Hoy en día puedo afirmar con rotundidad que el renting vive un momento clave en su historia. Todo indica que en 2025 superaremos por fin el millón de vehículos en parque. Un hito que no sorprende si observamos la evolución del sector en los últimos cinco años. El renting ya no es una tendencia emergente, es una realidad consolidada. Pero aún existe margen para crecer, especialmente en el segmento de clientes particulares, que podrían convertirse en la gran oportunidad de este mercado. Este tipo de cliente solo despertará con una oferta verdaderamente atractiva, que proporcione cuotas ajustadas y modelos de marcas reconocidas. En 2025, por primera vez, empiezo a ver esa combinación de factores. La mejora en precios que estamos viendo y la mayor disponibilidad de vehículos pueden marcar un punto de inflexión. Actualmente ya detectamos un mayor dinamismo en este segmento, y confío en que el segundo semestre del año evidencie un crecimiento clave para el sector.
Además, esto ocurre en un momento complicado para la industria, en el que la producción y exportación de vehículos en España y Europa sigue cayendo, pero la demanda interna se mantiene en alza. Es una paradoja que tiene mucho que ver con la recuperación económica nacional y con el avance de marcas asiáticas, en especial las chinas, que han superado ya el 10% de cuota del mercado en ventas. Aunque su presencia en el renting sigue siendo testimonial, nadie debería subestimarlas. En cuanto centren su estrategia comercial en este canal y estabilicen sus valores residuales, su impacto será considerable No me sorprendería que alcanzaran el 15% de cuota de ventas en 2026.
Por otro lado, los precios de los coches nuevos siguen siendo altos, mientras que los de ocasión se han estabilizado. Esta realidad afecta directamente al renting, ya que el coste de los vehículos sigue condicionando el precio final que paga el cliente. A eso se le suman los efectos reales de los aranceles internacionales. Los resultados de grupos como Stellantis o Volkswagen ya evidencian una caída en sus beneficios esperados. Los aranceles impuestos por Estados Unidos está alterando la rentabilidad y la estrategia de muchos fabricantes europeos. Habrá cambios en la producción y ajustes en la oferta comercial que sin duda afectarán al mercado del renting.
En paralelo, la financiación parece volverse algo más accesible. El Banco Central Europeo mantiene los tipos en el 2%, y si no hay grandes sorpresas a nivel político o geopolítico, es posible que veamos alguna bajada adicional antes de que acabe el año. Pero la incertidumbre sigue pesando sobre la mesa, lo que ralentiza muchas decisiones de inversión, tanto por parte de particulares como empresas.
Otro frente abierto es el regulatorio. La normativa CAFE, las nuevas formas de medir las emisiones de los híbridos enchufables y los posibles cupos obligatorios de eléctricos para flotas de renting están generando una presión creciente sobre los operadores. Lo preocupante es que se plantea obligar a las empresas de renting a comprar coches eléctricos sin tener en cuenta la rentabilidad del mercado. El consumidor aún no está preparado para asumir esos volúmenes de compra, ni por precio ni por madurez de la tecnología. Y todo esto en un momento del sector en el que planes como el Moves, clave para incentivar la electrificación, están agotados en la Comunidad de Madrid y sin una fecha clara de renovación de fondos.
En nuestra empresa hemos multiplicado por siete las ventas de eléctricos en el primer semestre. Aun así, no esperamos un boom en la segunda mitad de año, ya que no partíamos de un número muy elevado. La electrificación avanza, pero lo hace a un ritmo más lento del que marcan las normativas. El problema no es solo el precio de los eléctricos, sino el del coche nuevo en general, que ha crecido muy por encima del poder adquisitivo del consumidor medio. A esto hay que sumarle el rápido desarrollo de una tecnología que cambia a tal velocidad que deja muchas incógnitas sobre el futuro del mercado de segunda mano eléctrico.
2025 está siendo un año clave. El renting seguirá creciendo, especialmente si se dan las condiciones adecuadas para activar la demanda particular. Pero también seguirá enfrentándose a desafíos y necesitaremos más que nunca una regulación inteligente, incentivos realistas y una oferta adaptada a lo que realmente pide el mercado.