La gasolina y el diésel marcan mínimos desde junio tras abaratarse hasta un 0,6% en la última semana
Actualidad | Energía | Redacción Ejecutivos | 23/10/2025

El precio de los carburantes ha vuelto a descender esta semana, consolidando su tendencia bajista y alcanzando los niveles más bajos desde mediados de junio. Según los datos del Boletín Petrolero de la Unión Europea, el litro de diésel cuesta de media 1,396 euros tras caer un 0,47% respecto a la semana anterior, situándose por debajo del umbral de 1,4 euros por primera vez en más de cuatro meses.
Cuatro semanas consecutivas de caídas
La gasolina encadena su cuarta semana de descensos y se sitúa en 1,466 euros por litro, un 0,47% menos que la semana previa. Desde el inicio de 2025, el precio de la gasolina se ha reducido un 3,86%, mientras que el diésel acumula un descenso del 3,25%. Ambos carburantes se mantienen muy por debajo de los niveles registrados antes de la invasión rusa de Ucrania —1,591 euros por litro en el caso de la gasolina y 1,479 en el del diésel— y aún más lejos de los máximos históricos del verano de 2022, cuando superaron los 2 euros por litro.
Coste medio por depósito y evolución frente a 2024
A pesar del descenso, llenar un depósito de 55 litros de diésel cuesta actualmente unos 76,78 euros, 16 céntimos más que hace un año. En el caso de la gasolina, el llenado asciende a 80,63 euros, lo que supone un ahorro de 2,14 euros frente a las mismas fechas de 2024. El diésel encadena 138 semanas consecutivas por debajo del precio de la gasolina, recuperando la relación habitual anterior al conflicto en Ucrania, que alteró temporalmente esa dinámica durante 2022 y principios de 2023.
España sigue con los carburantes más baratos que la media europea
Los precios en España se mantienen por debajo de los registrados en la mayoría de países europeos. La gasolina sin plomo de 95 cuesta 1,615 euros de media en la Unión Europea y 1,660 en la eurozona, mientras que el diésel alcanza los 1,512 y 1,534 euros, respectivamente. Factores como los impuestos, el coste de la logística y la evolución del crudo influyen en los precios finales, aunque las variaciones en la cotización del petróleo suelen trasladarse con cierto retraso al consumidor.