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Verónica Ferrer

Partner & Directora de Estrategia en Pitaya, Profesora de EAE Business School

Las criptomonedas empezaron siendo un aspecto que parecía exclusivamente estar al alcance de aquellos que consiguieran o quisiesen hacerse expertos en el sector, pero, hoy en día, es algo accesible y reconocido por casi todas las personas. Criptomonedas: monedas virtuales gestionadas por una red de computadoras descentralizadas que cuentan con un sistema de encriptación para asegurar las transacciones entre usuarios.

La primera que se lanzó fue Bitcoin, y su tecnología, ha tenido tal impacto, que a lo largo de los años se han ido generando nuevas criptomonedas alternativas que han ido incrementando su valor con mayor (o menor) suerte.

Cada criptomoneda tiene su propio algoritmo, el cual es el que gestiona la cantidad de nuevas unidades que se emiten cada año. Por ejemplo, de Bitcoin, cada cuatro años se reduce por dos la cantidad que se producen, y solo se emitirán un total de 21 millones en total.
Los algoritmos de las diferentes criptomonedas son diferentes, el máximo de unidades de cada criptodivisa también varía. Esto puede afectar también a su valor y su rendimiento. Esto es una diferencia fundamental con las monedas convencionales, puesto que su generación está ligada a entidades gubernamentales y bancarias.

Antes de la pandemia, se ejecutaron extraordinarias inversiones en bitcoin y otras criptomonedas en general por parte de grandes corporaciones. Esto, junto con la disminución de la frecuencia de creación de nuevos bitcoins que tuvo lugar en mayo de 2020, nos encontramos ante una “escasez” de dicho activo, lo cual hace que aún incremente más su valor.

El futuro de las criptomonedas

Sin lugar a dudas, las criptomonedas han tenido en estos últimos años un impacto realmente importante en la sociedad, especialmente en el sector de la inversión. Pero, ¿cuál es el futuro de las criptomonedas?

Varios factores indican hacia dónde va el futuro de las criptomonedas.

En primer lugar, es evidente que la aparición de las criptomonedas ha representado un gran cambio en la mentalidad en el sector financiero, de hecho, “un estudio concluye que más de un 33% de los consumidores han descubierto nuevos proveedores de pago durante la crisis de la pandemia.”

En segundo lugar, nos encontramos ante un proceso de digitalización de la economía y la posible circulación del euro digital. La tendencia en los próximos años será hacia una sociedad sin dinero en efectivo, “cashless”.

Y por último, se está produciendo una evolución de las llamadas Finanzas Descentralizadas (DeFi) y en los próximos años seremos testigos de la madurez que ganarán: sus protocolos serán más sólidos, más seguros y más fáciles de utilizar.

Por lo tanto, si continúa el creciente interés de inversión de instituciones y corporaciones en DeFi posiblemente se podrían explorar nuevas posibilidades de uso y se daría un paso muy importante en la evolución de este nuevo ecosistema financiero que tiene mucho más potencial que el meramente especulativo. Entonces estaríamos ante un cambio económico sin precedentes y se producirá una verdadera revolución en la tokenización de activos.