KPMG cifra el crecimiento de España al 1,5 % para 2024

Actualidad | 9 de enero de 2024

La economía española experimentará un crecimiento del 1,5% este año, un punto porcentual menos de lo previsto inicialmente para 2023, según el informe ‘KPMG Global Economic Outlook’. Se espera que la actividad económica aumente progresivamente a lo largo del año, impulsada por la relajación de las tensiones inflacionistas.

El informe de KPMG proyecta que la inflación se moderará levemente en 2024, bajando del 3,6% estimado para 2023 al 3,4%. Sin embargo, la consultora advierte que esta proyección dependerá significativamente del impacto del cese de algunas medidas gubernamentales implementadas para mitigar el incremento de los precios de la energía y los alimentos. La inflación subyacente también está en tendencia a la baja, aunque en menor medida que la general.

En el ámbito laboral, después de un crecimiento del 3% en el empleo el año pasado, se espera un comportamiento positivo en 2024. No obstante, el incremento previsto de los salarios por encima de la inflación podría ralentizar la creación de nuevos empleos. KPMG estima que la tasa de desempleo en España disminuirá al 11,6% de la población activa durante este año.

A pesar de que España mantiene un superávit comercial con el exterior, no se anticipa que la demanda externa contribuya significativamente al crecimiento en 2024.

Desde una perspectiva fiscal, se calcula que 2023 finalice con un déficit sobre el PIB del 4% y una deuda pública equivalente al 108% del PIB, una mejora respecto al 120% registrado en 2020. Esta reducción se atribuye a la recuperación de la actividad económica y, por ende, de la recaudación fiscal.

Pablo Bernad, socio responsable de Consulting Corporates de KPMG en España, subraya que el principal desafío a corto plazo para la economía española será la reducción del déficit público y el control del impacto inflacionario derivado de la disminución de algunas ayudas gubernamentales.

Para el año 2024, las previsiones del Gobierno español apuntan a un déficit público del 3% del PIB a finales de año y a una deuda del 106,3% del PIB, en un contexto marcado por la reactivación de las normativas fiscales europeas.