Repsol proyecta producir hasta 2,7 millones de toneladas de biocombustibles anuales para 2030

Energía | 14 de octubre de 2024

Repsol

Repsol ha comprometido una inversión de aproximadamente 500 millones de euros en España para fortalecer su apuesta por los combustibles 100% renovables, con su planta en Cartagena como el centro de esta estrategia de descarbonización.

La planta de Cartagena, la primera en la Península Ibérica dedicada exclusivamente a la producción de biocombustibles a gran escala, comenzó a operar en abril de este año y ya ha absorbido la mitad de esa inversión, es decir, 250 millones de euros, además de generar 1.000 empleos en las diferentes fases del proyecto.

La compañía también planea abrir una segunda planta de combustibles renovables en Puertollano en 2026, donde invertirá 120 millones de euros para reconvertir una de sus unidades industriales. Además, Repsol contempla la creación de un tercer centro industrial en España antes de 2030. Paralelamente, en Bilbao, en colaboración con Saudi Aramco, está desarrollando la primera planta industrial de combustibles sintéticos de la Península.

Hasta ahora, los 500 millones de euros de inversión han sido destinados a proyectos ya aprobados, aunque la empresa tiene «muchos más en estudio», según comentó Berta Cabello, directora de Combustibles Renovables de Repsol, durante un encuentro con la prensa. Repsol espera producir entre 1,5 y 1,7 millones de toneladas de biocombustibles para 2027, y entre 2,4 y 2,7 millones de toneladas anuales para 2030, tanto en la Península Ibérica como en Estados Unidos, incluyendo hidrógeno renovable y biometano.

El plan estratégico de Repsol para 2024-2027 prevé inversiones de hasta 6.800 millones de euros en sus negocios industriales, con un 44% destinado a proyectos de bajas emisiones como combustibles renovables, biometano e hidrógeno renovable, entre otros. Sin embargo, estas inversiones están condicionadas a la evolución del marco regulatorio y fiscal en España, especialmente en lo que respecta al impuesto extraordinario a energéticas y banca, adoptado debido a la crisis derivada de la guerra en Ucrania.

Los combustibles renovables, producidos a partir de residuos orgánicos como aceites de cocina usados o residuos agrícolas, son clave en la estrategia de Repsol para descarbonizar el transporte. La planta de Cartagena, con una capacidad de producción de 250.000 toneladas anuales, se abastece principalmente de residuos orgánicos del mercado español, y solo recurriría a mercados internacionales en caso de necesidad. Repsol está enfocada en consolidar el uso de estos biocombustibles en sectores como la aviación, el transporte marítimo y pesado, donde la electrificación no es viable.

Repsol también aboga por incentivos fiscales que aceleren la adopción de estos biocombustibles, señalando que su precio es ya competitivo, similar al de los combustibles ‘premium’. La empresa ha vendido más de 30 millones de litros de estos combustibles en lo que va de año.

Además, Repsol planea expandir la disponibilidad de estos combustibles en sus estaciones de servicio, con el objetivo de alcanzar las 600 estaciones para finales de 2024 y las 1.500 en 2025. La compañía también ha firmado acuerdos con empresas de transporte y aerolíneas para suministrarles combustibles renovables.