«Como consultora tecnológica, tenemos la misión de trasladar confianza y seguridad al mercado»

¿Cómo definiría la innovación en el contexto empresarial actual? ¿Qué sectores consideraría estratégicos?

Me quedo con la definición de la Fundación COTEC sobre la innovación, que la definen como todo cambio, no necesariamente tecnológico, basado en conocimiento, no solo científico, que aporta valor, no solo económico. Es una definición amplia y ambiciosa, pero refleja la realidad de lo que estamos viviendo.

En cuanto a sectores estratégicos, la tecnología es uno de ellos. Como consultora tecnológica, tenemos la misión de trasladar confianza y seguridad al mercado, desentrañar la complejidad de las nuevas tecnologías y ser capaces de articular soluciones que resuelvan problemas de nuestros clientes.

El sector energético también es habilitante porque parte de esta revolución es demandante de energía, por lo que tenemos que poner el foco en la sostenibilidad. Y luego están los sectores con un enorme potencial como la salud donde se está aplicando la inteligencia artificial, el sector de la movilidad y el transporte sostenible, la agricultura con el desarrollo de nuevas fuentes de alimentación, y el sector de la seguridad, tanto en defensa como en ciberseguridad.

¿Cuáles son los 2-3 proyectos más innovadores que están desarrollando actualmente?

Destacaría uno que estamos haciendo para la Unión Europea que tiene que ver con el uso de la inteligencia artificial y los gemelos digitales para la regeneración de áreas urbanas desfavorecidas.

Otro proyecto muy innovador es el que estamos haciendo con AENA basado en el uso de drones autónomos que llevan a bordo cámaras y sensores de alta resolución capaces de identificar riesgos, objetos en pista, intrusión en perímetros de seguridad, etc.

También mencionaría el proyecto BlueBird, centrado en el uso eficiente de la energía, gestionado con una plataforma basada en inteligencia artificial, que permite definir modelos predictivos y reducir al mínimo el desperdicio.

¿Cree que Europa puede encontrar su propio modelo de innovación o está condenada a ir a remolque de EE.UU. y China? ¿Qué rol está jugando el desarrollo de la IA en esta disputa global por la supremacía innovadora?

Es cierto que, por el marco regulatorio y los modelos de financiación, parece que tanto Estados Unidos como China han tomado la delantera, especialmente con la inteligencia artificial generativa.

Europa no debe luchar ahora por desarrollar nuevos modelos de lenguaje. Sin embargo, podría aprovechar para acelerar la adopción de estas tecnologías. La innovación no se limita sólo a la IA. También hablamos de computación cuántica, donde empresas europeas son líderes en ciertos procesos, o de la producción de energías renovables donde poner a prueba estas nuevas tecnologías.

Si entendemos la innovación como parte de una cadena que inicia con la investigación, pasa al desarrollo y llega a la digitalización, Europa tiene todavía deberes que hacer. Pero esto no es una carrera, sino un ecosistema en el que tenemos que encontrar nuestro espacio y los pasos que se están dando van en la buena dirección.

¿Cómo puede España aumentar aún más su atractivo? ¿Qué papel puede jugar Inetum en ello?

Una de las primeras cosas que tiene que hacer España es enfocarse en una política integral de gestión del talento que vincule no solo a las organizaciones educativas sino también a las empresas y organizaciones sociales.

Desde Inetum, nos comprometemos al desarrollo del talento, impulsando planes de estudio para FP dual alineados con las demandas tecnológicas de nuestros clientes, contribuyendo con cátedras, hackathons y encuentros de innovación con la universidad. Estamos creando centros de excelencia por toda la geografía. El último, aquí en Madrid, que tiene que ver con salud y sanidad.

España puede contribuir a la innovación fomentando la retención del talento, con una presencia territorial, y desde ahí proyectar toda esa capacidad al resto de Europa o del mundo.

¿Qué impacto tendrá la IA en la innovación en los próximos años?

Va a tener un impacto determinante. Va a facilitar procesos que ahora llevan meses o años en el análisis masivo de datos y ayudará en la toma de decisiones, simplificando tareas repetitivas. Lo que aplicamos ahora a nivel empresarial se está empezando a trasladar a nivel de investigación, desarrollo e innovación.

¿Qué desafíos debemos superar para que la innovación en España y Europa no se quede atrás?

El primero es promover la creación de un marco regulatorio que dé confianza y seguridad, pero que no limite el desarrollo y la puesta en marcha de estos avances.

El segundo es garantizar que la innovación sea accesible, democratizar el acceso a estos avances y que el impacto o el beneficio sea general en toda la sociedad.

Un tercer desafío es el que tiene que ver con la financiación. Es cierto que han fluido muchos fondos europeos y que España ha sido especialmente hábil en su adjudicación y gestión, pero nos corresponde también a la sociedad civil y a las empresas comprometernos en la inversión, el desarrollo y la aplicación de esta innovación.

Y un cuarto elemento a considerar es la formación. Necesitamos avanzar a todos los niveles, desde la escuela o universidad hasta la empresa, en el conocimiento profundo de estos avances.