«Si queremos ser un país relevante tenemos que invertir más en innovación»

¿Cómo definiría la innovación en el contexto empresarial actual? ¿Qué sectores consideraría estratégicos?

La innovación es la base de todo. Hemos llegado donde estamos gracias a innovar constantemente. También es la base del Estado del bienestar que tenemos en Europa. Todos los sectores son fundamentales, pero el digital, al que pertenece AMETIC, es uno de los grandes inversores. Un tercio de toda la inversión en innovación proviene de la industria digital y en otros sectores, las innovaciones, tienen que ver mucho con la tecnología.

El sector farmacéutico es un buen ejemplo: estamos viendo nuevos medicamentos en los que se está utilizando activamente tecnología, incluyendo inteligencia artificial. La innovación es clave para la evolución del ser humano. Sin innovación no hay evolución.

 ¿Cómo afecta esta rivalidad a las empresas y a la innovación en Europa? ¿Cómo pueden las empresas europeas mantenerse relevantes en este contexto?

Ahí tenemos un gran reto. Vemos cómo en Estados Unidos o Asia hay más inversión en innovación y más patentes. Si lo analizamos por millón de habitantes, Corea del Sur lidera con más de 5.500 patentes por millón de habitantes mientras que en Europa, aunque tenemos Alemania con 1.500, en España tenemos 30.

España es muy buena en ciencia, pero en innovación bajamos al puesto 28 o 30, y en patentes tenemos mucha posibilidad de mejorar. Si queremos ser un país relevante tenemos que invertir mucho más en innovación y conseguir que sea el eje fundamental del desarrollo.

Lo estamos viendo también en el nuevo Plan Europeo que se basa en tres ejes: innovación, defensa y descarbonización. Si Europa quiere crecer en competitividad, el punto número uno es la innovación.

 ¿En qué áreas cree que China y EE.UU están marcando la diferencia en innovación? ¿Está Europa condenada a ir a remolque?

Europa no está condenada a ir a remolque. Si hablamos de innovación en el área digital, en los últimos años hemos perdido competitividad y posiciones en el índice de innovación.

La nueva estrategia de Europa de apostar por la innovación es una nueva oportunidad que tenemos para volver a ser una de las regiones líderes. Y es un reto de toda la sociedad: no sólo de las empresas, sino también de las administraciones y del sistema educativo.

Desde AMETIC llevamos muchos años con tres pactos de Estado que creemos que son fundamentales: el desarrollo de talento digital, el de Industria y el Pacto por la Innovación. En él pedimos a la sociedad y a las administraciones públicas que firmemos un pacto de Estado que vaya más allá de una legislatura, que no tenga tintes políticos y que sea un ejemplo para toda Europa y para todo el mundo.

 ¿Qué oportunidades y amenazas representa esta ‘Guerra Fría tecnológica’ para las empresas españolas?

Yo lo veo más una oportunidad que una amenaza. La competencia hace que todas las empresas, tanto españolas como europeas, tengan que luchar para no quedarse atrás, e invertir en innovación.

Vemos una relación directa entre industria e innovación. Europa ha perdido competitividad, industrialización e innovación. Lo que tenemos que hacer es cambiar esa espiral y reforzar la industria, lo que significa más innovación para ganar en competitividad.

¿En qué sectores España está liderando o tiene la oportunidad de liderar en materia de innovación dentro de Europa?

España es potente en muchas industrias. En la agroalimentaria estamos innovando, aunque deberíamos invertir más. En automoción también somos uno de los países con mayor potencial.

Tenemos que invertir en el sector digital; también en salud, que es una de las claves para el futuro; y en el turismo, que es una de las industrias más importantes que tiene España.

En cualquier sector tenemos que invertir en innovación para crear industria, y que la industria que ya tenemos invierta en innovación.

 ¿Hasta qué punto la colaboración entre empresas, gobiernos y universidades es clave para el futuro de la innovación?

La colaboración es clave. Todo empieza en el sistema educativo. La universidad tiene que ser el centro de la innovación junto con las empresas y las administraciones.

Es muy importante que aprendamos a ser innovadores, no cuando ya estamos en la empresa, sino cuando empezamos en la educación, sobre todo en la universidad. Es donde tenemos que cuestionarnos todo y ver cómo podemos hacerlo mejor. Es la única forma de innovar.

Otras regiones del mundo lo están haciendo así. Históricamente en Europa, la innovación también ha pasado por un concepto del ser humano con una mente innovadora.

 ¿Qué desafíos debemos superar para que la innovación en España y Europa no se quede atrás?

Ahora mismo ya tenemos un plan estratégico en el que la prioridad número uno es la innovación y lo que tenemos que hacer es que se convierta en realidad.

Tenemos que invertir en innovación y conseguir que las empresas innovadoras tengan más apoyo. Que haya un ecosistema de innovación en el que universidad, empresas y administración pública tengan una retroalimentación continua. Si no hay innovación, es muy difícil que podamos mantener el estado de bienestar actual.