Fernando Lázaro

Fernando Lázaro

Consejero en empresas. Escribe también en Sintetia y en Sociedad de la innovación.

Hace poco leí un artículo que hablaba sobre las empresas gacela que existen en mi provincia. Comentaban algunos ejemplos de empresas gacelas y las características que había descrito la OCDE para denominarlas así. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico identificaba como una de las características clave que presentan las empresas gacela es de que crecen a tasas superiores al 20 % anual, durante varios años consecutivos.

A partir de esa noticia decidí escribir sobre las diferentes etiquetas que tienen algunas empresas. En el otro extremo muy diferentes de las compañías gacelas, tal vez las que más destacan son las empresas zombis. Estas empresas son las que, a pesar de tener una baja rentabilidad o incluso operar con pérdidas, siguen en funcionamiento gracias a un apoyo financiero externo. Es importante decir que, en algunos casos, las empresas zombis pueden convertirse en empresas estables si logran encontrar una forma de reestructurarse o cambiar su modelo de negocio.

En un mundo distinto, donde las empresas tampoco tendrían etiquetas, las compañías podrían ser a la vez tecnológicas, multinacionales o familiares. Tal vez uno de los objetivos de ponerles etiquetas es poder estudiarlas o fomentar que existan un  tipo de compañías (startups, etc). Está claro que, aunque su situación financiera no sea buena, hay compañías que cuentan con uno o varios intangibles que las hace diferentes. Puede ser una propiedad industrial, un activo estratégico o sencillamente una patente. La mayoría de las empresas que están en funcionamiento seguramente disponen de algún activo que las hace singulares y únicas. Una empresa puede ser gacela durante una época de crecimiento, y con el tiempo necesitar endeudarse hasta  convertirse en otro tipo de empresa. Según el tipo de riesgo que asuman, con el tiempo pueden surgir problemas financieros hasta hacerles cambiar su denominación como empresa.

Cuando una compañía tiene una situación de riesgo, los problemas financieros pueden complicar ratios o partidas como:

  • La calificación crediticia. Una empresa con una gran cantidad de deuda puede tener un impacto negativo en su calificación crediticia. Una calificación baja por parte de los bancos puede limitar la capacidad para obtener más o mejor crédito en el futuro.
  • Presión sobre el efectivo. Con una gran cantidad de pasivo, es probable que tengan que pagar más dinero para hacer frente a sus obligaciones de pago. Esto puede poner una gran presión sobre el flujo de efectivo en periodos de crisis, como el que tuvimos por la pandemia o por la crisis inmobiliaria.
  • Altos costos financieros. Con una gran cantidad de deuda, es probable que también tenga que pagar muchos intereses. Estos costos pueden ser una carga importante en los precios y afectar a su capacidad para invertir en otros proyectos.

En términos generales, es probable que las empresas gacela tengan más intangibles que otro tipo de compañías. Las gacelas suelen tener un modelo de negocio innovador, que les permite crecer y generar valor en forma de propiedad industrial, activos estratégicos, etc. Es importante destacar que cada empresa es diferente y que el valor de sus activos puede variar dependiendo de factores como el sector, el modelo de negocio y la estrategia de la empresa.

Existen otras tipologías de empresas, según su tamaño, sector o situación financiera.

Empresas pymes, medianas y grandes. Las empresas se pueden clasificar según su tamaño en función de su facturación o el número de empleados. Las empresas más innovadoras pueden ser tanto pequeñas como grandes.

Empresas de base tecnológica. Son empresas que se dedican a la investigación y desarrollo de tecnologías.  No todas las empresas gacela son empresas tecnológicas. Si bien es cierto que muchas empresas gacela son startups tecnológicas, también hay muchas empresas tradicionales que operan en estos sectores.

  • Empresas sociales.  Son empresas que buscan tener un impacto positivo en la sociedad y el medio ambiente, como las empresas de economía circular, empresas B-Corp, etc.
  • Empresas familiares. Son empresas que están dirigidas o tienen toda o parte de la propiedad una familia, y que suelen tener una cultura  y valores específicos.
  • Empresas multinacionales. Son empresas que operan en varios países, tienen una gran capacidad financiera y suelen ser líderes en su sector.

Es interesante destacar que estos tipos de empresas no son excluyentes entre sí, y una empresa puede pertenecer a más de una categoría dependiendo de su tamaño, sector o modelo de negocio. Por ejemplo, Patagonia es una empresa de ropa para actividades al aire libre que se enfoca en la sostenibilidad y la responsabilidad social. Recomiendo el libro autobiográfico »’Que mi gente vaya a hacer surf ‘ , donde de una manera muy motivadora el fundador Yvon Chouinard recrea desde los orígenes, la historia y la mayoría de acciones sociales que han impulsado en Patagonia.

