A día de hoy son muchas las empresas que, impulsadas por el contexto económico actual, están optando por reducir costes para sobrellevar la inflación subyacente. Pero, ¿cuáles son las consecuencias de estas restricciones para las empresas y sus empleados?
Muchas empresas están tomando medias irracionales de forma impulsiva que no se ajustan a sus objetivos empresariales o incluso ponen en riesgo su crecimiento a largo plazo a fin de reducir costes. Según nuestro informe «El estado del gasto en las empresas en 2023», el 38% de las empresas españolas cree que las soluciones de gestión de gastos excesivamente técnicas y difíciles de usar son un obstáculo para la reducción de costes.
Paradójicamente, el 58% de ellas ha decidido reducir o congelar su inversión en soporte técnico debido a la situación financiera actual.
La tecnología es la clave
Está claro que la encuesta subraya las dificultades con las que ya sabemos que luchan gran parte de las empresas españolas. Los sistemas antiguos y sobredimensionados son costosos y, debido a su complejidad, rara vez se aprovecha todo su potencial. Sin embargo, hay motivos para la esperanza, las empresas son conscientes de sus áreas de mejora, y el 36% cree que las soluciones técnicas que agilizan el trabajo diario y reducen la carga administrativa de los empleados son la solución para poder limitar y reducir los costes de la empresa.
Sin embargo, muchas empresas están optando por reducir su inversión en este tipo de soluciones con la esperanza de ahorrar costes. Esta paradoja indica que las empresas siguen subestimando el potencial de las tecnologías disponibles hoy en día, sobre todo cuando muchas de las soluciones existentes actualmente tienen un bajo coste o incluso son gratuitas. Además, invertir en una herramienta de gestión de gastos proporciona visibilidad y permite aprovechar mejor los datos para que las empresas puedan identificar y limitar los gastos innecesarios, así como hacer previsiones presupuestarias precisas. Lo que a la larga se traduce en menos costes.
El rendimiento se deteriora en muchos ámbitos
Por supuesto, la volátil situación económica también afecta a los empleados de la empresa, que ya empiezan a notar la presión en su día a día. Por ejemplo, el 30% de las empresas aseguran que los empleados no están dispuestos a gastar su propio dinero en compras de la empresa por miedo a que el reembolso tarde demasiado.
Y es que la reducción de costes no sólo conlleva un aumento de la carga administrativa para el personal, sino que también limita las posibilidades de los empleados de hacer bien su trabajo. Dos problemas que una solución innovadora de gestión de gastos puede resolver.
Pero los recortes no solo pueden dar lugar a años adicionales de trabajo ineficaz, sino también puede provocar una tendencia negativa en la cultura laboral de la empresa. De hecho, la gran mayoría de las empresas en España (93%) afirma que la crisis del coste de la vida ha tenido un impacto negativo en su cultura de empresa y en la moral de sus empleados. Además, como hemos visto anteriormente, a veces los empleados se ven obligados a pagar ellos mismos los gastos de la empresa, lo que supone un trastorno añadido. Tanto si los empleados se niegan a hacerlo como si aceptan adelantar dinero de su bolsillo, la relación de confianza entre empresarios y empleados se ve dañada, especialmente cuando el reembolso tarda varios meses. Adoptar nuevas estrategias y encontrar las soluciones adecuadas permite a las empresas sobrevivir y crecer en este difícil periodo, pero también mejorar la vida cotidiana de sus empleados y aumentar la productividad en un marco más ético.
Será necesario ahorrar y encontrar soluciones financieras adecuadas, pero las empresas también deben reconocer que ya existe la tecnología para resolver muchos de sus problemas de eficiencia y costes. Además, la inversión en soluciones modernas de gestión del gasto es una forma eficaz de mejorar el bienestar de los empleados, lo que a su vez ayuda a retener el talento, una cuestión crucial en tiempos convulsos.