La economía española crecerá un 2,3 % en 2025

Actualidad | Última hora | 11 de febrero de 2025

España cerrará 2025 como uno de los principales motores económicos de la zona euro. Según el Barómetro de Riesgo País y Sectorial de Coface de febrero de 2025, el PIB nacional terminará este año con un crecimiento del 2,3%, lo que supone una mejora de dos décimas en el impulso de la economía española, frente al crecimiento anual del 2,1% previsto en la pasada edición de este informe, correspondiente a octubre de 2024.

Tal y como refleja el análisis, la economía española mostrará este ejercicio un mejor comportamiento que algunas de las economías más importantes de la Eurozona, como por ejemplo Francia, para la que prevé un crecimiento del 0,5%, Alemania, que solo verá aumentar su PIB un 0,2%, o Italia, cuyo crecimiento será del 0,7% este 2025. Por su parte, Reino Unido verá expandir su economía un 1,4%.

Así, la economía española seguiría mostrando fortaleza este año, aunque el crecimiento sería menor que en 2024, ya que según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) avanzados recientemente, el PIB acabó el año con un incremento del 3,2%. Por lo tanto, en 2025 veríamos cierta relajación.

Crecimiento mundial estable, pero aún limitado

A pesar de un contexto cada vez más incierto, Coface prevé una ligera mejora del crecimiento mundial para 2025 hasta el 2,7% (frente al 2,6% de la estimación anterior). Esta revisión al alza se explica principalmente por la inesperada resistencia de la economía estadounidense, que compensa la persistente debilidad de la zona euro.

No obstante, 2025 no parece que vaya a ser un año más calmado que 2024. Según los analistas de la aseguradora, aunque las incertidumbres electorales del año pasado se han disipado, el horizonte dista mucho de estar despejado y los riesgos “rara vez han parecido tan elevados”. Si bien es probable que la política estadounidense perjudique a muchas de las economías del mundo, China sigue enfrentándose a un importante exceso de capacidad manufacturera, mientras que muchos países emergentes se ven amenazados por la apreciación del dólar y la salida de capital del país. Europa, por su parte, se enfrenta a un nuevo reto con su aliado estadounidense, que se suma a sus problemas actuales y a sus ya limitados márgenes presupuestarios.

En este sentido, el Barómetro prevé un aumento de la economía estadounidense del 2,2%, un aumento de la economía china del 4,3%, y un 1,4% de la japonesa. En cuanto a emergentes, Brasil tendría un incremento del PIB del 2% y la India, del 5,9%.

Se confirma la divergencia entre EEUU y la zona euro

El año 2025 debería confirmar la divergencia entre la economía estadounidense y la de la zona euro. El crecimiento estadounidense debería seguir siendo sólido, gracias a la resistencia del gasto de los hogares estadounidenses, impulsado por la resistencia del mercado laboral y los efectos riqueza de la subida de los precios inmobiliarios y de las acciones. La desregulación y los recortes fiscales prometidos por el presidente Trump deberían apoyar la inversión.

Por el contrario, es probable que el crecimiento siga siendo limitado en Europa, penalizado por las dificultades de la industria y la construcción. A pesar de la caída de la inflación, es probable que el gasto de los consumidores siga limitado por la falta de confianza de estos en un contexto de incertidumbre política en varios países, entre ellos Francia y Alemania. Es probable que el crecimiento siga siendo débil en estos dos países, también en Italia, y que se ralentice significativamente en España.

La industria automovilística europea se queda sin gasolina

La industria europea del automóvil ha sufrido una fuerte desaceleración en 2024. Las ventas se estancaron, mientras que los indicadores empresariales apuntan a una ralentización de la producción en la mayoría de los países de la región. Las matriculaciones de vehículos nuevos apenas crecieron un 0,8% en 2024, e incluso cayeron un 3% interanual en el segundo semestre. Y 2025 no augura nada bueno para la industria europea del automóvil, que probablemente se verá atrapada entre la creciente competencia de China y la incertidumbre del mercado estadounidense, con la amenaza de las barreras aduaneras.

La elección de Donald Trump puede afectar a muchos países emergentes

Las economías emergentes se enfrentan a una nueva situación especialmente desfavorable con la rápida apreciación del dólar y la salida masiva de capital en varios países. La elección de Donald Trump ha reconfigurado las perspectivas monetarias y financieras mundiales, agravando las vulnerabilidades de las economías más frágiles. Estos países, en particular los más endeudados con el dólar, corren el riesgo de ver cómo sus condiciones económicas se deterioran rápidamente como consecuencia de la subida de los tipos de interés y/o la depreciación de sus divisas. La fortísima depreciación del real brasileño a finales de 2024 -un 10% entre finales de noviembre y el 25 de diciembre, incluso cuando el banco central del país estaba subiendo los tipos de interés- es un ejemplo de las turbulencias que pueden afectar a un país con grandes desequilibrios externos y/o fiscales.

China no es inmune. En ausencia de nuevos estímulos importantes, es probable que su crecimiento se ralentice significativamente tras el 5% registrado oficialmente el año pasado. Los aranceles estadounidenses siguen siendo el principal riesgo para el país. Aunque su escala y calendario son inciertos, su impacto será forzosamente (muy) negativo.