Tras años de parálisis, las decisiones de subida de los tipos de interés del BCE han vuelto a ser un tema de gran relevancia diaria. Más aún cuando el tipo de interés de la Fed sigue una senda clara, como ha reiterado vivamente Jerome Powell en Jackson Hole el 26 de septiembre. La Fed, aunque tiene un doble mandato, está plenamente comprometida con la lucha contra la inflación y seguirá subiendo los tipos de interés clave, aunque esto afecte gravemente a los mercados laborales.
En la eurozona, en cambio, muchos partícipes del mercado esperan que el BCE ponga más énfasis en la evolución de la economía, ya que los actuales indicadores económicos adelantados se han deteriorado y apuntan a una recesión al menos leve en los próximos meses. En el pasado, la respuesta del BCE a un entorno económico más débil ha sido siempre una política monetaria más expansiva. Esta vez, pensamos, será diferente: la situación en el frente de los precios se ha deteriorado drásticamente. El aumento de los precios del gas y la electricidad impulsará la inflación en la eurozona por encima del 10% en otoño. Ya en la mitad de los Estados miembros la inflación es de dos dígitos. La tendencia de la inflación subyacente ya se ha ampliado, y ello a pesar de que todavía no se han producido fuertes aumentos salariales. Por ello, Isabel Schnabel tenía buenas razones para hacer sonar la alarma también en Jackson Hole y pedir una política monetaria más restrictiva.
En consecuencia, también crece la preocupación en el BCE por la posibilidad de que las expectativas de inflación se deterioren. En la reunión también se presentarán las nuevas proyecciones de crecimiento e inflación. Cabe esperar una importante revisión al alza de las previsiones de inflación para 2022 y 2023. También es probable que la proyección para 2024, del 2,1%, se someta a examen a la vista de los mayores costes estructurales (protección del clima, demografía). Ante el alto nivel de incertidumbre, el BCE ya no se basará exclusivamente en las proyecciones. En opinión de Lagarde, el juicio de los banqueros centrales debería desempeñar un papel más importante. Ya sean proyecciones o juicio, el mandato del BCE se está incumpliendo masivamente. Por lo tanto, esperamos que todos los tipos clave se eleven en 50 o incluso 75 puntos básicos en la reunión del 8 de septiembre. Deberían seguir otras medidas en octubre y diciembre.