Fundada en 1973, la empresa experimento un crecimiento acelerado, siendo reconocida como una empresa gacela. Patagonia es considerada también como una empresa social, ya que se enfoca en la sostenibilidad y la responsabilidad social. Ha sido reconocida por sus prácticas éticas y su compromiso con la protección del medio ambiente. Han implementado políticas para reducir su huella de carbono y han donado millones de dólares a organizaciones benéficas.

A la vez, Patagonia puede ser considerada una compañía multinacional, dependiendo de cómo se defina ese término. Tienen presencia en Estados Unidos, Europa y Asia y cuentan con una red de distribuidores en todo el mundo. Sin embargo, no es una empresa que tenga una presencia global tan amplia como algunas de las grandes multinacionales de ropa deportiva, por lo que puede que algunos no la consideren una empresa multinacional en el sentido tradicional del término.

También puede ser considerada como una empresa familiar. Aunque se han expandido y han crecido mucho desde su fundación en 1973, sigue siendo propiedad de la familia fundadora. El fundador Yvon Chouinard, ha mantenido el control de la empresa y alguna vez ha comentado que su objetivo es mantenerla en manos de la familia a largo plazo. De hecho, ha sido un ejemplo de cómo una empresa familiar puede tener éxito, mientras se aferra a su cultura y mantiene un enfoque de responsabilidad social.  Puede ser considerada a la vez como una empresa social, multinacional y familiar.

Cada empresa es diferente y su manera de hacer las cosas es única. Todas tienen balances, cuentas de resultados, beneficios o perdidas, pero la cultura de cada una es difícil de copiar. Agruparlas por tipologías o por segmentos es arriesgado, si lo que queremos hacer es solo potenciarlas. Por ejemplo, Gary Hamel insta a las empresas a buscar su propia singularidad. Sugiere que las empresas deben ser lo suficientemente audaces como para cuestionar lo establecido y buscar formas innovadoras de competir y crear valor. Hamel en sus escritos, insiste en la importancia de la singularidad y la capacidad de adaptación de las empresas en un entorno empresarial cambiante.

En un mercado actual cada vez más competitivo, hay que destacar que hay otros activos intangibles diferentes a los clásicos de patentes o marcas y que están influyendo cada vez más en las organizaciones:

  • Cultura de capital humano. la cultura organizacional o a la reputación de la empresa como empleador es muy diferente a la del siglo pasado.
  • Clientes y relaciones con ellos. Incluye no solo la base de clientes de la empresa, si no la calidad de sus relaciones  y la reputación de la empresa en el mercado.
  • Procesos internos. Incluye los conocimientos y procesos internos de la empresa que la hacen más valorada, como son los sistemas de gestión de calidad o los sistemas de información como el big data o la  IA.
  • Activos estratégicos. Incluyen los activos que son críticos para la estrategia, que le permiten mantener una ventaja competitiva, con una posición dominante en un sector.
  • Gestión del Riesgo. Se refiere a los sistemas para analizar y reducir los riesgos. Sirve la implementación de normativas, los códigos éticos y las comisiones de riesgos.
  • Relaciones con stakeholders. Incluye las relaciones de la empresa con sus accionistas, proveedores, reguladores, etc. La reputación corporativa es indispensable para saber la percepción que tienen los clientes, proveedores y otros stakeholders sobre la compañía.
  • Gestión de los datos. Los datos se han convertido en uno de los activos más valiosos para las empresas. Estas pueden recolectar legalmente datos de calidad sobre sus clientes o proveedores y utilizarlos para mejorar sus productos y servicios, tomar decisiones estratégicas o desarrollar nuevas soluciones.

Hay muchas empresas que no son ni gacelas ni zombis, y que se encuentran en un punto intermedio. Estas podrían denominarse como «empresas estables» o «empresas maduras». Pasaron por una etapa inicial de crecimiento acelerado y han alcanzado un nivel de estabilidad, en el que ya no están experimentando un crecimiento exponencial.

Las compañías estables suelen tener un modelo de negocio sólido, mantienen una posición fuerte y  unos beneficios constantes. Pueden ser de diversos tamaños y sectores, desde pequeñas empresas familiares hasta grandes corporaciones multinacionales. Lo que las distingue es que han logrado encontrar un equilibrio entre el crecimiento y la sostenibilidad.

Las empresas estables deberían tener más intangibles que las empresas que están en su fase inicial de crecimiento. A medida que una empresa crece y se desarrolla, va acumulando recursos y activos. Las empresas maduras suelen tener una mayor capacidad para invertir en intangibles, como la I+D o la formación.

Calificar con una denominación concreta a una empresa, para potenciarla o estudiarla, puede ser positivo. Pensar que siempre va a tener la misma “etiqueta” es no entender mucho cómo funciona el mercado. Facilitar que perduren debería ser uno de los objetivos principales desde las organizaciones externas que quieran ayudarlas.