tecnología avanzada desde el punto de vista de generar con energías renovables un nuevo combustible, nos van a permitir tener un desarrollo y un avance más eficiente en la lucha contra el cambio climático y en la reducción de emisiones.

¿Cuáles cree que son los pilares fundamentales de Iberdrola España para seguir liderando la transición energética?

Tenemos una base muy potente de experiencia y de talento que conoce muy bien cuál es el trabajo necesario para continuar con la lucha y en el desafío de alcanzar nuestro objetivo de ser una empresa pionera en la transición energética. Pero sobre todo es fundamental la inversión. Y para eso es necesario que todos, proveedores y colaboradores sientan que hay un marco regulatorio estable.

El compromiso con España es muy claro. Nuestra contribución fiscal en España hoy día, a pesar de que se discute mucho, es del orden de 4.000 millones de euros por año, además del empleo directo que creamos a raíz de las energías renovables, por cada cual se generan 10 empleos indirectos en sectores tecnológicos, de calidad y que contribuyen al crecimiento del país.

Y, por otro lado, el desarrollo tecnológico también lo hemos reforzado con la inauguración de nuestro campus de San Agustín de Guadalix. Actualmente 13.000 personas se forman año tras año en este centro, lo que nos ha permitido disminuir los tiempos de aprendizaje para maximizar los tiempos de construcción y ser más eficientes en la construcción de los proyectos en los cuales invertir. Eso nos garantiza unas rentabilidades que hacen que esta compañía sea altamente atractiva para los más de 600.000 accionistas que tenemos, donde nos encontramos que muchos de ellos son personas que han apostado por esta compañía como su fuente de renta futura de cara a mejorar sus condiciones en la jubilación.

Iberdrola no es solo una compañía, sino que también es una locomotora de muchas nuevas tecnologías y nuevos proyectos, que implican también un desarrollo social en las comunidades de España. Ahora mismo nos encontramos desarrollando un nuevo concepto tecnológico que es ‘La Comunidad Eléctrica’ donde, con un plan nuestro, parte de la energía que se genere en ese proyecto la aportamos a Iberdrola trabaja continuamente en la búsqueda de fuentes de energía renovable, cuenta con una premisa básica para el éxito de su modelo: el desarrollo sostenible de las comunidades en las que opera y el bienestar de sus personas los pueblos donde lo estamos desarrollando, creando así una ‘Comunidad eléctrica’ que permite rebajar la cuota de la luz. Un objetivo final es que sean pueblos con energía más barata y que sean atractivos para vivir en ellos, lo cual podría generar una migración positiva desde el punto de vista de habitabilidad y crear también un apoyo a la España vacía, donde vemos la necesidad de recuperar nuestros pueblos y recuperar nuestra tradición.

Establecer ese vínculo entre la electricidad y el fortalecimiento de España es fundamental y útil dentro de esta transición energética y en la creación de esa Comunidad.

¿Han cambiado o evolucionado las demandas del cliente en el sector de la electricidad?

Si hay otro efecto de la pandemia que ha destacado además del doloroso proceso desde el punto de vista de salud y de familias, ese ha sido la aceleración de la digitalización y el cambio en la relación con el cliente.

El hecho de haber tenido a los consumidores muchos meses instalados en sus casas, y con todo el mundo teniendo que continuar porque había que seguir trabajando, nos llevó claramente a enfrentar un proceso de digitalización muy agresivo en la relación con el cliente, pero también de las instalaciones. En los últimos años en España se cambiaron del orden de 10 millones de contadores, con una inversión de 2.000 millones de euros, que son la base de la digitalización de todo el proceso de distribución de energía. Eso nos permite tener hoy día unos tiempos de atención de respuesta al cliente altísimos que se tienen que traducir en satisfacción al cliente.

Lo mismo desde el punto de vista de la atención comercial, desde el punto de vista de nuestro proceso interno, a través de la necesidad de acelerarlos para materializar las inversiones en el menor tiempo posible. Tenemos un cliente extremadamente empoderado con relación a la digitalización, pero también muy sensible a que esta digitalización no genere emisiones y que el producto final comprado sea un producto que sea eficiente desde el punto de vista eléctrico y no contaminante.

