Pilar LLácer Centeno

Profesor EAE Business School y autor “Te van a contratar y lo sabes”

No tengas ninguna duda, la tecnología antes de la llegada hace un año de todas las herramientas del ChatGPT y la inteligencia artificial generativa, siempre ha facilitado trabajar de una manera más eficiente al ser humano; no se distrae, no se queja, cumple su horario y hace más horas de las necesarias sin tan siquiera pedírselo. El antecedente a este comportamiento veinticuatro siete, instantáneo y sin dejar en visto, lo tienen en realidad cuatro empresas que cambiaron para siempre nuestra forma de ser y de estar en el mundo: las GAFAs modificaron desde hace más de 18 años nuestras vidas, Google, Amazon, la antigua Facebook y Apple, hacen que la realidad sea mejor, más rápida, nos entretienen de forma constante, tienen más “empatía” que muchos jefes en algunos trabajos y para el cliente, siempre resuelven más rápido, y sin malas caras.

¿Cuál es la gran paradoja de nuestros tiempos?, una muy simple y muy potente, que cuestiona desde la base el compromiso profesional en todas las generaciones: la vida, cuando atraviesas la puerta de la empresa es tan distinta que parece que retrocedes al siglo XIX, modos de hacer, políticas y procedimientos marcados por un pasado que todavía funciona, y sin embargo lo peor de todo no es eso, sino un insistente estilo de liderazgo y cultura que recuerda mucho al obsoleto carácter feudal de la edad media, señores y vasallos, ahora, siendo políticamente correctos, señoras y vasallas, aunque resuene mal en todos los géneros y generaciones.

La transformación digital siempre ha provocado grandes revoluciones, desde que el ser humano frotó dos piedras, hasta la invención de la imprenta o la aparición de Internet allá por el año 1998, el ser humano siempre ha tenido el reto de superarse a si mismo. Y cada cambio, grande o pequeño, con más o menos impacto, lo que causa siempre es miedo; esa sensación tan primitiva y tan moderna que nos hace rechazar y evitar el pasar de los tiempos.

En el caso del mundo laboral, lleva varios años siendo azotado por diferentes transformaciones que cuestionan no sólo el modo en el que se realiza el trabajo, teletrabajo, modelos híbridos, sino sobre todo y más importante, si se necesitan las mismas horas para realizar tareas similares. Y aquí da igual el sector o la actividad, es como cuando llega un chaparrón, te empapas más o menos, pero siempre cae algo; y eso está sucediendo con el trabajo, primero fueron unos robots “tontos” que entraban en las fábricas y duplicaban sin decir ni mu la productividad, sectores como la automoción o el industrial saben que ellos, ellas o elles, los robots ni los algoritmos parecen tener género, aunque en el fondo son masculinos, trabajan más rápido, mejor y sin fallos.

La jornada laboral de 8 horas, nace en 1593. Han pasado más de 400 años… la siguiente referencia a la jornada de 8 horas, llega con la Revolución Industrial, a finales del siglo XVIII, en 1817, Robert Owen, impulsor del movimiento obrero británico, ideó el sistema de 8 horas de trabajo, 8 horas de recreo, y 8 horas de descanso. La actual semana laboral estándar, establece 5 días de trabajo y 2 de descanso. En 1938, debido a la amplia presencia de trabajadores judíos que libraban los sábados, se estableció en Estados Unidos, la Fair Labor Standard Act, que fijó el descanso en dos días. Así se estableció la semana de 40 horas, con 8 horas y 5 días a la semana, como ahora la conocemos. Han transcurrido casi 85 años y, desde entonces, la jornada de trabajo, sigue igual: 8 horas, 5 días a la semana, como si en todo ese tiempo no hubiese cambiado nada. Una de las iniciativas del gobierno de España ha sido reducir de forma unilateral la jornada a 37,5 horas, con el mismo sueldo. Hay muchas voces a favor y en contra, pero antes de posicionarte quiero que te preguntes sobre para qué sirve tu trabajo y el impacto personal, para la empresa y para la sociedad. Yo lo tengo claro, no se trata de trabajar menos, ni tampoco más innecesariamente, sino de hacerlo en la dirección adecuada. En un mundo en el que cambia todo tan rápido, la capacidad de aprendizaje constante así como la innovación y la creatividad serán esenciales, y esas horas de tu tiempo deberían ocupar el espacio en tu jornada que te ahorra la tecnología.