Estamos en la era del empoderamiento femenino y la igualdad de oportunidades, un momento en el que las empresas abrazan la diversidad como una fortaleza cada vez más presente en su filosofía empresarial. En este contexto, un tema que sigue muy presente en las conversaciones sobre el progreso es el papel de la mujer en cargos de dirección. Es indiscutible que en los últimos años ha habido un cambio de paradigma, grandes avances tanto sociales como en el tejido empresarial reflejados en un incremento del 5,4% en la presencia de mujeres en comités de dirección según el Observatorio de Diversidad y Tendencias, y otros estudios como el de la consultora McKinsey & Company “Women matter España” que sitúan entre un 30% y un 35% la presencia de mujeres en consejos de administración, entorno a un 10% más que en 2019, siendo un 2% superior a la media de la Unión Europea. Sin embargo, la representación femenina en puestos de liderazgo baja al 6% en la dirección general de las grandes empresas españolas, lo que pone en evidencia la dificultad de romper ese “techo de cristal” cuando se trata de llegar a la cúspide de la jerarquía.
En primer lugar, hay que tomar conciencia de los desafíos que enfrentan las mujeres en su camino hacia el liderazgo. En la sociedad y en el tablero empresarial actual los sesgos de género se van disipando, pero ciertos estereotipos culturales continúan arraigados en una parte de la población y pueden suponer una dificultad a la hora de escalar en la carrera profesional, sobre todo en el sector tecnológico y carreras STEM. Es trascendental que esta cuestión sea tratada desde las aulas y las universidades, mostrando cada vez más referentes femeninos en ámbitos como la ciencia, la tecnología y el deporte contribuyendo a un cambio de mentalidad que integra la igualdad de oportunidades como algo natural.
Ya en el momento de madurez tanto vital como profesional, una forma de impulsar la visibilidad de las mujeres líderes es a través de programas de mentoría y desarrollo profesional que ofrecen orientación, apoyo y oportunidades de crecimiento fundamentales para el éxito de las mujeres en roles directivos. Además, las empresas y organizaciones deben comprometerse activamente a promover la diversidad en todos los niveles de su estructura implementando políticas de contratación equitativas, planes de igualdad y creando una cultura empresarial inclusiva que valore el trabajo de todo el personal independientemente de su género. En este sentido, desde Intelcia nos enorgullecemos de impulsar la trayectoria profesional de nuestra plantilla desde el momento en el que entran en nuestras oficinas, con iniciativas que favorecen la flexibilidad y conciliación, junto con un plan de formación con el que conseguimos que más del 80% de nuestras posiciones se cubran internamente valorando el trabajo y el esfuerzo independientemente del género.
Otro factor esencial a la hora de impulsar la visibilidad de las mujeres líderes, es potenciar su presencia en espacios de networking y eventos profesionales de gran alcance y difusión como el Forbes Women Summit, los premios Poder Femenino de YO DONA o entidades como la Asociación Española de Ejecutiv@s y Consejer@s. Estas plataformas ofrecen oportunidades para establecer conexiones, compartir conocimientos y elevar el perfil profesional. Al facilitar el acceso y la participación de las mujeres en estos espacios, se crea un entorno en el que pueden expandir su red profesional y construir relaciones enriquecedoras para impulsar sus carreras. Y no solo eso, si no que también sirve para visibilizar y mostrar como referentes a altas directivas frente a otras mujeres empresarias, como es mi caso o el de otras altas directivas en Intelcia. Con un 67% de mujeres en nuestro comité directivo, podemos servir de ejemplo junto con otras empresas que cuenten con una representación similar a otras empresarias y profesionales. Estos espacios nos permiten contar nuestra experiencia en primera persona con el objetivo de mentorizar e inspirar a otras mujeres y empresas.
Impulsar la visibilidad de la mujer líder en cargos de Dirección es un objetivo fundamental en el progreso social. Debemos avanzar hacia un mundo en el que todos y todas tengamos las mimas oportunidades para el desarrollo profesional, donde las aptitudes y la trayectoria de las personas sean lo que determine el éxito en una posición de liderazgo. En este último punto, los medios de comunicación y la cultura popular juegan un papel fundamental en la percepción de estereotipos, desde la política o los negocios, para lograr juntos un futuro en el que la “noticia” sea haber alcanzado el éxito, y no que haya sido una mujer quien lo ha hecho. Existe mucho potencial líder entre las mujeres y hay que despertarlo, escucharlo, valorarlo y respetarlo.