Iberdrola invertirá 41.000 millones para impulsar su crecimiento hasta 2026
Empresa | 21 de marzo de 2024
Iberdrola proyecta desembolsar alrededor de 41.000 millones de euros en inversiones brutas durante el lapso 2024-2026, con la intención de lograr un beneficio neto en el rango de 5.600 a 5.800 millones de euros al concluir dicho período. Estas estimaciones se dieron a conocer en el evento Capital Markets Day que la empresa celebra este jueves en Londres. De la totalidad prevista para la inversión, se incluye la adquisición de un 18,4% adicional de Avangrid por cerca de 2.280 millones de euros, con lo cual Iberdrola pasaría a poseer la totalidad de esta filial en Estados Unidos. A esta suma de inversión, colaboradores de Iberdrola en el ámbito de las energías renovables, tales como el fondo soberano de Noruega Norges y Masdar, contribuirán con 5.000 millones de euros, ajustando así la cifra de inversión neta de Iberdrola a 36.000 millones de euros.
Una proporción significativa de estas inversiones, el 85%, se orientará hacia mercados con calificaciones de ‘A’. Estados Unidos se erige como el principal destino de inversión para la compañía, acaparando el 35% del total, es decir, unos 14.350 millones de euros, seguido por el Reino Unido con un 24%, Iberia (España y Portugal) con un 15%, Latinoamérica también con un 15%, y un 11% destinado a Alemania, Francia, Australia y otros estados miembros de la Unión Europea. El grupo enfocará el 70% de su inversión en el crecimiento.
Con este esquema de inversión, Iberdrola aspira a obtener un Ebitda que oscile entre 16.500 y 17.000 millones de euros para el año 2026, con una aportación equitativa aproximada del 50% por parte de los sectores de redes y renovables. Además, la empresa se ha fijado el propósito de que el 70% de su Ebitda sea independiente de los precios en el mercado eléctrico mayorista para el año 2026.
En correspondencia con estos resultados, Iberdrola planea repartir alrededor de 11.000 millones de euros en dividendos a sus accionistas durante este período, mediante una política de remuneración que prevé un ‘pay out’ de entre el 65% y el 75%. Esto se traduciría en un dividendo por acción de entre 0,61 y 0,66 euros para el año 2026. Asimismo, la empresa ha establecido un mínimo garantizado para el dividendo de 0,55 euros por acción durante este lapso, como parte del programa Iberdrola Retribución Flexible, que incluye la recompra de acciones.
En lo concerniente a la distribución sectorial de las inversiones, el ámbito de las redes eléctricas constituirá el segmento primordial, con un 60% del total neto, equivalente a unos 21.500 millones de euros, destinados principalmente a la expansión y fortalecimiento de las redes en EE.UU., el Reino Unido, Brasil y España. Ignacio Galán, presidente del grupo, ha resaltado que esta nueva ‘hoja de ruta’ se fundamenta en el crecimiento orgánico, centrado en el desarrollo de redes en mercados de alta solvencia crediticia y en un crecimiento selectivo de las energías renovables, con el fin de reemplazar los combustibles fósiles y promover el almacenamiento energético.
Galán ha enfatizado la inevitable tendencia hacia la electrificación y anticipa que esta dinámica se intensificará de manera exponencial en los próximos años como la alternativa exclusiva para abordar los desafíos actuales del sector energético. En este sentido, señala la necesidad de más infraestructuras de red para satisfacer la demanda, mayor generación de energía limpia en sustitución de los combustibles fósiles, y un aumento en las capacidades de almacenamiento para conferir estabilidad al sistema y a los precios. Iberdrola, según Galán, se encuentra en una posición privilegiada en estas áreas, con amplia experiencia y oportunidades para crecer de manera orgánica en sus mercados clave.
En lo que respecta a la apuesta por las redes, más de 6.500 millones de euros se destinarán a las redes de transporte, lo cual permitirá a Iberdrola aumentar su base de activos hasta alcanzar los 54.000 millones de euros para 2026, lo que representa un incremento de 12.000 millones de euros respecto a 2023 y un 38% más en comparación con 2022. Por otro lado, los activos en redes de transporte superarán los 15.000 millones de euros.
El 85% de las inversiones en redes se dirigirán a mercados con marcos regulatorios estables para los próximos años, y el 80% de los ingresos brutos de este segmento estarán protegidos contra la inflación y las variaciones en los tipos de interés.
Las energías renovables también desempeñarán un papel crucial en la estrategia de crecimiento de Iberdrola para los próximos tres años, con una previsión de invertir 15.500 millones de euros brutos, incluyendo los 5.000 millones de euros que la compañía espera captar con socios estratégicos en proyectos en desarrollo. Más de la mitad de esta inversión se centrará en la eólica marina en Estados Unidos, el Reino Unido, Francia y Alemania; un 28% en eólica terrestre y el 18% restante en energía solar. Además, el 100% de la inversión se destinará a proyectos que ya se encuentran en fase de construcción.
La empresa también impulsará su apuesta por el almacenamiento como una tecnología estratégica para estabilizar los precios en el mercado y mitigar la volatilidad en los márgenes, destinando 1.500 millones de euros con el fin de alcanzar los 120 millones de kilovatios hora (kWh) de capacidad de almacenamiento a través de sistemas de bombeo, lo cual supone un aumento del 20%. Adicionalmente, el grupo contará con una cartera de 150 millones de kWh.
En cuanto al segmento de negocio de clientes, Iberdrola invertirá 2.500 millones de euros, con entre el 70% y el 80% de la energía vendida a clientes bajo contratos a largo plazo, principalmente mediante acuerdos de compra de energía (PPAs) y generación regulada. Además, se prevé que el 85% de las ventas con márgenes asegurados estén concretadas para 2026, cuando se espera alcanzar un volumen de entre 140.000 y 150.000 gigavatios hora (GWh).
Por otro lado, Iberdrola ha revisado al alza sus expectativas para 2025, elevando su previsión de beneficio neto al extremo superior del rango previsto, situándolo entre 5.300 y 5.400 millones de euros.
Adicionalmente, Iberdrola reitera sus proyecciones para 2030, motivadas por la necesidad urgente de acelerar el proceso de electrificación. Los objetivos incluyen alcanzar activos de redes valorados entre 65.000 y 70.000 millones de euros, de los cuales un 30% corresponderá al segmento de transporte, y lograr una cartera de 100.000 GW de capacidad renovable en desarrollo para el futuro.
A partir de 2027, la empresa anticipa contar con 3.000 nuevos megavatios (MW) de capacidad eólica marina operativa, alcanzando así un total de 5.000 MW marinos, y proyecta la puesta en marcha de 6.000 MW adicionales entre proyectos eólicos y solares.
Las operaciones de Iberdrola se espera que generen 10.000 nuevos empleos a nivel global en el transcurso de los próximos tres años, contribuyendo al aumento hasta 500.000 empleos en toda su cadena de suministro.
En línea con esta nueva estrategia, Iberdrola se compromete a alinear su crecimiento con la meta de alcanzar cero emisiones en sus instalaciones de generación y consumos propios para 2030, y extender este compromiso a todas sus actividades para 2040.
Además, la empresa continúa reforzando su compromiso con la igualdad de género. Actualmente, las mujeres ocupan el 34,5% de los cargos directivos, una cifra que se espera aumente en el futuro próximo, manteniendo a Iberdrola como líder en los rankings de gobernanza, ética y cumplimiento.