Vicente Ferrio

Vicente Ferrio

Fundador de sincronizatutalento.com

Fue en 2021 cuando la filósofa española Monserrat Nebrera acuñó el término “generación de cristal” como metáfora para describir la fragilidad que caracteriza a la generación nacida a partir del año 2000, por su facilidad para ‘romperse’ ante las críticas, su baja tolerancia a la frustración y su inseguridad. Es el resultado más visible de una infantilización de la sociedad que avanza sin pausa y que va más allá de esos niños sobreprotegidos por padres hiper-pre-ocupados.

A nivel educativo, nuestros estudiantes están siendo moldeados por un sistema que premia lo homogéneo y castiga lo diverso, condenando la excelencia e incentivando la mediocridad. Y, a nivel laboral, encontramos empleados temerosos de perder sus puestos de trabajo en un contexto socioeconómico cada vez más impredecible, con un mercado laboral precario y saturado, donde son muchas las empresas que consideran a sus empleados como mera mercancía perfectamente reemplazable.

De ahí que haya una significativa masa laboral que prefiere seguir ‘calentando la silla’ en su puesto de trabajo pese a estar desmotivado, o que opta por mantenerse en una empresa donde el estrés, la angustia o la depresión se han convertido en fieles compañeros de viaje.

Es en esos casos donde la dependencia laboral se vuelve peligrosa, tanto para el empleado como para el empleador. E igual de peligroso puede ser verse envuelto entre algodones en una empresa donde sí se cuida al personal, pero en la que uno no encuentra su lugar ni se ve realizado profesionalmente.

Y es que, según explican los psicólogos, la baja autonomía y el hecho de no hacer lo que nos gustaría estar haciendo se traduce en desafección y, consecuentemente, en una baja eficacia que, combinada con el estrés, provoca angustia, ansiedad y depresión, y lleva a más de uno a un vacío existencial crónico, convirtiéndolo en una especie de zombi laboral.

ROMPER EL TECHO DE CRISTAL

Hasta ahora, muchos habían estado anestesiados, pero cada vez hay más personas que, conscientes de la finitud de su vida profesional, empiezan a despertar a la fragilidad de un sistema que no controlan y al que han entregado su carrera. Y, ¿qué pueden hacer para sobrevivir y hacerse más empleables? Definitivamente, diferenciarse y visibilizar su talento alrededor de una marca personal auténtica y una propuesta de valor sólida. Asumir esta iniciativa les servirá tanto para seguir por cuenta ajena mientras eso les funcione, como para tener un proyecto paralelo al que agarrarse cuando las cosas vengan mal dadas.

Rebajar la dependencia laboral debería ser una prioridad para cualquier empleado que tema por su futuro, y yo te propongo 6 pasos para alcanzar esa libertad profesional:

  1. Pon en valor tu conocimiento y destruye tu síndrome del impostor. Encuentra tu gran porqué y tu zona de influencia para conectar tu talento con tu propósito de vida
  2. Prepara tu independencia. No dejes en manos de una organización tu futuro profesional. Descubre lo que de verdad te motiva y cuáles son tus metas en la vida.
  3. Encuentra y muestra tu auténtica identidad. Define tu visión y misión con un mensaje coherente con tus valores.
  4. Elige tus relaciones e influencias y toma el control de tu carrera.
  5. Crea tu propio proyecto paralelo como espacio de crecimiento y realización. Construye tu propuesta de valor; un plan B sobre el que va a orbitar tu actividad profesional a partir de ahora.
  6. Comunica, atrae y véndete con eficacia. Construye tu historia alrededor de tu marca personal y date a conocer con autenticidad, credibilidad y confianza.

Si quieres sobrevivir a los cambios laborales y al tsunami de la inteligencia artificial (IA), debes dejar de distraerte con un trabajo funcional ajeno a tus intereses y dejar de buscar un trabajo ideal que no existe. Todo el mundo tiene el derecho a sentirse realizado con su trabajo y para ello lo más importante es saber por qué lo hace. Así que, empieza a crear las oportunidades que mereces y tu propio plan B, que se convertirá en el camino a tu libertad profesional.