Con el aumento de la competencia por parte de fintechs, neobancos y otros proveedores de servicios financieros alternativos, las entidades de crédito han empezado a sentir el impacto que esto supone en sus cuentas de resultados.
La pandemia marcó una nueva forma de relacionarse a consumidores y empresas con una aceleración en la digitalización, por lo que los compradores son cada vez menos tolerantes a la fricción en sus experiencias digitales, ya sea a la hora de comprar un electrodoméstico, contratar unas vacaciones o solicitar un préstamo.
Además, existe un problema con los datos. Antes de la pandemia, el comportamiento del consumidor era más predecible, pero eso ha cambiado, y aún no está claro si los datos tradicionales (y el análisis que se hace de los mismos) siguen siendo fiables. Actualizar las tecnologías de toma de decisiones puede parecer desalentador para muchos responsables de riesgo pero la realidad es que existen muchos mitos alrededor de ello.
Mito: los datos tradicionales son suficientes
Los datos tradicionales rara vez ofrecen, por sí solos, una visión completa de la capacidad crediticia de un cliente. Fuentes alternativas, como el uso del móvil, el pago del alquiler, la presencia en redes sociales o los datos abiertos bancarios, pueden proporcionar una visión más completa de la salud financiera y de la intención de pago de un potencial cliente.
Existe una enorme cantidad de datos disponibles, pero a menudo están dispersos en sistemas aislados, lo que dificulta su acceso e integración. La solución no es tener más datos, sino los datos adecuados en el momento preciso. Según un estudio de Provenir, el 60 % de los responsables de riesgo afirma que están teniendo dificultades para desplegar y mantener los modelos de toma de decisión sobre riesgos. De la misma manera, el 55 % reconoce el valor de la IA para mejorar sus estrategias; y el 53 % cree en el valor que proveen los modelos automatizados a la hora de tomar decisiones más precisas. Según dicho análisis, más de la mitad de los responsables de crédito creen que el mayor desafío relacionado con los datos es la integración de fuentes dispares en los procesos de decisión. Y, sin embargo, el uso de datos alternativos es clave para obtener una visión en tiempo real de la capacidad de crédito de los clientes y para expandir el crédito de forma más inclusiva.
Mito: actualizar es demasiado caro
Se tiende a asumir que cambiar de tecnología implica una gran inversión inicial. Sin embargo, los sistemas antiguos se vuelven más costosos con el tiempo. Además, la automatización y la independencia tecnológica permiten ahorrar costes.
Las presiones económicas post-COVID han hecho del coste una preocupación constante. Muchos bancos dudan en abandonar infraestructuras antiguas por el tiempo y el dinero ya invertidos, pero mantener estos sistemas puede resultar más caro a largo plazo, debido a la pérdida de competitividad, ineficiencia operativa, mayor exposición al fraude y más riesgo de incumplimiento normativo. La modernización tecnológica reduce el coste total de propiedad y mejora la eficiencia en la prevención del fraude y en el lanzamiento de nuevos productos.
Mito: reformar los sistemas es demasiado difícil
No es necesario reemplazar todo de golpe. Existen soluciones que funcionan en paralelo con los sistemas existentes o que permiten una actualización progresiva. Esto puede generar aceptación en otros departamentos y áreas de negocio cuando ven la eficiencia mejorada y la forma en que la tecnología actualizada refuerza el proceso general de toma de decisiones.
Aunque puede parecer un proceso largo y complicado, hoy existen plataformas de toma de decisiones más flexibles y ágiles que pueden integrarse o ejecutarse junto con los flujos de trabajo existentes, o puede optarse por actualizar una línea de negocio. Es posible modernizar un departamento o funcionalidad solamente e ir poco a poco en la transformación completa.
Mito: el cloud no cumple con los requisitos de cumplimiento normativo
Tanto en soluciones locales como en la nube, los requisitos de seguridad, protección y cumplimiento son estrictos. Pero estas necesidades se encuentran en constante evolución y es necesario adaptarse a ellas rápidamente. . Las soluciones heredadas (especialmente las instaladas) pueden no ser lo suficientemente flexibles o capaces de evolucionar lo suficientemente rápido como para mantenerse al día, lo que deja vulnerabilidades en sus procesos de cumplimiento y seguridad.
El cumplimiento normativo abarca múltiples ámbitos: privacidad, gestión del riesgo, diligencia y regulación. La automatización y la inteligencia artificial permiten una mayor consistencia, reducción de sesgos y mejor alineación con las normativas de protección de datos. Las plataformas en la nube, además de ser escalables, responden con mayor agilidad a nuevos requisitos legales, sobre todo en organizaciones que operan en múltiples mercados.
Mito: la automatización de decisiones incrementa el riesgo de fraude
Automatizar decisiones permite detectar y prevenir fraudes con mayor precisión y en tiempo real, especialmente mediante inteligencia artificial y machine learning, ya que estas tecnologías pueden analizar grandes volúmenes de datos (incluido el historial de transacciones, la actividad de la cuenta, el comportamiento del usuario e incluso fuentes de datos alternativas) para identificar patrones sospechosos.
El fraude es un desafío constante para las instituciones financieras, y la detección y prevención efectiva del fraude es esencial. La toma de decisiones automatizada puede ayudar a abordar este desafío al proporcionar análisis más rápidos y precisos de los datos para identificar patrones de fraude potenciales. La inteligencia artificial y el aprendizaje automático pueden analizar grandes volúmenes de datos en tiempo real y detectar señales de alerta tempranas de actividades fraudulentas.
La competencia es feroz, y la velocidad es esencial. Pero esa rapidez debe ir acompañada de decisiones bien fundamentadas. Actualizar la tecnología de decisión de crédito es un paso decisivo. El ecosistema de decisiones crediticias está en constante evolución. Contar con las herramientas adecuadas es esencial para mantener la competitividad, responder a las exigencias del mercado y mejorar la experiencia del cliente, todo ello sin comprometer la seguridad ni el cumplimiento normativo.