La digitalización nos ha llevado, en todos los ámbitos, no solo desde el punto de vista de la empresa, sino también desde el Estado, a agilizar la vida y a optimizar uno de los recursos que claramente se ha demostrado como el más escaso en este momento: el tiempo que las personas tienen disponible para su vida personal y familiar. La digitalización sin lugar a dudas hoy día es un gran factor desde el punto de vista de la calidad para que el cliente pueda relacionarse con nuestra empresa, pero también es una herramienta fundamental para nosotros. Fenómenos como Filomena o la gota fría en Valencia son anomalías climáticas extremas que nos han permitido, a través de la digitalización de nuestra red de transporte, poder tener reposiciones de servicio ante situaciones catastróficas en tiempos extremadamente cortos y probablemente impensables hace cinco o 10 años.

«La compañía lidera los principales índices internacionales de sostenibilidad gracias a sus acciones en esta materia. Mario Ruiz-Tagle es desde el pasado mes de julio el nuevo consejero delegado de la compañía en España. Ruiz-Tagle ha liderado con éxito Neoenergia, la filial brasileña de Iberdrola, durante más de un lustro»

Ese es el futuro: una atención más inmediata de un servicio que claramente ha demostrado la esencialidad de éste, desde el punto de vista que las familias perciben que la energía eléctrica es un bien esencial para su día a día, así como para el de las empresas, el desarrollo de la educación y el de toda la comunidad.

Por último, ¿cómo imagina el futuro de Iberdrola y de su sector en los próximos diez años?

Creo que el futuro dentro de diez años se puede ver desde distintas perspectivas. En primer lugar, creo que estamos en un sector esencial de la economía. El modelo industrial que Iberdrola está desarrollando y su proyecto de empresa se ha mostrado claramente como modelo de éxito. La gran preocupación vendrá por nuevos competidores de sectores en los cuales nosotros hemos ido avanzando, como son el petróleo y el gas, que ahora mismo son más contaminantes pero que están en un proceso de transición. Ese es el futuro que nosotros vamos a tener que enfrentar, y nos llevará a grandes desafíos regulatorios que permitan continuar avanzando y no volver atrás. La crisis energética actual nos ‘contamina’ desde el punto de vista de sembrar un manto de duda sobre la necesidad de la transición energética. Pero también nos da muchísima tranquilidad cuando vemos que en el resto del mundo esto no cambia y vemos que efectivamente es producto de la complicada situación que estamos viviendo en este momento, pero que la rueda sigue adelante y nos obliga a tomar medidas adecuadas.

El futuro de Iberdrola es espectacular desde el punto de vista de desarrollo de negocio. Pocas empresas en España, tal vez ninguna, tienen un plan de inversión de 150.000 millones de euros, que nosotros vamos a invertir en una cuestión que se torna esencial para el planeta. Lo que hemos vivido en los últimos años, fenómenos climáticos como Filomena, inundaciones cada vez más frecuentes, olas de calor que ya no son olas sino periodos de calor que hacen incluso peligrar un tremendo potencial que tiene España como es el turismo. Eso nos hace comprender con más urgencia las necesidades que tenemos de trabajar con más dedicación en la lucha contra el cambio climático. Una lucha que nosotros la hemos sacado del ámbito prácticamente intelectual, filosófico o educacional, y la hemos llevado a una cuestión que es mucho más comprometida, que es la acción climática.

¿Qué hacemos realmente para medirlo y poder trabajar con ello? Una cuestión elemental, por ejemplo, es la reducción de emisiones de CO2, pero que sean medibles, que sean auditables. Queremos que lo que nosotros empezamos hace 20 años esté hoy en una serie de empresas y sectores industriales, siendo una cuestión que ya genere una preocupación real. Reducir los primeros kilos de emisiones de CO2 es fácil. Reducir los últimos, como estamos tratando de hacer nosotros, es mucho más complejo.

«El futuro de Iberdrola es espectacular desde el punto de vista de desarrollo de negocio. Pocas empresas en España, tal vez ninguna, tienen un plan de inversión de 150.000 millones de euros, que nosotros vamos a invertir en una cuestión que se torna esencial para el planeta»

Sin embargo, no nos asusta el desafío y estamos completamente listos para desarrollar las soluciones que sean necesarias. Claramente el futuro de Iberdrola lo veo con bastante esplendor al encontrarnos en un sector esencial para la economía. Estamos en la mejor empresa para desarrollar el futuro y creo que tanto el Gobierno como el sector privado y la sociedad civil, entienden claramente que se necesitan em- presas con la convicción, compromiso, dedicación y talento que tiene Iberdrola para enfrentar este futuro.