El FMI advierte de la desaceleración del crecimiento económico mundial para 2029
Actualidad | 10 de abril de 2024
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha alertado sobre una posible ralentización del crecimiento económico mundial hasta el 2,8% para el año 2029, lo que representa un descenso de un punto porcentual con respecto a la media prepandémica observada entre 2010 y 2019. Esta proyección, contenida en el informe del Capítulo 3 sobre las ‘Perspectivas económicas mundiales’, subraya la necesidad de implementar reformas significativas y adoptar nuevas tecnologías que impulsen la productividad para evitar tal desaceleración.
El informe refleja que, a pesar de la «notable resistencia» de la economía global frente a recientes perturbaciones, las proyecciones futuras han sido sistemáticamente revisadas a la baja desde la crisis financiera de 2008-2009, atribuyendo esta tendencia a la desaceleración tanto en las economías avanzadas como en las emergentes y en desarrollo.
El FMI destaca que más de la mitad del descenso en el crecimiento en las economías avanzadas y emergentes, y casi la totalidad en los países de ingresos bajos, se debe a cambios en el crecimiento de la productividad total de los factores (TFP). Este fenómeno ha sido exacerbado por una creciente asignación inadecuada de capital y mano de obra entre empresas de distintos sectores, la caída generalizada en la formación de capital privado después de la crisis y un menor crecimiento de la población en edad de trabajar en las principales economías.
Estas dinámicas no solo amenazan con deteriorar el nivel de vida de la población, sino que también podrían ampliar la brecha de crecimiento entre países pobres y ricos, limitando la convergencia de ingresos. Además, la desaceleración demográfica jugará un papel importante, ya que se espera que el crecimiento de la oferta laboral sea para 2030 del 0,3%, menos de un tercio de la media prepandémica.
El FMI advierte que un escenario de bajo crecimiento sostenido, combinado con altos tipos de interés, podría comprometer la sostenibilidad de la deuda y restringir la capacidad gubernamental para contrarrestar desaceleraciones económicas e invertir en bienestar social o en la transición verde. Esta perspectiva de crecimiento débil podría, a su vez, desalentar la inversión en capital y tecnologías, perpetuando la desaceleración.
Por tanto, el organismo multilateral enfatiza la «necesidad urgente» de adoptar políticas y reformas estructurales que fomenten el crecimiento mediante una mejor asignación de capitales y mano de obra hacia las empresas más competitivas, la mejora de la participación de la fuerza laboral y la capitalización del potencial de la inteligencia artificial (IA).
El FMI sostiene que políticas adecuadas dirigidas a mejorar la competencia en los mercados, la apertura comercial, el acceso financiero y la flexibilidad del mercado laboral podrían incrementar el crecimiento mundial en aproximadamente 1,2 puntos porcentuales hacia 2030. Además, el potencial de la IA para impulsar la productividad laboral es «altamente incierto», pero «potencialmente sustancial», pudiendo añadir hasta 0,8 puntos porcentuales al crecimiento mundial, dependiendo de su adopción e impacto en el mercado laboral.
En este contexto de altos niveles de deuda pública y fragmentación geoeconómica, el FMI insiste en que las reformas son «críticas» para evitar un mayor condicionamiento a la baja del PIB.