La economía española crecerá un 2,7% en 2025 con el consumo privado como principal motor

El Banco de España ha revisado al alza su previsión de crecimiento para el Producto Interior Bruto (PIB) español en 2025, elevándola dos décimas, del 2,5% al 2,7%. Para los años siguientes, mantiene sus estimaciones en el 1,9% para 2026 y el 1,7% para 2027.

Según el informe del organismo, la economía española sigue mostrando un crecimiento «robusto» a pesar del contexto internacional incierto. Sin embargo, advierte de una desaceleración progresiva en los próximos trimestres.

Impacto de los aranceles y la política fiscal

Las previsiones del Banco de España no contemplan explícitamente el posible efecto del incremento de aranceles por parte de Estados Unidos sobre las importaciones de la UE, ni el impacto de una flexibilización de las reglas fiscales europeas que permita un mayor gasto en defensa.

El director general de Economía del organismo, Ángel Gavilán, señaló que la política arancelaria tendría un impacto negativo sobre la actividad económica, aunque su efecto en España sería más moderado que en el conjunto de la eurozona. Además, destacó que un aumento de la incertidumbre global tiende a afectar especialmente la inversión.

Consumo privado e inversión impulsarán el crecimiento

El crecimiento del PIB en el periodo 2025-2027 estará sustentado principalmente en la demanda interna. El consumo privado seguirá siendo el principal motor, mientras que el consumo público reducirá su aportación.

Por su parte, la inversión empresarial incrementará su contribución al crecimiento, aunque la demanda exterior neta tendrá un impacto ligeramente negativo en el conjunto del periodo debido a una desaceleración gradual del turismo internacional.

Inflación al alza en 2025

El Banco de España ha revisado cuatro décimas al alza su previsión de inflación para 2025, situándola en el 2,5%, debido al encarecimiento de la energía. Por el contrario, la inflación subyacente se ha reducido ligeramente, pasando del 2,3% al 2,2%.

Para 2026 y 2027, la inflación general se mantiene en el 1,7% y el 2,4%, respectivamente. No obstante, la entidad señala que estos datos ocultan un ajuste en la inflación de la energía a la baja, compensado por una ligera subida de la inflación subyacente en una décima cada año.

Creación de empleo y reducción del paro

El informe prevé que la creación de empleo continuará en los próximos años, aunque a un ritmo decreciente. Frente a los aumentos del 3% en 2023 y del 2,2% en 2024, el empleo crecerá un 1,9% en 2025, reduciendo su avance al 1,2% en 2026 y al 1% en 2027.

La tasa de paro seguirá bajando, aunque de manera más moderada que en años anteriores. Se estima que pase del 10,8% al 10,5% en 2025, para situarse en el 10% en 2026 y descender al 9,5% en 2027.

Reducción del déficit y evolución de la deuda

El déficit público cerrará 2024 en torno al 3,4% del PIB, por encima del 3% estimado por el Gobierno. Para 2025, se espera que baje al 2,8% y continúe reduciéndose hasta el 2,6% en 2026 y 2027.

Esta mejora se atribuye a la desaparición de medidas extraordinarias vinculadas a la crisis energética y a ciertos gastos excepcionales, como los asociados a sentencias judiciales y desastres naturales.

En cuanto a la deuda pública, se reducirá del 101,8% del PIB en 2024 al 101,3% en 2025. No obstante, en 2026 se espera un ligero repunte hasta el 101,6%, antes de volver a descender al 101% en 2027.

Riesgos e incertidumbres económicas

El Banco de España advierte de que la incertidumbre geopolítica y comercial a nivel global podría afectar negativamente a la actividad económica. Además, destaca que el consumo público podría comportarse de manera más dinámica de lo esperado, especialmente si se flexibilizan las reglas fiscales en Europa para permitir un mayor gasto en defensa.

A nivel interno, la entidad subraya la necesidad de monitorizar la evolución de la inversión privada, que ha mostrado signos de debilidad, así como el desempeño de la economía española en comparación con sus principales socios comerciales, Francia y Alemania.