El club de exportadores advierte de que las amenazas geopolíticas
Empresa | 28 de noviembre de 2024
Así se desprende de la última Nota Técnica publicada por el Club de Exportadores, bajo el título “El nuevo contexto geopolítico: implicaciones para la internacionalización de la empresa”, cuyos autores son Enrique Fanjul y Juan José Zaballa.
En los últimos ocho años se han multiplicado los riesgos que afrontan las empresas en su actividad internacional que son entre otros los derivados de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, las alteraciones en las cadenas de suministro tras la pandemia, la invasión de Ucrania, y la guerra de Gaza.
Antes de los profundos cambios geopolíticos están teniendo lugar, el análisis de riesgos que realizaban las empresas con actividad internacional se centraba en aspectos comerciales y financieros. Las empresas trataban de aumentar su eficiencia y reducir costes a través de su actividad exterior. Ahora, por el contrario, las empresas deben tener en cuenta otros factores, como la resiliencia, la seguridad en los suministros, el creciente proteccionismo e intervención pública en temas como la energía, el transporte o la seguridad nacional, o las sanciones económicas y comerciales. Los gobiernos han empezado a intervenir de múltiples formas: vigilando la entrada de inversiones extranjeras de empresas que dependen de países con regímenes políticos autoritarios, o apoyando inversiones con subvenciones, desgravaciones fiscales y demás instrumentos de la política económica.
Las cadenas globales de valor se están reconfigurando, acortándose en muchos casos para aumentar la seguridad en los suministros, aunque ello provoque pérdidas de eficiencia y aumentos de costes.
Según los autores del trabajo, “amanece un nuevo mundo de menos certezas, luego de mayores incertidumbres y, en consecuencia, de nuevos y mayores riesgos. Posiblemente, la manifestación más clara de la vertiente económica de la desglobalización sea el proceso de reconfiguración de las cadenas globales de suministro”. Esto puede provocar que se sustituyan flujos de comercio internacional por flujos de inversión, cuyos riesgos son diferentes.
Además, los autores señalan que otro tipo de factores, no estrictamente de negocio, pueden afectar a la actividad internacional de las empresas, como por ejemplo temas éticos (p.ej. derechos humanos) o medioambientales. Las empresas deben incluir todo esto en el mapa de riesgos y deben tenerlos en cuenta a la hora de definir estrategias y líneas de actuación en sus actividades internacionales.
La necesidad de implantar sistemas más complejos de gestión de riesgos
La Nota Técnica finaliza subrayando: “Aunque parece una conclusión evidente, la realidad empresarial pone de manifiesto que el análisis de riesgos que realizan las empresas es menor holistico de lo que cabría anticipar y se centra, por regla general, en la vertiente financiera de la actividad empresarial.
Dicho sistema de identificación y evaluación de riesgos ha de ser lo más completo posible y, en consecuencia, debe incorporar los riesgos consustanciales a los cambios que se han identificado como resultado de las aún recientes alteraciones de la estructura económica internacional.
De la misma manera que los estándares de gobernanza empresarial han ido imponiendo sistemas de información para la gestión y de transparencia en la misma, se hace crecientemente evidente que esta información y transparencia han de complementarse con un análisis de los riesgos consustanciales a la actividad empresarial que soporta los estados financieros y las auditorías correspondientes.”