Concha Barreda, Senior Brand Manager de Treat Biscuits en Iberia- Mondelez

A comienzos de octubre, la icónica galleta OREO revolucionó el país con una atrevida y valiente campaña de marketing que jugó primero con la idea de que la marca se despedía de España, para desvelar diez después que no solo no se iba, sino que presentaba una total renovación con nueva receta y nuevo packaging. El innegable impacto conseguido ha sido el resultado de una muy bien medida estrategia de creatividad y comunicación acometida en colaboración con varias agencias (Publicis y MARCO), que han trabajado unidas. La campaña comenzó con un enigmático ‘Adiós, España’, que inundó 22 ciudades del país, y cambió a los diez días a un ‘Hola, España’, anunciando así la llegada de la nueva receta y su imagen renovada. Desde Mondelez, su Senior Brand Manager de Treat Biscuits en Iberia, Concha Barreda, ha querido compartir con Ejecutivos sus impresiones sobre este llamativo lanzamiento.

¿Por qué Oreo ha decidido cambiar la receta en este preciso momento? ¿Qué diferencia hay con la receta clásica?

Oreo es una marca icónica, única, y siempre estamos en busca de la excelencia. Buscábamos una mejora en la receta para seguir satisfaciendo los gustos de nuestros consumidores. Esta nueva receta mantiene la esencia que tanto gusta a nuestros fans del sabor, pero también aumenta el porcentaje de cacao y reduce el porcentaje de azúcar de tal manera, que consigue un balance mucho más equilibrado. Los propios consumidores la eligieron entre 20 diferentes recetas que se les dio a probar

¿Es nutricionalmente mejor que la anterior?

Es una galleta que mejora la experiencia organoléptica del consumidor y a nivel nutricional mantiene las mismas características, pero eso sí, aumenta el porcentaje de cacao y reduce el porcentaje de azúcar.

¿Podemos esperar que esta predisposición a cambiar recetas se extienda a otros productos de la marca o de Mondelez?

Este cambio de receta aplica a todas las variedades de la galleta de Oreo, exceptuando la galleta golden, que no como que no es una galleta con cacao, no aplica a ella, pero sí a la base de todos los productos. El cambio también afecta al rediseño del packaging. Hemos evolucionado el packaging para acompañar a esta mejora de la receta, dándole más protagonismo a la galleta, más protagonismo al logo e intensificando ese color azul de fondo para ayudar también al consumidor a encontrar nuestros productos en el lineal y creando una potente mancha azul.

De cara a la producción, ¿seguirá Oreo fabricándose aquí en España?

Sí, desde luego, Oreo se fabrica en España. Bueno, realmente tiene dos fábricas una en Viena (Navarra), y otra en la República Checa.

Respecto a la disruptiva campaña de marketing, parecía un poco arriesgado el decir “Oreo se va”, cuando no era del todo cierto. Pero lo que la evidencia nos muestra es que la reacción de los españoles ha sido muy positiva.

Desde el principio sabíamos que era una campaña atrevida y es verdad que hemos conseguido el objetivo de llamar la atención sobre este cambio de receta, que es épico e histórico para la marca. Durante dos semanas los consumidores han estado intentando averiguar cuál iba a ser la noticia y ahora ya por fin todos ellos la van a conocer.

¿No han tenido miedo a que eso afectase a la imagen o credibilidad de la marca?

Esto siempre podía ocurrir, pero queríamos dar voz a los consumidores y lo que no podíamos hacer era quitársela después. Ha sido una oportunidad para que ellos se expresasen libremente. Y la buena noticia es que la respuesta ha sido masiva: 180.000 interacciones en redes sociales, más de 200 millones de impactos de alcance y cerca de 120 artículos en prensa, y la gran mayoría ha sido todo muy positivo y mensajes de muchísimo cariño hacia la marca.

Siguiendo con toda la estrategia de marketing que han trazado, entendemos que toda la movilización en redes sociales ha sido crucial para realizar esta acción.

Ha sido importantísima. Hemos escuchado a los consumidores, sabemos cómo consumen los medios, dónde están, dónde están también las nuevas generaciones. Hemos querido empatizar, hablar su lenguaje y es ahí donde les hemos encontrado con toda esa masificación de mensajes a través de las redes. Estábamos preparados para la marea, pero manejable no es, porque, como decía, al final, dando voz a los consumidores, ellos han sido capaces de expresarse libremente y ahí nosotros no debíamos interferir. Simplemente les hemos dado la oportunidad de expresar lo que sienten hacia nuestra marca y ya sabíamos que es una marca muy querida. Pero la gran sorpresa ha sido ver cómo España se ha volcado en cariño hacia nuestra marca y nuestra galleta aprobada.