En 2023, el renting ha sido el primer actor del sector de automoción en alcanzar las cifras prepandemia; de este modo, ha registrado unas cifras de inversión en compra de vehículos, alrededor de un 11 % superiores a las de 2019, con unas matriculaciones cercanas a las 300.000 unidades, lo que ha supuesto un peso por encima del 26 %; matricula uno de cada cuatro vehículos en España. De este modo, el parque de renting ha vuelto a marcar una cifra récord, superando las 900.000 unidades, con un crecimiento de casi el 6 %.
El mérito de haber alcanzado estas cifras está en que se han logrado en un momento en el que aún han persistido las dificultades de gestión para las compañías de renting, con problemas en el suministro de vehículos y de recambios para las reparaciones y con la inflación y la subida de los tipos de interés como telón de fondo del escenario económico. Las empresas han sido en este ejercicio las grandes tractoras del crecimiento, mientras que los usuarios más pequeños, especialmente autónomos y particulares han visto frenado su crecimiento, como consecuencia del marco económico al que hacíamos referencia.
Empresas con propósito
Las empresas no solo han sido impulsoras del crecimiento de renting, sino que están a la vanguardia en la adopción de políticas responsables. Es difícil encontrar una empresa de tamaño medio o grande sin un propósito social o medioambiental y desde el sector del renting vemos que esa inquietud se plasma en las cifras de matriculaciones, donde cada año ganan más peso los vehículos propulsados por energías alternativas (electrificados, híbridos, gas e hidrógeno), que ya copan el 37,23 % de los registros del renting. Adicionalmente, el renting tiene un parque de unos 90.000 vehículos electrificados, lo que supone el 10 % de su parque, de los cuales, unos 31.000 son eléctricos puros. Esto nos pone en contexto para comentar que cuando las empresas pueden, apuestan por una movilidad más sostenible y hoy por hoy, el modelo funciona de una forma más o menos armónica. Otra cosa es qué va a ocurrir en el futuro, si los niveles de compromiso de las Administraciones no se acoplan a lo que necesita el mercado para seguir empujando esta «movilidad verde». ¿Y qué es lo que más importante que necesita la ciudadanía en su toma de decisiones de movilidad? Lo principal, mensajes claros. Estamos en unos momentos de gran incertidumbre jurídica y tecnológica donde la toma de decisiones se retrasa o se aplaza, por miedo a equivocarse. Esto está llevando al envejecimiento progresivo del parque de vehículos en España, que ya supera los 14 años. Desde el sector del renting y el Círculo por la Descarbonización Neutral In Motion formado por nueve asociaciones del sector, incluida la AER, abogamos por una neutralidad tecnológica, que no significa que no se promueva el uso de los vehículos electrificados, sino que se abra el foco para entender cuál es el verdadero problema y transitar hacia la movilidad sostenible de una forma ordenada.
En esta promoción de la movilidad electrificada, promovemos que se diseñen las ayudas a la electrificación teniendo en cuenta que el ciudadano o la empresa necesita que se cobren de forma inmediata, para que las perciban como un verdadero incentivo. Desde el renting entendemos que, al menos, habría que especificarse un plazo cierto para cobrarlas, para que, de este modo, se logren los objetivos perseguidos de incentivar la demanda de este tipo de tecnologías. Mejor sería, en cualquier caso, una fiscalidad incentivadora y adaptada a los clientes, que facilite la movilidad y que no la restrinja con elevadas cargas.
Otra de las grandes barreras que se encuentra este salto a la electrificación es el diseño de planes que garanticen la carga vinculada. Por poner un ejemplo del ámbito empresarial, vemos que hay que dar respuesta a las necesidades de potencia en las acometidas eléctricas de muchos polígonos industriales y en ciertas zonas urbanas para que las empresas puedan apostar por una flota eléctrica, sin penalizar su eficiencia.
Diseño de una nueva movilidad
Parece claro que existe, y la compartimos, una necesidad por parte de las Administraciones de ordenar la movilidad, otro tema es definir cómo se ordena o se rediseña esta nueva movilidad. En la anterior legislatura, la Ley de Movilidad Sostenible se quedo en el banquillo, pero en los últimos meses los procedimientos se han retomado y se espera que, antes de que termine el año, la norma esté aprobada. Vemos que es una norma densa y con un nivel de concreción escaso, pero sí hay que destacar algunos puntos que nos parecen relevantes: por un lado, se abre la posibilidad de que los municipios puedan establecer tasas de acceso a las ciudades, lo que, teniendo en cuenta cómo se está desarrollando la implantación de las ZBE y la descoordinación que se ha producido, no parece que estemos ante un proceso homogéneo y sencillo. Faltan criterios que ayuden al ciudadano a saber por dónde va a poder o no moverse.
Otro tanto ocurre con los anunciados Planes de Movilidad al Trabajo; parece paradójico que a las empresas se les impongan la ordenación de su movilidad, antes incluso que a los propios municipios u otros sistemas de ordenación territorial que están jerárquicamente por encima. Al final, lo que todos tenemos que reclamar es que no se pierdan los avances que la movilidad personal nos ha permitido conquistar como sociedad. Tenemos que ser conscientes de que tenemos un modelo que funciona y, aunque estamos de acuerdo en que hay que mejorarlo, no lo podemos poner en riesgo.
Parece que nos hemos pasado la pantalla
de la movilidad que todos conocíamos
y toca jugar en otro entorno, pero
esperemos que al mismo videojuego.
En este paradigma, el renting trata
de ser la voz de sus clientes, para
qué en la nueva movilidad, nadie se
olvide de que todo tiene que hacerse
no para complicar al ciudadano, sino
para hacerle la vida más fácil
Digitalización enfocada al cliente
Otra de las grandes tendencias de la movilidad es la digitalización. En este sentido, el sector del renting hace una clara apuesta por digitalizar sus procesos, en mayor o menor medida, con el fin de mejorar la productividad, ganar eficiencia, pero sobre todo, el propósito último de esta digitalización es mejorar la experiencia del cliente. Esto me da pie para introducir un tema que desde la AER nos parece interesante destacar y son los resultados de la Encuesta de Calidad que desde el sector se impulsa cada dos años. En la última edición, presentada en 2023, constatamos, una vez más, que el cliente de renting mejora año a año la percepción de calidad que tiene del servicio. El seguro, la entrega de vehículos o el mantenimiento y las reparaciones son algunos de los servicios mejor valorados por el cliente de renting. La personalización, la digitalización, la sencillez, o la rapidez son importantes variables que contribuyen a mejorar la percepción que tiene el cliente.
La digitalización ya es un hecho, como lo es el Big data y el tratamiento inteligente de la información, que también contribuyen a una mejor experiencia y a una eficacia de los procesos, pero ya tenemos delante de nuestros ojos conceptos como la IA, que las compañías de renting ya están empezando a utilizar, y que apunta a convertirse en «tecnología de uso general». Nadie en el sector tiene dudas de la innovación será una palanca clave para que la movilidad en renting sea la mejor de las experiencias, cimentada en la eficiencia, la sostenibilidad, pero sobre todo la seguridad.